La semana pasada estuve intermitente, como el hombre del semáforo. Unas veces colorado por la ansiedad del mes más estresante de los últimos años; negro, invisible, en las transiciones al otro color, de cada dos entrenos he fallado uno, esa sensación de no ir, de que es mejor quedarse en casa, hacer lo que hay que hacer y, si no hubiera que hacerlo, poner las piernas en alto y leer un buen libro; y otras estoy verde, brillante, muy brillante.
Antes de ayer he sumado otros treinta kilómetros por la Vía de la Plata a 4'08" de media con muy buenas sensaciones. Había quienes incrédulas me veían venir y me seguían con la mirada rumiando pensamientos desconocidos. Aparte de cigüeñas y otros pajarracos de oscuro plumaje, a mi paso también salieron liebres de cola blanca, pero eran más tímidas.
Quince días, casi se acabaron los entrenos. Qué ganas de supercompensar...
la porra de San Jorge sigue abierta...
4 comentarios:
Oh! como mola la foto! que bien posaron, ni que te conocieran del blog!
A disfrutAr!!!
Que ritmo no?? Puff que bien te va a salir San Jorge, seguro, animo¡¡
furacán,
iba corriendo y se juntaron todas para verme llegar, fue flipante, lástima que se aburrieron cuando saqué la foto.
A.
con vos!
emilio,
ojalá, con disfrutar me conformo.
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