semana infernal

El Demonio me dice que viva salvaje, yo le contesto que tranquilidad y buenos alimentos. De lo segundo tenedlo por cierto, aunque haya adelgazado 6 kilos ya desde septiembre, pero tranquilidad poca, muy poca, pero aprovechando los ratos libres para vivir salvaje.

 Así que esta semana tocaba de carga, como las anteriores, sólo que la última semana me quedé en una hora de rodillo y hora cuarenta de bici y me tuvieron que ir a buscar. Esa semana no daba para más, así que no confiaba mucho con ir cumpliendo con la hoja de ruta que tenía programada esta semana.

Seguro que conocéis a aquellos dos que se decían el uno al otro una retaíla de números y no paraban de reir. Un tercero les preguntó que por qué decían un número y se reían, que dónde estaba la gracia. Uno de los dos acertó a decir que sabían tantos chistes que para no perder el tiempo contándolos los habían numerado y así sólo decían el número para recordar la gracia correspondiente.

Pues a mi me ha pasado parecido esta semana, los números me han hecho reir, y no son números de dinero, son kilómetros, y sensaciones. Un día al azar no era duro por sí, el reto era poner uno detrás de otro como las piedras de un precioso collar. Y he sido capaz. Los días que sólo tenía carrera hasta me he permitido ir rápido a ratos y he tenido mejores sensaciones que en semanas más descansadas, la lástima que siga fallando la chapa, y como los coches viejos, cuando crees haber corregido algo sale una ampolla o un roce donde menos te lo esperas. Para los amantes de los números, ya sabéis dónde encontrar los míos.

Buenos alimentos, pero poca tranquilidad, y aún así he podido recuperar cada día para volver al día siguiente. El día que haga caso a mis doctores, A. y CAM y descanse, van a buscar anabolizantes debajo de la almohada.  La semana que viene vuelve a ser de las de darle a la cabeza, pero aprovecharé para reposar, pues los entrenos y las obligaciones que me permiten el resto de las cosas me lo permiten. Y de vez en cuando, por qué no, yo también me permito un capricho. ¿Habéis visto el último regalo de A.?