Todo gran viaje comienza con lágrimas.
Por lo que dejamos atrás.
Por lo que deseamos encontrar.
Dejamos atrás el amor conocido
por buscar tesoros que no sabemos
si serán tan valiosos como la ausencia.
Pero acaso no los conseguí soñándolos
y partiendo en su búsqueda?
Busco riquezas en mi travesía
sé que dejo lo más valioso en el lecho.
Antes de que amanecer abandono la cama caliente, me he acostado poco antes. Hoy es el cumpleaños de la pequeña y lo celebramos ayer, eso y mil tareas hicieron que hasta pasada la medianoche no tuviera la versión definitiva de la mochila. Sobra decir que nunca entrené con ella, las últimas semanas estuvo lloviendo y no quise mojar el contenido, estuve entrenando con la versión beta, 6kgrs, que no me impedían hacer rodajes casi en tiempos de sinmochila. La de verdad pesaría 10.130grs, a los que sumaría dos bidones de 750ml...
Consejo para mi: en la próxima carrera en autosuficiencia entrena con el equipo de verdad. Y más veces.
Emoción al subirme al bus que me dejaría en la T4. Diría que el momento más emocionante de los que seguirían, hasta el momento. En el aeropuerto poco a poco se reúne el grupo peninsular, sudamericano y escandinavo que compartirá vuelo chárter a un precio que me pareció excesivo. Cuando lo planteé en el grupo de mail nadie quiso desmarcarse de la línea oficial y buscar métodos alternativos y más económicos para llegar a la salida. Otros años el vuelo iba incluido en el precio de la inscripción.
Consejo que seguí: mochila y equipamiento de carrera en cabina, por si acaso se desvía el equipaje. Pequeña maleta trotera para lo que se necesite los dos días antes y los dos después de Sables, teniendo en cuenta que tocará arrastrarla desde el autobús a la jaima y de ésta al checking por unos 300mts de polvo y pedruscos.
Mi mochila aparentemente es de las más pesadas, pero a lo mejor no van todas cargadas de manera oficial. Empieza el modo relacionespúblicas. De la bloguesfera conozco a Rafa, que me presenta más gente, con los que luego compartiré jaima. Hay gente que va solitaria y gente que ya va con los grupos hechos.
Vuelo que llega con adelanto, pero nos toca esperar al avión de los americanos. Tipos enormes que imagino más en deportes de contacto que penando por el desierto. Los peninsulares somos gente más enjuta que hace tiempo comiendo la bolsa que nos da la organización: selección de snacks franceses, hogaza de pan, lentejas y queso.
Traslado en convoy de autobuses hacia el primer campamento, se hace largo. Tocará arrastrar la maleta hasta la tienda asignada, estamos colocados por países, y éstos por afinidades idiomáticas.
147 tiendas para corredores y aparte una pequeña ciudad para las casi quinientas personas de la organización. El 80% de la energía eléctrica utilizada es suministrada por paneles solares. Hay lío al llegar al campamento, estamos lejos de cualquier núcleo habitado, somos una pequeña república de atletas/aventureros bien en mitad del desierto y dicen que aquí son dos horas menos que en la península aunque los gps digan que sólo llevamos una hora de retraso.
Las ocho personas que entramos en la jaima lo hacemos justito. Presentaciones. Los más de mil participantes parecemos muy distintos, pero tenemos mucho en común, la osadía de hacer esta carrera, los meses de entrenamiento y también hay que decirlo, cierto poder adquisitivo.
Las jaimas son como veis. Y una alfombra a su caer sobre el suelo. Recuérdalo si no quieres llevar esterilla, te tocará levantar la alfombra (si no está llena de las posesiones del resto de compañeros) y barrer los pedruscos, o aguantarte. Los palos pueden retirarse para impedir que entre el sol o el viento. Con el paso de los días se irán llenando de polvo y pinchos secos.
Hay una presentación de la carrera y explicación del funcionamiento del bivouac. Hay danzas típicas y de pronto se caen las vestimentas blancas. Un equipo de rugby local nos invita al primer torneo de rugby sobre la arena que ocurrirá en unos meses y escinifica una haka. Estos dos días nos dan de comer, caliente y variado, aunque creo que el menú no llenaría las reservas de los veganos. El agua que nos dan es libre. Recomiendo tomar pastillas de sal ya estos primeros días, las meadas son frecuentes, poderosas y transparentes. Se mea porque se bebe, y me temo que con cada meada se van unos pocos electrolitos. La organización suministra bolsas biodegradables para las deposiciones, hay una especie de biombos triples distribuidos por fuera del perímetro del campamento donde meterse a llenarlas, se les hace un nudo y se depositan en un cubo de basura para ser posteriormente incineradas. A mi me encanta mingitar mirando al horizonte, y sobre todo a la bóveda celeste, que aquí se ve espléndida. Este es el primer año que las mujeres tienen un biombo propio para orinar sin ser vistas.
He leído los resultados de estudios sobre el peso y las calorías que llevan los top50, los franceses y los ingleses. Estos últimos son los que más calorías y peso llevan. Pero es falso. Cada participante rellena una declaración de honor donde recoge el material que lleva, el peso total y la distribución y suma de las calorías. Esto no se comprueba, salvo que optes a premio a simple vista tu mochila parezca ultraligera.
Cosas que vi las primeras noches en el campamento: colchones hinchables de camping que la primera mañana de carrera se desechan, igual que las sillas y ollas donde se cocinan sustanciosas cenas regadas con alcoholes típicos de cada lugar de origen. Hay restos secos de plantas en los alrededores con los que alimentar grandes hogueras.
Los andaluces nos invitan a probar ricas especialidades de la tierra y eso sirve para conocernos un poco más entre los españoles. La verdad es que a lo largo de la carrera me relacionaré con poca gente, me sonarán casi la totalidad de los cincuenta y pico españoles, pero hablaré con menos de la mitad. Sobre todo estableceré vínculos con los componentes de la jaima 86 y con los más extrovertidos de las demás. Casi parece que los solitarios somos los menos, la gente va en grupos desde su lugar de origen.
Me llama la atención la cantidad de gente que corre por tal o cual enfermedad o proyecto. Lo veo loable si sirven como altavoz de situaciones a veces olvidadas, pero no entiendo los que buscan financiación para realizar aventuras particulares bajo el paraguas de una causa justa. Yo lo hago por mi. Por mi principal patrocinador, me sorprende la gente que echa cara y monta proyectos de crowdfunding tanto para ésta como para otras carreras. Si puedes ir y quieres, vete, pero hay cosas mucho más importantes en la vida y útiles para el resto de la humanidad en la que gastar una cantidad indecente de dinero que recorrer 250km por el Sahara. Y también corro por mi más importante supporter (en el sentido amplio de la definición: soporte, apoyo, hincha, seguidorA..).
Y con estos mimbres llega la noche antes de las siete de la tarde. Nos acostamos aunque cuesta dormirse. Hay muchas cosas que comentar. Mañana empieza la aventura.