miércoles, 29 de febrero de 2012

no es normal

No es normal que  el calendario nos regale un día más y no me guste.
No es normal que salga a entrenar de corto y vuelva pensando mal del Sol.
No es normal que un día laborable no esté trabajando.
Como tampoco es normal que un día de febrero no salga abrigado y vuelva mojado.

Mal vamos si el tiempo no cambia.
Mal vamos si estos tiempos no cambian.

No sé qué es peor.

 Sr. Cabeza propone, mi señora Cabeza no deja 
de dar vueltas y dispone

lunes, 27 de febrero de 2012

Luces Rojas

Estreno en la ciudad de un director de aquí al que le he seguido la pista en todo lo que he podido. Su explicación del funcionamiento de los bancos (aquí versión resumida) en Concursante es bastante ilustrativa, aunque no me gustó tanto como su penúltima película, Buried. Cine en dos metros cuadrados con un sólo actor, deliciosa.


Y llega Luces Rojas, otra vez con guión propio (y música del también salmantino Víctor Reyes). Una psicóloga y su ayudante, físico, son profesores de universidad y en sus ratos libres desenmascaran misterios paranormales. Llega un famoso físico a la ciudad al que Sigourney Weaver intentará dejar al margen, pero al que su colega Cillian Murphy (al que no dejo de ver como el Espantapájaros de El Caballero Oscuro) se  empeñará en desenmascarar, estupendo Robert de Niro.


Tras la interesante película hubo un estupendo diálogo con el director, donde Rodrigo Cortés se mostró todavía mejor conversador que autor de cine. Si las dos horas de película pasan veloces, la hora y media de charla se hizo corta.

Muy recomendable, cine de entretenimiento, pero buen cine, de ése que últimamente tanto escasea.

Escasez de buen cine que se observa en la decepcionante Young Adult, la última de Diablo Cody y Jason Reitman ( Juno). Planteamiento interesante, la vida de los Adultos Jóvenes que tienen la portada del Blood Sugar Sex Magic en la puerta del frigorífico recordando que los '90 fueron lo mejor y siguen haciendo vida de adolescentes, aunque hayan cambiado el alcohol por el cuidado de los hijos. Floja y prescindible, por olvidable.

everyone gets old, not everyone grows up..

Como dijo Cortés, no esperes nada de la película, no da todas las respuestas, si al salir del cine sigues pensando en la película, entonces habrá cumplido. Y vigilad las luces rojas...

miércoles, 22 de febrero de 2012

bicio


Seguro que a más de una persona de las que por aquí se dejan caer le siguen gustando las bicicletas una vez que  se baja de ellas. A todos vosotros, tengo el gusto de presentaros un blog amigo en el que se recogen reseñas de literatura, música, cine y cualquier manifestación artística relacionada con el mundo de la bicicleta en el que también podéis colaborar mandando referencias.


A los que no os gusta tanto leer, también os recomiendo pasaros por la galería de esta otra web, también con página en facebook a la que podéis subscribiros.

lunes, 20 de febrero de 2012

teoría de los juegos

No es que me falte motivación para coger la bici un domingo por la mañana, pero quedar con los amigos es una de las mejores razones para salir de casa.

Al principio todos disfrutamos de los beneficios de rodar en compañía, dejar de rumiar los pensamientos propios  e intercambiar opiniones con los compañeros de la grupeta. Además, se va más rápido, que a todos nos gusta. Aunque nos acoracemos contra el frío, no nos escondemos del viento y nos vamos turnando en la posición de escudo.

Los números de la pantalla van engordando, y si no nos fijamos en esas cosas pasajeras, las piernas hablarán para recordarnos que vamos fuerte, sin palabras, porque poco a poco empiezan a faltar. Todo el aire se utiliza para mover la maquinaria.

Lo divertido viene a la hora de volver a casa. El viento suele ser honrado en su testarudez y soplar constante en la dirección que decide cada amanecer. Es entonces cuando empieza el juego, distribuir los talentos que se nos concedieron, apostar con ellos, ahorrarlos, hacerlos crecer, mantenerlos.

se me escapa el alma, se me escapa...

Si nos detuviéramos a observar, veríamos salir humo de nuestra ropa, poco a poco se evaporarán todas las fuerzas, excepto esos veintiún gramos que nos impulsan a seguir dando más. Somos tres hoy en la carretera, y no somos igual de fuertes. La cuestión es saber quién es el más débil y cuánto más fuerte es el ciclista alfa.

Y como en la teoría de los juegos, si los débiles optasen por colaborar ganarían más, en este caso reventar menos. Pero prisioneros del orgullo no cedemos, agachamos la cabeza, apretamos los dientes y seguimos tensando esa cadena de la que pende nuestra vanidad. Tensamos cada fibra de nuestras piernas esperando que el otro ceda, acaso un instante, no más, antes que nosotros. Porque uno no quiere ser el primero en ceder, pero ya todo en su cuerpo le dice que necesita un respiro y que no puede seguir así.

en el equilibrio de Nash, si los dos menos fuertes hubiéramos decidido
 colaborar en vez de seguir con todas nuestras fuerzas al más fuerte,
 las piernas hubiesen escocido menos, pero no habría sido tan divertido
 al llegar a casa y recordarlo.

Y se cede, en un descuido, sin querer, las piernas necesitan un respiro. Y uno se queda atrás. Rodeado de la nada, y de un viento helador que lo llena todo. Levanta la vista y ve que unos cientos de metros por delante levantan el ritmo. Recuperado, con unas pedaladas sabe que volvería a enganchar. Pero prefiere aprovechar para recargar los niveles de vigor, sabe que ha quemado todas las vidas y que le quedan unas pocas barritas  de energía, sabe que por delante están haciendo lo mismo.

ver setas con ojos, o monedas en la carretera no significa
 vida extra, sino que las has agotado todas...


Y vuelta a empezar. Liberado de ocultar su debilidad se siente más fuerte, ahora quizás sea el otro el que lo reconozca. Y el líder ya no parece tan entero. Pero ya no habrá ocasión de comprobarlo. Enfrente nos espera la ciudad, suspiro aliviado porque al llegar a casa la partida ha terminado. Hasta la próxima.

no hay fotos propias, 
para sacar la cámara estaba yo...

viernes, 17 de febrero de 2012

españoles por el mundo

Me gusta ese programa donde emigrantes de la península nos enseñan las bondades de su país de acogida. Da envidia lo bonito que es todo y lo bien que les va. Así, no es de extrañar que mucha gente se lance al extranjero en busca de una vida mejor sin nada que ofrecer: ni una cualificación, ni idiomas, ni nada... y es que la educación, y no sólo tener un título sino saber hacer algo, y los idiomas, son fundamentales.


Por eso no me he metido en la película Katmandú. Película española que ha hecho el esfuerzo de rodarse en el mundo. No la entiendo. Chica idealista viaja a Nepal y quiere montar una escuela para los más desfavorecidos. Adaptación libre de una historia real, todos los apuntes sugieren que la historia en la que se basó es de sobra mucho más interesante que esta insustancial película. No me creo la película, hablada en tres idiomas: inglés, y nepalí subtitulados y el que doblan (muy mal, sobre todo la propia Verónica Echegui, floja en este papel) al castellano. No me lo explico, si los actores (ya no personajes) hablan en inglés, subtitulan, si hablan en nepalí, subtitulan, y ¿en qué idioma hablan en VO cuando yo los oigo en castellano? La maestra, Laia, enseña a 80 niños en un inglés (que luego otra maestra auxiliar traduce al nepalí) de, con mis respetos, vendedor de  latas de refresco playero. Debe ser una máquina docentemente hablando, porque conozco gente que es incapaz de hacerse con 30 niños de la misma edad e intereses en su mismo idioma.


No me interesa lo que cuenta la película. Ni siquiera la fotografía refleja toda la grandiosidad que deben tener esos paisajes, y a veces la cámara al hombro marea y no tiene razón. Me parece más interesante conocer qué llevó a la protagonista a ese lugar y cómo pudo estudiar en las condiciones que sugieren los escasos flashbacks (menos monjas y más vida de adulta prenepalí) que la manida historia de amor, que por lo menos tiene un final coherente.


Y aunque me repito, sigo sin entender qué lleva a cierta gente a un mundo hostil a intentar crear algo mejor, cuando en lugares mucho más cercanos, en kilómetros, costumbres e idioma, se puede luchar por algo parecido y quizás con más continuidad. La propia voz en off cuenta cuando el Ministerio le pregunta por qué ha de darle una subvención para ochenta niños en Nepal cuando por el mismo importe pueden ayudar a ochocientos en Perú.

Estas películas me hacen apreciar todavía más las pequeñas joyas que nos encontramos. Recomendable para apoyar el cine español, para todo lo demás megaupload o similar.

miércoles, 15 de febrero de 2012

¿la era de la información mató la comunicación?

En los blogs ya no se comenta, ya no hay tiempo.
 Seguimos teniendo la necesidad de comunicarnos y
 la imposición de hacerlo en el tiempo más breve posible, 
al final acabaremos reducidos a los me gusta y el +1.
Alfredo Ferreiro Deaño, en el blog de Diego



Habría que volver a definir que es un amigo, porque la inclusión de decenas de ellos en la columna de la izquierda del facebook no responde a su uso original. Apenas les comentas, y ellos lo mismo. Y sin embargo hay quien presume de tener más que nadie, y está vacío. Personalmente intento limitar los míos, tengo la tercera parte del total de amigos en solicitudes no aceptadas, porque no los conozco, de nada. Nunca me han comentado en ningún lugar ni han enviado un mensaje para presentarse, si no sé quiénes son, a qué viene que sean mis amigos. Y si pasa tiempo y nadie escribe nada en su muro y en el mío, ¿qué sentido tenemos de estar ahí?

Ahora tenemos ordenadores en la palma de la mano, el dedo índice desliza páginas y páginas, se lee en diagonal y nos dirigimos a otra dirección.

Pocas veces apreciamos la redacción, o el mensaje, o que se hayan preocupado de compartir algo curioso encontrado quién sabe dónde. Dejar nuestra impresión nos exige pensar, tocar un pequeño botón, esperar, escribir con un dedo, introducir una clave, aceptar.. nos molesta perder tiempo en decirle a alguien que nos importa, que lo que escribió nos ha llegado. O incluso disentir, iniciar un debate, educado, sin insultos, ni faltas de ortografía, que son peores, porque los primeros se olvidan y las segundas siembran la duda y el malestar dentro de nosotros. Es más fácil incluso leer en el reader, sin dejar rastro siquiera en el registro de visitas. Ni un +1 como dice Furacán.

Me cuentan que un chico fue a yoga y la monitora, su pareja, lo cazó haciendo abdominales durante la relajación. Queremos aprovechar al máximo el tiempo y navegamos mientras hacemos cualquier otra cosa, prestando menos atención a cualquiera de las dos actividades.

Sentémonos un rato y relajémonos. Leamos con calma y aprendamos, una idea, una palabra, una forma de escribir. Si  nos gusta, si nos llega, dejemos una pequeña nota, estuvimos aquí, me gustó lo que dijiste.

Yo no gano dinero con este pequeño blog, escribo para mi, incluso hay gente que me gustaría que no me leyese, pero todavía me gusta que me animen a seguir haciéndolo, supongo que a ti también, eso es lo que gano, y es más importante.

lunes, 13 de febrero de 2012

navegando por la vida


En este raro y confuso asunto que llamamos vida hay ciertos extraños periodos en que un hombre toma todo este universo por una broma enorme, aunque apenas pueda vislumbrar su gracia, y tiene más que sospechas de que la broma se dirige exclusivamente a él. Sin embargo, esto no le deprime y nada parece digno de discusión. Engulle todos los sucesos, todos los credos, creencias y convicciones, todas las cosas duras visibles e invisibles, no importa cuán duras sean, al igual que un avestruz de potente digestión asimila balas y perdigones. Y en cuanto a las pequeñas dificultades y preocupaciones, perspectivas de un repentino desastre, peligros de vida y mutilación; todas estas cosas, y la misma muerte, tan sólo le parecen golpes taimados y bienintencionados, puñadas traviesas en el costado propinadas por el invisible e inescrutable viejo bromista. Esa extraña suerte de estado de ánimo caprichoso del que estoy hablando se apodera de un hombre sólo en algún periodo de extrema tribulación; le acomete en plena seriedad, de modo que lo que poco antes podía haberle parecido una cosa de los más importante, ahora no le parece más que una broma colosal. 

H. Melville
Moby-Dick o La Ballena


jueves, 9 de febrero de 2012

¿cuánta tierra necesita un hombre?

Un campesino vive sin preocupaciones con su pequeña propiedad, pero un día se siente infravalorado por su cuñada y desea tener más tierra, porque piensa, que de ese modo, será más feliz.

De este modo, poco a poco trata de ir aumentando sus propiedades, primero arrendando tierra, luego comprándola. Intenta así aumentar su prestigio. Y aunque las cosechas le favorecen, nunca está satisfecho. Cuanta más tierra tiene, más ansía. Nada le llena.

Un día oye hablar de los bashkirios, un pueblo que vive en la estepas, dueños de una tierra infinita que no cultivan y en la que pasta libre su ganado. Una gente feliz que se dedica a vivir en paz y fiesta, y que regalan terreno a cualquier forastero halagador.

La regla es sencilla. Todo el terreno que consiga delimitar desde que sale el sol hasta el ocaso será suyo.

Así, el insaciable campesino deviene en ultrarrunner avaro. Durante una jornada correrá intentando marcar cuatro esquinas. Y, finalmente llega, al punto de partida.


La última frase del cuento es demoledora. Contiene la respuesta.

de Lev Tolstói
ilustraciones de la preciosa edición de Nórdica Libros
aquí os lo dejo, para un viajecito en autobús

martes, 7 de febrero de 2012

ong namo guru dev namo

Si hace un año A. se vino conmigo a Pilates (una pena que los horarios me impidan seguir con continuidad), esta vez yo la he acompañado a Kundalinī yoga.

Era el día de las parejas. Éramos pocos, era de los nuevos y estaba enfrente de la profesora. Así que me daba vergüenza cantar los mantras en alto aunque todos estuvieran con los ojos cerrados.



A., que lleva más tiempo, me enseña en casa los asanas que ha aprendido, parecen simples pero son duros de mantener más allá de unos segundos. A mi, al rato, la postura fácil (piernas cruzadas con un pie sobre la rodilla contraria), me cansa.

Y es que quizás dedico mucho tiempo al cuerpo y poco a la meditación, aunque en los entrenos de fondo profundice en mis pensamientos. Sentado de rodillas parece que los cuádriceps van a estallar al cabo de unos minutos. Mientras, me concentro en inspirar, mantener el aire y espirar usando el mismo tiempo en cada bloque, no intento igualar los registros de mi chica, porque la apnea podría marearme. Puedo alargar la inspiración y mantener el aire, pero aún no he educado a los pulmones a espirar prolongado en el tiempo.


Y será la retención de carbónico, o la elevación del alma. Pero a ratos desconectaba de todo y perdía la cuenta recitando sílabas coordinándolas con los dedos que besaban rítmicamente el pulgar: sa ta na ma (el ciclo de la vida, infinidad, nacimiento, muerte y renacimiento). 

Y al salir a la calle el tiempo había pasado rápidamente, ganas de repetir en casa lo aprendido, y compartirlo. Además, seguro que mejorar mi elasticidad y capacidad funcional respiratoria, además de una mente más tranquila,  me servirán para otras aficiones...

sábado, 4 de febrero de 2012

como la vida misma


Un niño suelta la mano de su madre y se tumba en la camilla que se introduce dentro de la resonancia magnética . La mirada de la madre se pierde. El sonido machacón del gigantesco aparato se confunde con el ritmo maquinero del siguiente plano. La fiesta en la que Julieta conoció a Romeo. La fiesta en la que los padres del niño se besaron por vez primera. Así nació Adán, el primer hombre, el primer niño.

No es la historia del hijo. Es la historia de sus padres. El enamoramiento. Vivir juntos. Tener un bebé.  Mudarse de casa. Decorarla. Jugar con su niño. Darse cuenta a los pocos meses de que no es normal. Saber que tiene un tumor cerebral. Luchar. Velarlo. Acompañarlo. Seguir con sus propias vidas. Compartir algo.


Los jóvenes protagonistas son la propia directora y el guionista, y su hijo real es el que lo interpreta a los 8 años. Rodada con una cámara de fotos, la fotografía le da mayor veracidad a este película. No es triste porque te ríes (con un chiste políticamente incorrecto), no es alegre porque lloras, y ambos sentimientos perduran al salir de la sala y recordar la escena que los provocaron. Hay magia, como el día de navidad, y hay canciones interpretadas por los protagonistas. Hay suegras pijas y amigos que te dejan la moto. Hay madres lesbianas y familia que nunca te abandona. Hay sol y hay nieve. Hay cemento y hay playa. Hay una familia que decide luchar contra el cáncer, hacer la maratón de su vida, y la metáfora se refleja en la pareja corriendo arriba y abajo, pasando del algodón a la ropa técnica, cada vez con mejor ritmo. 

Como la vida. La guerra de la vida cotidiana.


No  penséis que es por las últimas decepciones en pantalla grande que he sufrido, esta película sencilla me ha encantado. Me ha emocionado a pesar de no entender del todo las canciones en francés, unos subtítulos hubieran sido lo más.

Muy recomendable. 

jueves, 2 de febrero de 2012

asalto

Mostré mi obra maestra a las personas mayores y les pregunté si mi dibujo les daba miedo.
Me contestaron: "Por qué un sombrero podría dar miedo?"
Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digería un elefante.

Antoine de Saint-Exupéry. El principito.


 la elevación no era para tanto pero 
la temperatura era para más (o menos) si el viento la mueve

Un número no significa nada si no lleva nada detrás. Un cero no es nada, aunque guárdate si detrás vienen los grados. Si la bandera se mueve puede que sea día de fiesta, o que el viento del este juguetee con ella.

- Acopla los brazos. Agacha la cabeza. Dame todo lo que tengas.
- Mire, que aún es pronto. Que mis piernas aún no son lo que deberían, son pequeñas, déjelas crecer, por el amor de lo que más quiera. Que mi corazón aún añora latir caliente junto al de su amada. Si me deja con vida, le daré un poquito de mi cabeza loca, la que me ha traído ante usted.
- No intentes hacerte el valiente y nadie saldrá herido.


En un descuido me escapé. Salí corriendo. Cerca de casa un confetti minúsculo de agua congelada celebró que llegara a casa apenas con las puntas heladas. Esta vez lo burlé, pero sé que la próxima vez estará esperándome en lo alto de la subida, detrás de la encina, cuando menos me lo espere. Quizás sea más fuerte, quizás no. En mi está serlo yo más.