libros y cine

He contado los libros que tengo en la librería sin leer y son más de diez. Encima este fin de semana ha caído otro. Encima en inglés, aunque tiene muchos santos como diría mi abuela, tiene más de 300 páginas a tamaño folio... Pero es que últimamente entro en según qué librerías y siento la llamada. Habitualmente no voy a una biblioteca o librería buscando nada concreto más que cuando he leído algo del mismo autor que me ha gustado, lo que suelo hacer es ir por los pasillos, ojear las cajas o las mesas, perderme y esperar la llamada. No suele tardar que un libro de llame.

Este fin de semana he estado en Vitoria-Gasteiz, cuando vayáis a correr el Cto de España de LD no dejéis de perderos por su casco medieval, y aparte de sus pintxos y locales de moda, probad a entrar en Zuloa, en la calle Correría.

Y he ido al cine esta semana. La primera es adaptación del bodrio publicitado a todo trapo, siempre hay alguien cerca que se lo ha comprado y leerlo no lleva más que un par de tardes. La película, protagonizada por un actor al que no le tengo mucha simpatía, sin embargo me parece que mejora el libro. Por lo menos entretiene, y sirve para rdespertar las ganas de volver a la Ciudad Eterna.

Para calmar mi conciencia he ido a ver otra en vo francés, con la Binoche en estado de gracia según la crítica. De director chino. Desde el minuto cinco, y creanme que dura muchos más, deseo que aparezca Lobezno y los pase a todos por sus garras. Ahora aparecerá Cembellín y dirá que no entiendo esa hipnótica fábula sobre la inocencia y la infancia. Lo siento. Se hace más larga que la bici de Lanzarote con el aire en contra y sin poder quitar el 53/13. Pero podría ir de superguay y decir que me ha encantado. Pero no.

Y otra adaptación de novela. Esta se anuncia como la película del libro que vendió 13 millones de ejemplares, por si alguien quiere ahorrarse el tiempo de leérselo. La verdad es que la novela entretiene, pero no me gusta la manera de escribir de Stieg Largson. Abusa de frases en inglés y se pierde en descripciones de objetos que no viene a cuento, la versión de mi "acoplado intenté separarme del grupo" en largsiano sería "cogido a la punta las s-bars de mi manillar de carbono de última generación zipp, cambiando con las manetas SRAM del mismo material, pedaleaba sobre la canadiense Cervélo P3C de carbono, como la que usó Sastre en la CRI del Tour que ganó, calzada con unas espléndidas zipp 1080/808 con neumáticos Continental elaborados a mano que unos ZG ultraligeros se encargaban de frenar cuando era necesario... bla, bla, bla...", eso con cafeteras, portátiles, coches y lo que se le ocurriera. La verdad es que no entiendo por qué tanto revuelo. Eso no se organizará, p.e., con Espejos, aunque sé que a Doval le ha gustado. La película condensa bien en 2horas las seiscientas y pico páginas del libro, con lo que los detalles, las motivaciones, el desarrollo de los personajes y toda una galería de secundarios se pierde, pero no está mal. Encima iré a ver la segunda y la tercera y el último libro ya lo tengo reservado para el veintinueve de junio.

Y ahora que se habla tanto de Pyongyang podéis echarle una ojeada al libro de Delisle, novela gráfica de trazo simple pero agudas observaciones. Uno de los pocos países en los que no conocen a Ramón. Es uno de mis ilustradores favoritos.

Diez libros por leer, y los que seguirán cayendo, y muchos kilómetros por recorrer. Mañana me pongo de nuevo, ya tengo ganas.