sábado, 13 de febrero de 2010

historias de pingüinos


Bienvenidos a la pingüinera. La vida transcurre tranquila. Los mayores madrugan para traer el pescado a casa, y la juventud nunca deja de protestar. No están satisfechos.


Los papparazzi siempre presentes. Llegan en autos, combis, a veces legiones descienden de omnibuses. Todos armados de cámaras, buscan esa imagen que los hará famosos.


Los mejores nidos están cerca del mar. Cuando vuelven de tierras lejanas lo hacen al mismo nido, y con su misma pareja, siempre que ésta haya demostrado que es capaz de cuidar de la prole. Los menos afortunados tendrán que caminar hasta 2km desde casa para pillar unas olas.


Y no todos los terrenos son iguales. Los hay muy valiosos y los hay de ocasión, no es lo mismo un terreno arenoso cercano al mar que uno rocoso lejano, por suerte, un poco alejado hay una zona arcillosa donde se escarba bien, las raíces de los árboles facilitan la tarea y le dan cierto glamour.


Los jóvenes son coquetos. Es época de muda, de dejar las plumas infantiles y ponerse el traje de adulto, ese que los hará impermeables y les permitirá bucear, conseguir comida, emparejarse e independizarse.



Las progenitores siempre atentos, antes de su presentación en sociedad, acicalan a sus retoños. Buen porte y buenos modales abren puertas principales, y si uno ha nacido tarde ha de acelerar la pérdida de su aspecto infantil antes de empezar la migración con los demás. El que no haya mudado a tiempo se quedará en tierra.


No tener el cuerpo preparado para la travesía es malo. Ser débil es malo. Cansarse en el trayecto del agujero al merendero es malo. Los débiles sucumben. Sólo los fuertes permanecen. No hace falta ser un superpingüino. Se es o no se es pingüino, pero ser menos es no ser.


Pasan las olas, pasan los vientos, se construyen agujeros, se desgastan las piedras, cambia la ropa y las caras de los viajeros, pero el ciclo se repite. Nacer, vivir, morir, a veces sin haber conocido qué más hubiera podido ser. Nunca sabes cuándo te vas a encontrar con tu última cita, puede ser de adulto en el mar, o en la tierra de niño.


Pero los pequeños aún no lo saben. Sueñan con sumergirse bajo las olas y pillar su primer pescado. Los mayores les advierten de las orcas, de los leones marinos. La juventud confía en su fuerza y destreza para sortear las contrariedades. Aunque sienten perder el cobijo de sus padres una vez que alcancen el agua.



Cuando vuelvan de viaje serán totalmente adultos. Quién sabe que habrán visto y desafiado. Ora toca buscarse la vida, el pescado y el nido. Ningún patilargo con su cámara los va a detener.



Los caminos de madera facilitan el camino, en principio para que no molesten los guiris, puedo pasar por debajo sin que nadie me interrumpa, aunque a veces ir por arriba es un buen atajo, limpio de piedras y desniveles.



Soy yo, el pingüino. ¿Algún problema?


- Mirad, pequeños. Son como nosotros, pero con cámaras. Necesitan imágenes para recordar, para enseñarlas, para contar que han vivido. Vosotros mirad bien el mundo y aprended, llevad encima todo lo que necesitéis y desechad lo innecesario. Vuestro plumaje, vuestra fuerza y vuestra destreza os llevarán a vuestro destino. No necesitáis más.



un día en Punta Tombo, Argentina.

20 comentarios:

Furacán dijo...

Que bonita entrada!

davidiego dijo...

furacán,
digna del otro lado?

Emilio dijo...

Muy chula krak, aq mas chulos son ellos andando, yo me partia de risa al verlos en canada, entre torpes y vacilones jeje

ser13gio dijo...

Último párrafo inspirador.
Sigue así.
s

irotante dijo...

Precioso relato con sus fotografías y a seguir disfrutando

German Carbajal dijo...

Sin dudas una de las mejores entradas que he visto. Sin dudas

muchas gracias
me ha encantado

Miss Pingüina dijo...

Estimado Dvdg, gracias por la ternura de sus palabras.

Lo cierto es que aunque describe bastante bien un día en la vida de un pingüino en Punta Tombo, se olvida de la excelente formación atlética de mis hermanos. No todo es pasear, pedir comida y observar humanos, también somos excelentes nadadores y para eso hay que aprender en la pileta pingüina...sucede que cuando usted vino nos vió parados mirando al infinito; en realidad esperábamos a que la marea llenara la pileta y comenzaran las clases de natación.

Por cierto mi papá se recupera bien de la intoxicación que le produjo picotear la suela de la bota de Mstk...

davidiego dijo...

emilio,
en el agua nos ganan.

s,
el que inspira al inspirador buen inspirador será.
gracias.

irontante,
siempre.

german,
gracias a ti por sacarme los colores, así aún conservo el moreno.

miss pingüina,
animo a quien por aquí pase a visitar tu blog, no le defraudarás.
un placer coincidir con usted.

Xocas dijo...

Preciosa entrada. Maridaje perfecto entre texto y fotos.

Angel dijo...

Me ha gustado este post mucho, compañero.

Y ellos viviendo a lo suyo, que bastante tienen con los peligros ahi en el mar como para estar preocupados por otras mas, verdad?

sislen dijo...

¿y habéis aprendido a comunicaros en pingüino?
Me encanta soy yo el pingüi, qué pasa....

Unknown dijo...

Q envidia... uno de los animales que siempre he querido fotografíar: pingünos, koalas y delfines... me tengo que empezar a poner serio con esto eh.. tengo que ir al zoo ya... :p

Laura dijo...

¡Qué buenísimo!!! Hay por ahí uno que se parece a "Happy feet", con su plumaje a medio mudar...

Las fotos chulísimas.

inma dijo...

Precisamente ayer en algún canal (no recuerdo) estaban echando un reportaje sobre los pingüinos... que graciosos son... me parecen entrañables.
Y aún más con este relato,las fotos y el último PARRAFO..

A seguir contandonos ....

Mildolores dijo...

Cuanto y que bien te inspiran los pingüinos, David.
Bonita entrada.

Feroz dijo...

qué salaos.
el de "soy yo, el pingüino" parece que esté diciendo:
-¡Jódete! soy un pingüino!

versión gato

versión oso hormiuero

Rachel dijo...

que simpáticos pero creo que son agresivos...es así?
saludos

Chasis In The Middle dijo...

Ayer me pareció verte por donde el Toscano. Alomejor te confundí con alguién, yo iba sin las gafas xD

davidiego dijo...

xocas,
si me lo dice un buen sumiller de blogs.. gracias.

ángel,
sólo se preocupan de lo importante.

sislen,
por ahora sólo andamos como pingüinos.

diego,
no lo dejes para mañana!

laura,
nos dio recuerdos para ti. También cuentan los carteles que había hurones, pero no vimos ninguno, aunque sí un zorro gris.

inma,
deberíamos aplicarnos la lección de la madre pingüina.

mildo,
ahora a nadar como ellos.

feroz,
esas versiones son infinitas... ;)
menos mal que no hay versión feroz

rachel,
nos dijeron que si los tocaban te picaban, a A. le picotearon la bota. Pero ya ves en las fotos que nos quedábamos a un palmo.

chasis,
en bici sobre las 3:30, casco, gafas y cazadora naranjas.

Anónimo dijo...

bueniiiisimooo, saludos desde el fin del mundo!!!! su librero ushuaiense