viernes, 17 de junio de 2011

crónicas desde el otro lado. cap 6 y fin.

paseando por Nevada, Utah, Arizona y California
capítulo 6. coolipollas y otras sandeces


Ya sabemos que nunca estamos contentos con lo que tenemos, pero deberíamos preocuparnos de copiar lo bueno del vecino y no simplemente imitar como un mono todos sus vicios.


 Empiezan a proliferar por Salamanca negocios que sirven café para llevar en vasos de plástico, y tamaños XL. Por esta época, hordas de americanos van arriba y abajo de las calles de mi ciudad, de clase a fiesta y de fiesta a clase. Lo malo es que no sólo los foráneos adoptan estos brebajes, sino que también empiezan a hacerlo los locales. Do fueres haz lo que vieres, un café en taza, y sentado a ser posible en una terracita no tiene precio, ¿no se podrían inculcar buenas costumbres a estas buenas gentes?

Hay lugares en la tierra de oportunidades que buscan la calma. Donde esas magdalenas gigantes conviven con croissants y napolitanas. Donde llenar la cesta en un supermercado orgánico y donde los restaurantes de postín quieren imitar lo que se supone que comen los que bañan sus pies en las riberas del mediterráneo, ¿como salmantino puedo decir que sigo dicha dieta o es más bien cosa de libios y valencianos? Hay ensaladas por doquier, en muchas ocasiones el aderezo vendrá en una bolsa con más calorías que una hamburguesa y se echará de menos un buen aceite y vinagre, sobre todo el aceto balsámico de esa ciudad de la llanura padana tan alejada del mare nostrum.


Aún quedan por aquí, y espero que por muchos años, restaurantes económicos donde por el precio de una bebida y patatas grandes y una hamburguesa se pueden comer dos platos con cubiertos, y en ocasiones en restaurantes muy atractivos. Esto nos ha sido imposible de encontrar durante nuestro viaje, si bien los precios a la hora de comer disminuían sensiblemente respecto al menú de las cenas.


Resulta que uno de los entretenimientos de los descendientes del Mayflower es go shopping, comprar por comprar, deambular por enormes malls, los más lujosos simulan los centros históricos de las viejas ciudades europeas, un trampantojo en el techo simula un cielo azulado que da el pego al rato de llevar la vista enfocada a la mercancía que luce en los escaparates. Una vista al suelo, nos mostrará un simil de pavé plastificado para su mejor limpieza. Y aquí, que tenemos granito de verdad en el suelo y muros que saben historias de siglos, y negocios que sabían qué vendían, tenemos calles clónicas en todas las ciudades, y donde no hay una franquicia hay un cartel de se vende o se alquila (o un chino, qué no sé qué es peor) mientras más y más tiendas se abren en centros comerciales alejados de las ciudades, poniendo difícil a los que carezcan de transporte ir incluso a ver una película.

Y todas las pequeñas tiendas únicas cada una con su dueño y una familia detrás, se transforman en esas enormes superficies clónicas detrás de las cuáles nadie sabe quién se esconde. Muchas marcas, pero en la letra pequeña todas tienen el mismo dueño. Y muchos dependientes, que duran poco, y las más de las veces son reponedores de productos de los que apenas saben algo.


 Las calles y los parques de allí están impecables quizás porque vienen aquí a tirar la basura. A fumar en las calles, comer y güifear sentados en el suelo.


Soy urbanita, siempre he dicho que prefiero en el centro una pequeña buhardilla con buenas vistas que un chalé con parcela de mil metros en una urbanización impersonal de nombres exóticos puestos quizás por poetas frustrados. Pero ahora se lleva vivir en el campo, en contacto con la naturaleza, aunque luego tengas que bajar a la ciudad cuatro veces al día a llevar a los niños a clase (porque siguen empadronados en la metrópoli) o a actividades extraescolares perdiendo el tiempo en los atascos que se preparan con puntualidad británica. Claro, al revés que en las High Schools, en las escuelas de mi barrio no hay enormes aparcamientos. No sería mejor al revés, ¿vivir donde tengas los servicios y el fin de semana cargar el equipo y marchar al campo? Se harían menos viajes. No se conocen los vecinos, coche para comprar, coche para trabajar... pero estamos en plena naturaleza, por eso tengo un cuatro por cuatro, o un SUV, que se usa para lo mismo pero no anda por donde su aspecto insinuaría. Coche grande, ande o no ande, y consuma lo que consuma, para eso los marines mueren para alimentarlo.


Como decía la Mala, allí hay un trato, lo mío pa'mi saco. Si trabajas duro puedes conseguir lo que quieras, el dinero es tuyo y nadie tiene derecho a usar de él, pues nadie como uno mismo sabe mejor cómo gastarlo. Así que no me toques los impuestos. Así, miles de sin hogar deambulan por las calles de las grandes ciudades, muchos bebiendo de bolsas de papel, con capas de mugre y hablando solos, y también hay gente pidiendo como tú y como yo. Seré un inocente, un iluso. Pero me creo los carteles de alguien aseado, joven, que dice que perdió su ocupación hace 5 meses y que haría cualquier trabajo, y que mientras tiene que alimentar a su hija. Y hay muchos como él. También llama la atención alguien con mala cara pida ayuda para su tratamiento médico. Nos estamos cargando, si no lo hemos hecho ya, el estado del bienestar. Acabaremos como los que quieren disfrutar de una sanidad universal y gratuita, entre otras cosas buenas que un día hubo a este lado del Atlántico.

En fin.


Viva la diversidad. Echo de menos esos tiempos que alguien se iba de viaje y traía un recuerdo que sólo podía comprarse en aquel lugar. Globalizar no es uniformar, porque encima, el modelo no es el que más nos conviene.

9 comentarios:

A. dijo...

Amén!

Furacán dijo...

(Aplausos)

spocklopez dijo...

Acabaremos clonando a los clones...

Armando dijo...

Esperando que abras la puerta a la próxima aventura..
Eskerrikasko.

Nacho Cembellín dijo...

Genial!!!... aunque algunos que siempre hemos vivido en la urbe, solo deseemos vivir en el campo, dónde a diario vamos, eso si, sin atascos pero tb con coche. Cuestión de preferencias pero a mi el centro de Madrid me aterra, cosa que no pasa con el centro de Salamanca. En fin, como decía, cuestión de preferencias.

ser13gio dijo...

Gran saga y post, de nuevo.
Vete otra vez de viaje para que nos cuentes más.

Ah, no, que me das envidia. Quédate en casa.
s

davidiego dijo...

A.
In saecula saeculorum...

furacán,
(genuflexión)
gracias!!

spocklopez,
si los vamos mejorando al menos..

armando,
hay que recuperarse física y económicamente.

nacho,
hay ciudades y ciudades.

s,
abriré una cuenta para aceptar donaciones y emprender largos viajes para contároslos...

Xocas dijo...

Muy interesante la serie y los puntos de vista. Sigue triviajando que aprendemos un montón.

Si te lo tengo que explicar... dijo...

Me ha gustado mucho este último capítulo de vuestras aventuras americanas.
Me "llevo" esta estupenda frase :"Globalizar no es uniformar".
Graciassss