ya es invierno

Y hace frío. Lo normal. Y no hay que ir muy lejos. Lo que diga el sentido común. Así que, qué mejor plan para pasar casi tres horas calentito en manga corta que meterse al cine, con el aire acondicionado a todo trapo, tanto en la sala como en el coche, consumiendo energía, despilfarrando, total, cuando se acabe saqueamos otro planeta y ya está.

De eso va Avatar. En el año 2514 la tierra necesita explotar nuevas fuentes de energía y explota los yacimientos de un valiosísimo mineral en la lejana luna Pandora de irrespirable atmósfera. Hay mineros que trabajan en la mina, científicos y mercenarios que impiden los ataques de los locales y conquistan nuevos territorios.

Por casualidades de la vida Jake Sully, marine licenciado parapléjico pasa a enrolar el bando de los científicos, sirviendo en un principio a las dos facciones. Los científicos estudian el planeta mediante unas criaturas llamadas avatar, híbridos de humano y Na'vi, la especie superior pandoriana, contralados mediante la mente del investigador.

Así Jake se verá libre dentro del cuerpo de un Na'vi, podrá saltar, trepar y correr. Poco a poco irá superando ritos de inciación hasta ser un Na'vi más y llegado un momento tendrá que escoger un bando, el de los violentos humanos saqueadores de recursos humanos o los de un pueblo en perfecta comunión con la naturaleza.

Amoríos, aventuras, peleas, tiros, naves espectaculares, mensaje ecològico... para una película que estrena nueva forma de filmar en 3D y que seguramente dará lugar a secuelas.

Y la película casi se pasa más rápido que lo que se tarda en leer esta entrada.