La vida es un sucesión de elecciones. Unas condicionadas, otras menos, algunas libres si es que eso es posible. Pensamos que sabemos lo que queremos y renunciamos a unas cosas para conseguir otras, o intentamos organizar nuestras vidas para que todo lo que queremos cuadre en nuestra agenda. Como buscar un claro en el cielo y sacar la bici, ayer me equivoqué, perdí tiempo y lo dejé para hoy, ahora llueve. Como escoger las películas que tengo ganas de ver, aún con carnés de estudiante y días de descuento, ir al cine consume tiempo y dinero.
Y esta semana no he estado muy acertado.
Aunque reconozco que les tenía ganas. The lovely bones ha sido la última elección (un día escribiré sobre la traducción de los títulos en las películas dobladas, Liniers ya habla de ello con sus personajes de la vaca cinéfila y el hombre que doblaba los títulos de películas, así que tendré que pensar en algo más original). La última de Peter Jackson. Producida por Spielberg. Basada en un best-seller. Con Mark Whalberg, Rachel Wisz, Stanley Tucci y la niña de Expiación, esa película que parecía un anuncio de perfume. Aquí hacen unas interpretaciones estupendas, pero la película parece un anuncio de otra cosa. A pesar de los primerísimos planos cerrados y la fotografía que nos lleva a los iniciales setenta.Primero no hagas caso a la publicidad. No te fies de la sinopsis que verás escrita.
La historia versa sobre una familia con tres hermanos. La mayor es asesinada por un vecino. Los quedan lo harán destrozados. La que se va se queda en un lugar entre el horizonte y el cielo. El asesino sigue con su vida. Y punto.
La historia en el mundo real convence, a veces emociona. Pero cuando sale la protagonista, a la que le han arrancado todo lo que podría ser, en ese no-lugar, la película se pierde. Creas expectativas que no se cumplen. Y la película se alarga para no ir a ningún lugar. Y cuando suena el Song to a siren ya pienso que he tirado el dinero, y que lo que veo en los cortes de Perdidos me gusta más y dura menos.
Quizás con alguna crítica os haya espantado de ir a ver una película, pero estoy seguro de que más de uno me va a rebatir estas palabras. Te espero.
Y esta semana no he estado muy acertado.
Aunque reconozco que les tenía ganas. The lovely bones ha sido la última elección (un día escribiré sobre la traducción de los títulos en las películas dobladas, Liniers ya habla de ello con sus personajes de la vaca cinéfila y el hombre que doblaba los títulos de películas, así que tendré que pensar en algo más original). La última de Peter Jackson. Producida por Spielberg. Basada en un best-seller. Con Mark Whalberg, Rachel Wisz, Stanley Tucci y la niña de Expiación, esa película que parecía un anuncio de perfume. Aquí hacen unas interpretaciones estupendas, pero la película parece un anuncio de otra cosa. A pesar de los primerísimos planos cerrados y la fotografía que nos lleva a los iniciales setenta.Primero no hagas caso a la publicidad. No te fies de la sinopsis que verás escrita.
La historia versa sobre una familia con tres hermanos. La mayor es asesinada por un vecino. Los quedan lo harán destrozados. La que se va se queda en un lugar entre el horizonte y el cielo. El asesino sigue con su vida. Y punto.
La historia en el mundo real convence, a veces emociona. Pero cuando sale la protagonista, a la que le han arrancado todo lo que podría ser, en ese no-lugar, la película se pierde. Creas expectativas que no se cumplen. Y la película se alarga para no ir a ningún lugar. Y cuando suena el Song to a siren ya pienso que he tirado el dinero, y que lo que veo en los cortes de Perdidos me gusta más y dura menos.
Quizás con alguna crítica os haya espantado de ir a ver una película, pero estoy seguro de que más de uno me va a rebatir estas palabras. Te espero.
Por cierto, buscando las imágenes para ilustrar esta entrada me he encontrado en un foro proanorexia...
6 comentarios:
Dame unos días para verla y haré lo que pueda... Pero mis gustos cinéfilos son mUuuuy raros.
La vida es una elección de caminos, ninguno es el adecuado y ninguno es el equivocado, cualquiera que elijamos nos puede llevar a la felicidad.. sólo depende de uno mismo.
el otro día escogiste la noche y la fiesta en vez de carretera y viento conmigo..
;)
Mientras que el que elijas te haga feliz.....
Y muy probablemente la próxima vez elegiré carretera y viento contigo!
Pues chico, sigo pensando en ver "En tierra hostil". Jejejeje. Quiero ver a un "flipi" de estos explicándole a su hijo que la vida es eso: Desactivar explosivos a pelo. No sé por qué, pero quiero verla.
Eso sí, que invite Ramoncín.
emilio,
lo malo es cuando pierdes el tiempo en cosas que creías que te iban a ustar.
diego,
ya sabes dónde encontrarme.
mildo,
el padre le venía a decir a su hijo que ahora le emocionaba su pijama, sus peluches, su habitación, su edredón, su madre, su padre... que según creciera le iban a emocionar cada vez menos cosa, y cuando fuera como él sólo una. En el siguiente plano aparece descendiendo de un Hércules reenganchándose a la guerra.
Desactivarlos a pelo tiene su lógica: el explosivo es tan potente que la protección apenas la mitigaría, así que prefiere no pasar calor y trabajar más cómodo. Pero tampoco gusta de mandar un robot explorador previo.
Viva la SGAE!
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