maneras de vivir

Desde pequeños, en nuestra sociedad cristiana cada vez menos influyente, nos enseñan que es más bonito dar que recibir, y también que si alguien te abofetea la mejilla derecha, ofrezce también la izquierda (Mt 5:39).

¿En qué quedamos? ¿Damos primero o recibimos? ¿Damos dos veces o devolvemos amor?

El Oscar extranjero a la mejor película se plantea dos formas de ver la violencia. No hace juicios de valor, simplemente expone situaciones diarias, entre ellas el acoso escolar, los bordes cotidianos o la vida en los campamentos de refugiados.

¿Ser pacífico es una forma de evolución que persigue la conservación? ¿El fuerte siempre gana? ¿Al débil no le queda más que ser pacífico puesto que no todos son más listos que el adversario? ¿Cuánta violencia es aceptable y podría ser buena?

Una película tranquila, que intercala postales donde lo único que se mueve es el viento, pero que genera alguna situación de angustia. Cuando sabes que algo va a pasar pero te intriga no saber qué ni a quién. Dos niños, dos maneras de enfrentarse al mundo. Dos sociedades. Dos niveles, los violentos y los que han aprendido a interiorizar la agresividad.

¿Qué somos realmente?

Pienso que somos violentos, que el diálogo es una forma de evolución; que la educación nos hace retraídos, algunos verán debilidad, y que la violencia es una falta de desarrollo de la pedagogía de la persona. Que la masa despersonaliza y crea furia. Que los fuertes saben manejar la palabra y la fuerza justas y adecuadas. Que seguiré siendo apocado, pero que aparentar fortaleza, ser más grande que el otro, en este mundo, ayuda.

¿Y vosotros?

Hævnen, se traduce como En un mundo mejor ¿? ¿cuál? 

Si alguno ve la película, ¿cómo reaccionaría? ¿es fortaleza su actitud final en el campamento? ¿ha pensado las consecuencias?

Respuestas: no lo sé, hasta cierto punto, no.