lunes, 7 de enero de 2013

10x1.000/0"

Es sólo un entrenamiento, no está en las fechas marcadas con rojo en el calendario… sí, pero un entreno de calidad y cada vez hay menos fechas, de cualquier color, marcadas en el calendario. La San Silvestre Salmantina no deja de ser una carrera muy especial, por la cantidad de amigos con los que me encuentro y porque es prácticamente la única en la que la familia, que no entiende tanta dedicación a estos menesteres, acude a animarme.


Los 37’22 y el puesto 147 del año pasado me otorgaban un puesto en la salida reservada a 200 élite. Cajón virtual que desapareció minutos antes del pistoletazo de salida, aunque me retiré para dejar correr a gusto a los verdaderos élites al menos evité arrollar a mujeres con chándal y sansilvestreros varios (si los domingueros corren sólo los días de guardar, esta especie sólo se enfunda este dorsal al año).


Se produce el desenjaule. No puedo creerme que haciendo el primer kilómetro, cuesta abajo, en 3’06” casi hubiera que me pasara gente y hubiera que meter codo para encontrar sitio.

Pero poco después cada uno está en su lugar.

La primera parte es cuesta abajo y la dificultad estriba en saber gestionar las esquinas, la San Silvestre no tiene curvas, tiene esquinas, e intentar no resbalar con el adoquín que reposa húmedo a la sombra de los monumentos.


Veo gente conocida cerca. Es como la bici. Si los veo están cogidos, normalmente voy dándolo casi todo, inocente reservo algo para por si acaso… Pero la verdad es que voy dándolo todo sin saber cuanto tengo. Los números que canta el gps son increíbles para mi, y sigo ahí, y en las cuestas siento que me quedo, pero aún así paso gente y hay gente me pasa, pero no muchos. Algún conocido que me sorprende que me pase, no porque lo haga, sino porque no lo imaginaba atrás. También me sorprende que me adelante, o alcanzar yo, a gente de clubes de atletismo con zancada más elegante que la mía. Pero si las piernas me atan a la tierra, el crono me hace soñar.



Suelo responder a los niños que ofrecen su mano o a los amigos que me saludan, pero la energía se concentra en mantener las piernas en el mínimo contacto con el suelo posible y que la mente siga negándose a parar.

A falta de 300mts me alcanza un amigo. Ni sabía que él, y otros muchos que luego he visto en las clasificaciones y fotos, me iba pisando los talones. Parte de la energía que va a las piernas se distrae hacia las neuronas del pensamiento abstracto (y no del reptiliano de correr, huir hacia delante). Debato sobre aguantar el ritmo al que me ha cogido y tratar de llegar juntos a meta empatando o pegar un arreón aún a costa de ser sobrepasado en la línea de meta. Los pies roban la molécula de ATP descarriada que iba camino de los centros superiores y que nunca llegó a su destino. 110mts a 2’57” me marcan los digítos de la muñeca.


He corrido como casi siempre, intentándo darlo todo y controlando. He disfrutado y he llegado una pizca más cansado. Estoy contento, pero el subidón de ver el crono, 36’22” para ser el 107, un ritmo por kilómetro que pocas veces aparece en la séptima serie con sus descansos y todo y mmp en cualquier distancia adorsaliada pegan un subidón como nunca. Sigo mejorando hasta niveles que nunca pensé que iba a alcanzar.

Ahora toca seguir trabajando. Este año mandan ir más piano, apenas 34km a pie semanales de media en 12semanas, y he realizado una poda de competiciones que intentaré respetar. No echo de menos los dorsales si sigo encontrándome estas raras sorpresas y disfrutando de los entrenos, que al final, es lo más importante.



bueno, lo importante no es competir, son las pequeños trofeos compartidos que cada día se hacen más grandes.

5 comentarios:

Dani dijo...

Estás fuerte, Doc. Abrazos.

davidiego dijo...

Dani,
Son casi ocho kilitos, pero es un Sol.
Besos en los morros.

robertin dijo...

Carrerón !!!...trofeo merecido .
Vuelves por estos lados.
Me alegro que esas entradas vayan saliendo a la luz.

el chulo dijo...

cada dia corres mas, bribón.

davidiego dijo...

Dani,
Son casi ocho kilitos, pero es un Sol.
Besos en los morros

Robertin,
Me cuesta más el blog que todo lo demás.

Chulo,
Fueron esos trotes por Valdelatas, hay que repetir.