jueves, 16 de junio de 2011

crónicas desde el otro lado. cap 5

paseando por Nevada, Utah, Arizona y California
capítulo 4. gentes y modas



Empezamos la ruta por Utah, el estado mormón que no ingresó en la Unión hasta que a su líder se le apareció un ángel que le recomendó no admitir la poligamia, aunque pueda que siga en activo en remotas poblaciones (se dice que las mujeres no pueden salir a pasear con sus propios hijos, sino con los de otra mujer, ni tampoco con familiares directos). Esta religión es mayoritaria en este estado. No creáis que van vestidos como los de la Casa de la Pradera (que alguno veréis así en el supermercado), aunque en la piscina ellas llevan bañadores que tapan un poco más de lo habitual y los niños se sorprenden de ver un aro en el ombligo de A. Son curiosos, en el hotel, una familia nos preguntaba algo cada vez que nos veía y en la tienda empecé probándome unas zapatillas y acabamos hablando de España, de la religión, de la música que se oye por aquí y del Real Madrid y cierto tipo al que se le cayó no sé qué copa... ambos tenían un miembro de la familia que era misionero en tierras de habla española... Y tienen hijos, desde bastante jóvenes (me sentía viejo..) y bastantes....

No se ve mucho afroamericano por estas tierras. De hecho no vimos más que un par de familias de turistas hasta que no llegamos a la multicultural San Francisco. Gente hispana muchísima, sobre todo en el sector servicios, aunque muchos no hablan inglés algunos evitan hablar castellano en los restaurantes de comida rápida donde trabajan, aunque delante de ti le hubieran servido un bocadillo con mucho pimiento a algún amigo.


No sé si es significativo ver a cientos de personas haciendo deporte en una ciudad de millones de personas, pero viniendo de donde vengo no deja de sorprenderme no ser el único que corre al amanecer cerca del Golden Gate. Igual que los motoristas y muchos ciclistas aquí, allí también se saludan los corredores. Cuando entreno en casa sólo me ocurre cuando me hallo a kilómetros de casa y saludas a otro atleta igual que pudieras sonreirle a una largatija parlante, por lo inesperado más que por compañerismo. La gente es muy agradable, cuando nos cruzábamos a alguien en las caminatas nos saludábamos, nos animábamos y al cabo de los días ya preguntábamos qué nos esperaba y cuánto faltaba. Si corres, se lleva el bidón en la mano, si vas de marcha, chupas de la bolsa de tu espalda.


En algunos barrios de SF, abundan las fixies y las singlespeed. Hay tiendas dedicadas a ellas. También la gente camina. En la calle Valencia hay varias librerías y cafeterías relajadas. También tiendas de artesania y alguna de vinilos. La gente charla. Hay plantas en las ventanas. Las bicicletas y las zapatillas nos hacen mejores personas.


En los cuatro estados está de moda una marca a la que no le veo nada de interesante, será porque no estoy en su target de edad, Abercrombie & noséqué.. será porque le vendieron a Hemingway la pistola con la que se suicidó o por algún marketing viral, pero te aburres de ver su logo por la calle en prendas insulsas.


Las Vegas, ciudad de vacaciones, es otra cosa. En las tiendas todo el mundo es muy agradable, se presentará, ofrecerá su ayuda y se despedirá educadamente aunque no hayas comprado nada. Se alegrarán de que les devuelvas el saludo. En la calle, los turistas ya son menos agradables. Bebiendo, comiendo, gritando, emborrachándose a horas tempranas. en el Boulevard te sientes seguro aunque la policia sólo hará acto de presencia en contadas ocasiones. Será la única calle en la que se puede beber alcohol líbremente. Con mi limitado oído es la ciudad que creo que tienen el acento más cerrado, como si no abrieran la boca al hablar.


Son de mentira los monumentos, los canales y sus góndolas, los frescos pintados en el techo del centro comercial que a ratos da el pego de simular un techo, las trattorias y los bistrós. Seguramente también los camareros que llevan su nombre en un placa y dicen llamarse Francesco, y que te reciben con un buona sera, y aunque te sirven una pizza de masa fina y crujiente sobre manteles de cuadros rojos, no hablan con las manos.


y si queréis más davidiego, hoy publico en demonfit 

2 comentarios:

A. dijo...

Tras este viaje he de confesar que ha mejorado mi opinión sobre los americanos...

davidiego dijo...

A.
gracias por comentar, creí que nadie me leía cuando no hablo de carreras.
hay muchas américas, pienso lo mismo pero con más matices.