lunes, 5 de diciembre de 2011

salvajes

A estas alturas aún no sé si el hombre es bueno o malo. Pero cada vez me afirmo más en mi convicción de que la masa es idiota. Y no hace falta remitirse a comportamientos no innatos y que no han sido debidamente aprendidos como circular con un vehículo por las vías públicas o caminar bajo un paraguas, sino algo más simple, más innato, más primario,  basta observar a la gente caminar por los lugares públicos.

No sé por qué, pero parece que la gente está asilvestrada. Ya no se preocupa por unas normas de educación. Y eso genera una espiral. Pongamos el escenario de un supermercado, una idiota bloquea un pasillo mientras habla a voz en grito con el móvil, no puedo pasar, al pagar ni miro al cajero, esto repetido le genera asqueo sobre su trabajo, lo llevará a casa, cuando salga de nuevo al mundo llevará su mal humor, él y aquellos con lo que lo ha compartido, multiplicándolo.


En Un Dios Salvaje dos matrimonios se encuentran para solucionar un conflicto que han tenido sus respectivos hijos preadolescentes. Basada en una obra de teatro, la película avanza con buen ritmo a lo largo de sus setenta y nueve minutos. Poco a poco el ambiente se va caldeando, se van perdiendo las formas, artificiales, con la ayuda de la tensión acumulada y un poco de alcohol. Por un lado, los padres entregados a sus trabajos; la madre preocupada por no pasar el tiempo suficiente con su hijo y el padre engreído que pasa, versus los padres más liberales; la madre que hace pasteles (al estilo de la Patty protagonista de Libertad, de J. Frenzen) y su marido que intenta complacerla.


A lo largo de los minutos iremos cambiando de bando cuando cada uno destape su personalidad primaria, en la que rige el dios salvaje del título. Los cuatro son unos falsos que piensan que si todo el mundo pensara como ellos el mundo sería perfecto. Bajo esta apariencia se esconde una comedia ácida que saca más de una sonrisa. Y los cuidados planos de Polanski, buscando los reflejos de los personajes en los espejos, también enriquecen.

No hay más falsedad que en estos días que vienen. Eso ya son esfuerzos superiores, pero ojalá cambiáramos más en la educación a nivel de las pequeñas cosas, como recuperar el gracias y el por favor que en otros lugares llenan cada interacción con el otro, ceder el paso, no ocupar el espacio que no necesitamos, prestar más atención a las personas reales que a las voces en un móvil  y sonreir cuando cruzamos una mirada.

Dejar en doble fila el cuatro por cuatro al ir a  recoger a un niño a un colegio urbano cuando vivimos en una urbanización para estar en contacto con la naturaleza, cruzar como borregos, sin mirar, entre los vehículos, prestar más atención al teléfono que los demás conductores o circular siempre por el carril de la izquierda ya lo dejamos para cuando seamos seres superiores.

Y yo también soy un falso, los demás son unos salvajes y maleducados, yo no.

Por favor, usted tiene razón, compártala, deje su opinión. Gracias.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola David,
la gente es buena o mala?. Creo que no es ese el dilema, sino lo maleable que es y como se les puede utilizar.(Ver experimento de Milgram).
Cuidado con la Libertad de Franzen, es un producto producido. Que no te engañen (intentémoslo por lo menos)
Un saludo
No seré el anónimo más, me llamaré Tucker. Me gustan los Tucker...:)

davidiego dijo...

Hola Tucker,
Es mi primer libro de Franzen, me hace pensar que no es poco, aunque sea producido y su estilo no me parezca nada del otro mundo, me faltan 200 páginas (donde según la contraportada está lo mejor) que caerán antes del miércoles.

sobre el experimento de Milgram o la maleabilidad te remito a Oscuro Bosque Oscuro

me engañan, aunque ya no me crea nada me seguirán engañando, eso nos diferencia a los humanos.

Anónimo dijo...

Cuando hablaba de "producido" exactamente me refería a que los americanos vuelven a intentar el expolio del pensamiento crítico como el que hicieron en los años 60con Hamilton y el pop art. Muy interesante como consiguieron focalizar el centro cultural del mundo en Nueva York expoliando de artistas a la vieja Europa, a golpe de talonario. Quiero ser breve, volviendo a Franzen, está todo tan programado que huele fatal. Un panfleto al servicio del imperialismo cultural (la anécdota de Obama es esperpéntica y hasta muy divertida...) En cuanto a Volpi, no dice en ningún momento que desarrolla a Milgram?. Un tipo tan culto y formado? Más bien Volpi se remite a Milgram. (que conste que ese libro hace mucho tiempo que voy detrás de él, Volpi me parece muy interesante). Desgraciadamente, donde vivo, es dificil.
Tucker.

davidiego dijo...

Tucker,
qué no han expoliado los americanos a base de dinero? desde la ciencia a monasterios del císter piedra a piedra, pero me temo que les quedan no más de un par de páginas en los libros de historia, aunque eso sea malo para el resto de los occidentales...

la anécdota obamaniana es curiosa, tampoco me parece para tanto, pero no he leído la obra anterior para opinar si era tan esperada.

hablando de libros y arte, le has echado un vistazo a El mapa y el territorio? Me gusta más este autor francés que el americano.

aunque nada releva a un buen libreo, y tendero por extensión, dónde vives que no llega el imperio Amazon? Volpi no cita ese experimento, pero reconoce vagamente basar su historia en un hecho real.

Anónimo dijo...

En aquel momento lo hicieron como una forma de contraposición hacia el realismo socialista. La extensión de la guerra fría al plano cultural (realismo frente al expresionismo abstracto de los Lichtenstein, Warhol, y sobre todo de Hooper y Pollock). Qué pena lo de la Velvet, con lo que me gusta!!
Desde la comprensión y el conocimiento que nos proporciona la perspectiva diacrónica de la manipulación se intenta comprender los “fenómenos culturales” actuales.
Con respecto a lo de Volpi, es práctica algo habitual en algunos autores de su círculo, el tomar al lector como alguien inteligente (y no lo digo con segundas, por favor, entiéndeme bien) y jugar con esa complicidad para llegar a otro nivel.
No he leído la última de Houllebecq (si te sirve, suelo frecuentar mucho el sitio donde vive…), por motivos deseados personales ando enfrascado en los últimos años en algún tema en concreto y en los últimos meses he “abandonado” en cierta medida la “narrativa en general” (excepciones hay). Dos de los libros que tengo entre manos actualmente son “Los cinco escritos morales” de Eco y “Patas arriba. Escuela del mundo al revés” de Galeano. Como eres inteligente ya habrás deducido en qué campo estoy especializado.
No vivo tan lejos del mundo, claro está, tan lejos donde no llegue Amazon. Ni tú y yo estamos tan separados (me vuelvo a remitir a Milgram y sus “antiguos” seis grados). Es más bien una cuestión de carácter y de actitud. En mi habitación tengo (me dirijo a ella y las cuento…) siete estanterias llenas de libros, y tres de cd’s. No suelo comprar libros así por así (esto lo dejo para los regalos que recibo o anecdotario en general), antes bien prefiero sacarlos de la biblioteca o prestados y si me alcanzan el corazón, los compro. He conseguido reunir (y sigo comprando lejas) un pequeño-gran rincón que es emotivo. Me encanta entrar en esa habitación donde duermo-estudio-leo-escribo, con mi pareja y que la mirada hacia esos elementos que comparten con nosotros el espacio me conmocione. (Hay otra habitación llena de libros y cd’s pero esos no han pasado el corte). Tomo nota del de Houbellecq, veo que está cogido en mi biblioteca hasta el 19 del 12. Tendré que esperar.
Tucker.

Balti dijo...

"la masa es idiota" me encanta....
Buena afirmación Dr. Diego, muy buena

davidiego dijo...

Tucker,
aunque te sigo de lejos, me pierdo.

Houllebecq no lee mi blog, ni ningún habitante de allí, según me dice el analytics...

quizás un poco despierto, pero no creo haber averiguado tu especialización. Galeano me gustó mucho en Espejos, pero me pareció demasiado rojo, sureño y cerrado en Las Venas.. (aunque tal vez porque el texto en estos momentos está un poco desfasado en cuanto al s.XX se refiere). Los abrazos fue uno de los primeros libros que regalé a A.

tengo curiosidad de saber los seis escalones que te han traído aquí.

he comprado 4cds en mi vida, ando cargando todas las copias en un ipod que tengo desde hace 4años. Me da pereza la tecnología. Quizás me esté haciendo viejo porque últimamente no meto nada nuevo, me pierdo en las radios y revistas. Sin embargo, ahora que tenenemos nuestra casa tengo el vicio de acudir a mi librería de siempre, un par de años, y comprar por necesidad. Ahora me ha dado por los americanos y le tengo ganas a Wallace y Cormac McCarthy, y las novelas gráficas, cuando no compré un tebeo en mi vida... no colecciono, pero me gusta tenerlos, no lo tomes como frivolidad, pero los libros (y objetos traídos de viajes) me parecen la mejor decoración externa una vez que han dejado un poso interno. Antes era voraz lector de biblioteca alternando con las novelas que compraba mi madre, bastante menos compulsivamente que yo. Y si algún día cambio de domicilio tanto los artículos deportivos como los libros han de tener el sitio que se merecen y que ahora se queda pequeño.

espero que te guste El mapa...

Balti,
tú también lo piensas?? ;)

Balti dijo...

Pues no es que lo piense, es que en los momentos en que formo parte de la masa (de vez en cuando toca, por ejemplo cumpleaños, noche vieja, etc, etc), me siento idiota i la sensación no me gusta nada de nada.
Por algo sera que mis amigos dicen que soy antisocial, no?

davidiego dijo...

balti,
explícame la paradoja de que dos antisociales, según dicen, acaben comunicándose.

Bel_ga_rion dijo...

Que reflejado me siento, en general soy de ir a toda leche y estresado, y molestarme cualquier cosa que se ponga en mi camino.
Últimamente estoy intentando hacer las cosas más relajado, haciendo las cosas más despacio (en realidad no se gana mucho tiempo por ir a toda leche todo el rato), y en situaciones que unas veces estoy de un lado y otras en el otro, por ejemplo conflictos conductor-peatón, ciclistas-conductor, peatón-ciclista, en el super con el carrito... , me estoy dando cuentas, que cuando estoy de un lado hago cosas que me molestan que hagan los demás cuando del otro y viceversa, y la cuestión es que siempre creo tener la razón. Cuando me di cuenta, me quedé con cara de tonto, y pensé ¿cómo puedo ser tan gilipollas?, a partir de ahí me río de mi mismo, de lo idiota que soy e intento corregir esas actitudes, no siempre es fácil pero se intenta.
Vaya tochazo de comentario...

Balti dijo...

Dr. Diego, esos análisis los dejamos para expertos; igual a alguien se le ocurre hacer una tesis sobre el caso....
Aunque, ciertamente, curiosa paradoja, ....
....igual es que los que me/nos etiquetan, están en un error, i al final lo que busco es la lucidez y no la idiotez, ... no se