Después de todo yo me divertí y volveré. Probablemente dentro de quince años, cuando se pula este bloque de hormigón que esconde una piedra preciosa, esta carrera sea mítica y todo el mundo quiera ver una preciosa ciudad en veintiseis minutos cuarenta y nueve segundos, porque apenas se dejó monumento por visitar. ¡Incluso en uno de los rincones más bellos de la carrera había un centenar de personas animando con ganas!