lomos y manzanas, i-lomos e i-maginación.

Deténgase paseante. Abra los ojos y observe. Un mundo mágico espera ahí fuera.

Despierto a la tecnología, pero sigo aferrado a mi querida almohada de lo analógico.

Pero a veces no sé qué camino tomar.

Me gusta recibir cartas. Hace mucho que no escribo ninguna, pero recuerdo que también disfrutaba cuando al otro lado había quien las inspiraba. Ahora es distinto.

Me gusta hacer fotos. Antes, de un viaje, llenaba un carrete de dos docenas, ahora las imágenes tomadas se cuentan por miles, y aunque borre, cientos permanecen, casi todas iguales.

Descubrimos la lomo, disparar sin apuntar. Esperar a llegar a casa cruzando los dedos porque no se estropeen. Pero el revelado es caro.

Me gusta el lomo, me encanta la Lomo.

Pero ahora las manzanas, que han llegaron a nuestra vida por casualidad parece que van a quedarse. 

Hacer una foto y retocarla mientras charlas tomando un café. Las posibilidades se multiplican, aunque ya no descansarán en el album para siempre, sino un ratito en la red.

Macedonia de lomos y manzanas, de arriba a abajo: lomo
 con doble exposición, lomo, lomo en interior, lomo con
 ipad al fondo, lomo, digital compacta más Pixloromatic,
 iphone con Lomo Lens, réflex digital más Pixloromatic
 y compacta digital y Snapseed.

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