En los tiempos sombríos ¿se cantará también?
También se cantará sobre los tiempos sombríos
En estos tiempos sombríos que diría Bretch, a veces también se canta, y uno junta unos ahorrillos para darse un capricho. Escogido el objeto de deseo, lo siguiente consiste en comparar la oferta. Y surgen dudas.
no siempre lo veo claro
Hay que mirar muchas cosas. No todo es el dinero. Trabajamos por dinero y queremos darle el mismo valor a cada minuto de nuestro tiempo y esfuerzo, pero no todo el valor es económico. Existe el valor humano. La sonrisa del tendero habitual, que te llama por teléfono para comentarte cosas, el mecánico que conoce el nombre de tu pareja y cuela tus averías sobre las bicis de desconocidos, la cacharrería donde siempre aparece el tornillo o la pequeña pieza que necesitas, la tienda/taller como lugar de encuentro con otros locos o hemeroteca de revistas varias.
¿quién tiene la culpa?
Y yo no pienso mal de mi tendero. Sé que hace todo lo posible por lidiar con los distribuidores para que acepten mis garantías, buscando entre varios el mejor presupuesto. Pero...
¿por qué a veces se anuncian en revistas productos que tardarán años en estar en la venta en el país de difusión de la misma publicación?
¿por qué un cuadro, especial pero normal, tarda más de seis meses en llegar? ¿un maillot dos? ¿un acople mes y medio? y así todo, bueno, las ruedas zumbonas tardaron 8 días en estar en mis manos.
busco, busco, busco algo barato...
Y surgen más dudas:
¿por qué me llega antes un pedido desde una tienda de Oregon, California o Inglaterra (una semana los dos primeros, tres días desde el segundo) que desde el distribuidor oficial que a veces se encuentra a unos pocos cientos de kilómetros?
¿por qué por mucho que se enrolle el tendero y me haga descuento no consigue la mayoría de las veces igualar el precio de la página web?
Por ahora alterno las compras por ambos sistemas, on-line y en tienda de toda la vida. Me gusta el precio, la variedad y la rapidez de entrega en mi casa del primer sistema pero prefiero el trato del segundo. Y aún con menos ahorro, si no es muy sangrante, siempre prefiero a quien me conoce por mi nombre.
No es un alegato a favor de no comprar en internet, que lo seguiré haciendo. Si no una llamada de atención a los distribuidores locales. Si se impone el sistema compra on-line no sólo nuestros ahorros marchan fuera, también terminamos con puestos de trabajo y cada vez habrá más locales vacíos en las ciudades, en el peor de los casos ocupados por todo a un euro asiáticos.
fotos:
una tarde de museos en Montehermoso (Vitoria-Gasteiz)