Ahora que llega junio es hora de apretar. Los que han sido constantes durante el año, a pesar del clima y de lo caras que eran las horas de entreno por la falta de horas de sol, tienen que repasar. Ahora tendrán más base sobre la que aplicar la puesta a punto. Aquellos que no lo hicieron, ante la cercanía de la gran fecha y los días más largos, empiezan a salir.
A los dos nos toca apretar. Salir fuera sin mirar al cielo, sólo al horizonte
Las inscripciones están pagadas, algunas desde hace un año. Las inversiones en material hay que amortizarlas. Llevamos meses entrenando con frío, sin luz, en soledad, abandonando la familia... Ahora que llega la fecha no podemos tirar todo por la borda. Hay que salir, transformar lo acumulado.
O empezar a acumular, que el día, los días, de competición están ahí.
Así que tras una semana de lluvia, y la que nos espera, madrugo, me pongo el traje de superhéroe invernal y salgo a la carretera. Objetivo 5horas. Destino media sierra salmantina.
Km 45,120 Voy bien. A este ritmo puede que me salgan más de 140km. Hace aire y hay nubes negras.
Km 47,400 Pinchazo trasero. Lo reparo. Aprovecho para comer.
Km 60,580 La bici lleva un rato sonando. Me paro a ver si he colocado mal la rueda, el desviador o si le pasa algo a la cadena. Llamo a A. para desearle buenos días.
Km 84,650 Voy bien. Subiendo repechos falta chispa, pero pienso que serán las 3h30 de bici y 60' de transición de ayer que salieron a buen ritmo. Miro el horizonte y veo que la lluvia me ronda pero aún no me ha alcanzado. El ruido cada vez es más intenso y la cadena lleva saltando diez kilómetros, cada vez más, por lo que he bajado el ritmo. Ya no salen 140km, aunque ahora ya enfilo mi casa y el aire da de espaldas, los molinos de viento así lo atestiguan. Hay un eslabón abierto en una cadena con 1000km y sin forzarla en ningún momento. Llamo a A. para que vaya cogiendo el coche, sin prisa, pero que me venga a buscar, no voy a estar a tiempo para celebrar el cumpleaños de mi madre y el aprobado en las oposiciones de mi hermano si tengo que bajar el ritmo, y a lo mejor esta cadena me deja tirado en cualquier momento.
Km 84,830 Algo cruje. La bicicleta se bloquea. A tiempo saco los pies de las calas. Diagnóstico: rotura de patilla del cambio, encastre del cambio entre los radios de la rueda (roces varios) y radio doblado. La cadena sigue con su eslabón abierto. Muerte entre las flores.
Me tumbo en el arcén. El Sol hace un agujero entre las nubes para pescarme como los esquimales en el hielo. Los pájaros cantan tímidos. A lo lejos un cerdo chilla. De fondo silencio. Alguna campana. El Sol se oculta y los molinos comienzan a girar más deprisa. Me pongo el chubasquero porque refresca.
Hace frío y empiezan a caer las primeras gotas.
Cuando llega A., salvadora, se abre el desagüe del cielo sobre nosotros.
Dice que en Salamanca ha granizado incluso y que los coches paraban porque no se veía nada. De vuelta voy viendo los restos del diluvio. Ya no llueve. Si no hubiera pinchado habría estado en casa sin haberme mojado.
Una patilla rota cuyo repuesto tardará en llegar, un cambio rozado, un radio doblado, una cadena inservible. Mojado y la maldita sensación de no haber aprovechado el día, encima me tocará sacar a la cabra, pobrecita, con lo joven que es, con el frío que hace y la que está cayendo...
1 comentario:
Una vez más la Ley de Murphy. Menos mal que tienes "road manager" a tu disposición para estas ocasiones. Venga, venga... Tenías que salir a bautizar y ensuciar tarde o temprano a la "vedette". Mucho ánimo y viva el chubasquero! Taluego!
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