lunes, 24 de octubre de 2011

satisfacción

En El Club de lectura de los oficiales novatos, Patrick Hennessey nos cuenta su experiencia desde que terminó su carrera universitaria como cualquier chico de buena familia inglesa, nieto de guerrero ilustre de su Graciosa Majestad por parte paterna y de un famoso pacifista por la materna. Ingresó en la Academia Militar y pasó de hacer guardias en Buckingham Palace a cumplir misiones en los Balcanes, Irak y Afganistán. Un soldado moderno con internet, i-cachivaches, McDonald's en el cuartel y televisión por satélite que deseará abandonar todas las comodidades en busca de acción. Jugar a la guerra con armas de verdad. Liquidar al enemigo tratando de esquivarle. Gozar el subidón de adrenalina de quien mira a la muerte a los ojos. Llegará a ser el capitán más joven del ejército británico. El libro acaba con su vuelta a la civilización, donde en ocasiones desearía encontrar bronca en cualquier bar, para como asesino profesional destrozar al buscabroncas que osara a provocarle, pues necesita su dosis de endorfinas.


Restrepo es un documental que sigue durante 15 meses a unos soldados americanos destinados en el lugar más peligroso del mundo, Korengal Valley, en Afganistán. No hay héroes, sólo supervivientes. La clase proletaria del ejército, algunos enrolados para ganarse el jornal, otros por las misma motivación que nuestro joven capitán de veinticinco años. La guerra real.


Termino ahora de leer The photographer, muy recomendable novela gráfica que articulada en tres partes relata el primer viaje que un fotógrafo realizó a Afganistán en los noventa, antes de que supieramos de su existencia, acompañando a los MSF para documentar su labor.


La motivación del fotógrafo sabemos cuál es, fotografiar. Buscar La Foto, como el surfista busca La Ola.

Las tres partes del libro recogen los preparativos y el viaje de ida hacia la base que MSF tiene en las montañas, lejos de la capital, accesible durante determinados periodos del año a través de pasos de montaña que se atraviesan mediante caravanas con animales. La segunda parte refleja la actividad de los Médicos Sin Fronteras en su campamento y la tercera es el viaje de vuelta en solitario de nuestro fotógrafo a casa, una especie de viaje iniciático lleno de penalidades.


La motivación de los Médicos Sin Fronteras al ir a la frontera del mundo, a territorio hostil, es hacer el bien a los más desfavorecidos. En este caso aldeas remotas de Afganistán, territorio en guerra en aquella época contra los rusos.

 buscamos médicos altruistas que quieran practicar una medicina
 integral, desde la preventiva hasta la curativa y no sólo 
rellenar recetas 3 horas al día
primer anuncio de MSF en la prensa española buscando voluntarios

Podemos llegar a imaginar por qué los que dañan están dónde están. Podemos elucubrar los objetivos de sus gobernantes de enviarlos a pacificar, civilizar a nuestra manera, unos u otros territorios. Hacen algo allí que no pueden hacer aquí. Pero aún comprendiendo las motivaciones de los cooperantes, no acabo de entender del todo por qué ponen su vida en peligro poniendo parches a redes cuando más cerca pueden zurzir velas, a pocos kilómetros de nuestras ciudades tampoco hay internet, cobertura del móvil o la felicidad que propaga el primer mundo. Y gente necesitada no les falta.

5 comentarios:

Nacho Cembellín dijo...

Muy buena tu pregunta y reflexión final... quizás xq la aventura alimenta el yo del altruista voluntario???, sin intentar hacer demagogia, creo q el altruismo no es una caracteristica en la naturaleza, incluida la humana. Pero queda bien definirla y apoderarse de esa definición.

joxeba dijo...

Viajé a Afganistán como enviado especial en cinco o seis ocasiones desde 2001 a 2004. El trabajo que realiza MSF me pareció tan encomiable que según llegué a casa me hice colaborador de esta ong, de las pocas organizaciones de este tipo que he visto trabajar de forma 100% ética. Un gran post.

Jesús dijo...

Tomo nota una vez mas. Pudiera salir de por aquí el siguiente.

PD. Estoy disfrutando como un enano "Las uvas de la ira".
Buena, buena.

Jetlag-Man dijo...

No sé qué decir. Algunas ong hacen un trabajo impresionante, otras no son más que formas de mantenerse ocupado, conocer mundo... Seguro que también los hay algo corruptos, o que viven muy bien de ello. Sobre las subvenciones prefiero no decir nada.

davidiego dijo...

nacho,
cada uno tiene sus razones, las más claras las del soldado.

joxeba,
bienvenido a este blog y gracias por opinar.

MSF y otras organizaciones serias realizan un trabajo admirable, mi pregunta es por qué ir a ayudar a un pequeño lugar geográfico alejadísimo de todo cuando, p.e., se puede hacer mucho trabajo en un banlieue o en un campo de refugiados en Malta, y por qué no centrarse en un lugar desde el cual extenderse periféricamente mejorando la población que un pozo en mitad de ninguna parte donde, aunque no lo queramos, no hay solución.

jesús,
si llegaste con el protagonista a su casa entonces el resto es disfrutar. Este libro no le llega a la mitad, sobre todo me ha gustado The Photographer.

jetlag,
todo mi apoyo las ONG profesionales y serias, lo que me parece de guays son esas situaciones de los que recogen ayuda y van personalmente a llevarla a un lugar de turismo exótico y fuera de ruta, luego pasa lo que pasa. Y no escribo más.