el increíble caso de david y benjamín

Benjamín Button fue un señor que nació con un cuerpo de anciano moribundo, mientras el mundo que le rodeaba envejecía, él cada día era más joven.

David D. es un triatleta que entrena y compite cuando nadie lo hace. Cuando unos están en casa, él está mojándose y pasando frío. Cuando llega la estación de las bicicletas y nadar al aire libre, él está a punto de dejar el deporte.

Ser cada día más joven es motivo de alegría para Benjamín, hasta que se enamora y descubre que no hay mayor dolor que el que los seres queridos envejezcan y te dejen, que ir al revés que el resto del universo no es tan bonito como parecía. Que cuando necesite que le cuiden no quedará nadie que pueda hacerlo.

Hoy he salido a entrenar. ¿Qué has aprendido hoy? dice A. cuando me meto en la ducha con ropa y todo. Que soy capaz de entrenar con nieve, con frío, con lluvia, con viento poderoso, con un radio flojo, con tos y con dolor de rodilla, pero que hay días que es mejor no hacerlo, que no sirve para nada. Estar más de una hora para hacer apenas 20km que recorro a la vuelta en casi veinte minutos no sirve para nada más que para entrenar la mente, y me he demostrado de sobra que la tengo muy dura. Pero entrenar entrenar el cuerpo, no lo he hecho.

La película como historia de amor es bonita, pero se hace un poco larga, 150', que se podrían reducir bastante cortando personajes secundarios que apenas aportan. Le falta algo de vida, aunque los protagonistas salgan muy guapos. No hay malos, sólo la realidad. Puedes encabritarte como un caballo desbocado, puedes gritar y protestar, pero ante la vida sólo puedes resignarte.

Hay quien sobrevive siete veces al impacto de un rayo. Otros sobreviven a la vida. No quisiera yo este don especial de rejuvenecer, aunque tiene razón aquel anuncio de los coches de la estrella, en el que se quejaba de que algunas cosas llegaban demasiado tarde, cuando ya no las podías disfrutar en plenitud. Unos viajes exóticos, una casa grande, tiempo libre, un coche potente como el del anuncio, el dinero llegaban cuando ya no tenías ganas o fuerza para utilizarlos... no quejarse, acepta la vida como viene y disfrútala a tope, porque no puedes hacer otra cosa.

Después del invierno, llega la primavera.