viernes, 16 de marzo de 2012

buen rollito

Una película sobre un tetrapléjico tras un accidente deportivo y su nuevo cuidador. Sin malos. Sin más adversidades que las limitaciones propias de la enfermedad. Basado en una historia real.

Además  en tono de comedia y vendida como la película francesa del año, con permiso de The Artist. ¿por qué no?


Sin más, comedia amable sobre un afrofrancés que vuelve a su banlieu natal tras salir de la trena, y un discapacitado de rancio abolengo que le emplea como asistente, para todo. No voy a contar el argumento, pero si digo que es una comedia, que no hay malos, que es una historia sobre un aristócrata y un chico de los barrios bajos... cualquier lector avezado adivinará que aunque al principio ambos choquen, se irán comprendiendo, aprendiendo a querer y que vivirán domésticas aventuras mientras superan los problemas cotidianos descubriendo la alegría de vivir.

La importancia de las pequeñas cosas. Buen rollito. Todo es fácil con amor. Y con mucho, mucho, dinero.

test de agudeza visual: 
¿cuál de estos tres vehículos aparcará a lo largo de la película en plazas reservadas?

Y como es una comedia, y aceptada por veinte millones de espectadores, se puede mostrar la vida en los barrios degradados de la periferia igual que las miserias diarias de los que no son como la mayoría de nosotros, y hacer chistes sobre negros y minusválidos. Chistes sobre Intocables. Mi favorito es uno que reza algo así como:

- mamá, dame una galleta.
- cógela tú misma.
- mamá, dame una galleta.
- te he dicho que la cojas tú.
- mamá, dame una galleta!
- ...
- pero mamá, no tengo brazos.
- ah! no hay brazos, no hay galletas.

(no sé si será la misma niña que se cayó del columpio)

Ahora todos queremos galletas, y carreteras, y medicinas, y 35 horas, y pensiones, y 20 alumnos por clase, y sanidad de primera, y subvenciones, y honradez, y...

mujeres que fuman tocando partes erógenas, las orejas.

Pero no hay galletas, no sé si nos las comimos todas con gula o no tenemos brazos, porque no nos importa y los alzamos sin conocimiento al elegir a los que nos dirigen, o antaño, hace tanto que ni nos acordamos, los usamos para coger más galletas que las que podíamos comer y las tirábamos por ahí.

Qui le sait?

Pero no hay galletas y es tarde para alzar los brazos.

3 comentarios:

Si te lo tengo que explicar... dijo...

No tenemos brazos, o creemos que ya no los tenemos porque nos los han atado con miedos y manipulación. Pero nos podemos comprar un bolso Loewe desde 1500 euros... Tenemos lo que nos merecemos!

A. dijo...

La peli puede ser previsible, pero es una de las que no me arrepiento de haber visto, porque llevamos una racha... Miedo me da tener brazos y olvidar cómo se usan, nos estamos resignando y eso no es bueno.

davidiego dijo...

ironmanu,
si tuviera brazos aplaudiría.

A.
nada bueno, menos mal que me quedan tus abrazos.