viernes, 16 de mayo de 2008

la insoportable fragilidad del triatleta

Has desafiado la lluvia. Has luchado contra el viento. Te protegiste de la nieve. Has pasado frío, y has pasado calor. Has soportado miradas y comentarios cuando has regresado de estas batallas. Has arreglado averías sentado en la cuneta. Has aprovechado al máximo las horas de luz. Has madrugado para ir a la sierra, para salir a correr, para ir a nadar, a veces sin desayunar. Has llegado tarde a casa, alguna vez con la preocupación de quien te quiere. Has planificado horarios como si tuvieras un máster en gestión. Has conjugado familia, amigos, trabajo y otras obligaciones con tu mayor afición. Has cambiado turnos para hacer entrenos importantes, a veces alguna competición. Te has gastado los ahorros en ese material que tanto necesitabas dejando de lado otras necesidades más perentorias. Has apretado los dientes cuando no llegabas a las pulsaciones o a los watios que tenías programados. Has hecho largos y largos en la piscina mientras en la calle de al lado cambiaban tus vecinos. Has superado gravilla en las curvas, conductores asesinos, pintura vial mojada, basura en los arcenes, baches en tu camino. Has salido a entrenar aunque te tirase la última herida. Has esquivado las temibles lesiones que tanto te han asustado y dañado en otras ocasiones. Te has privado de caprichos en la mesa por afinar. Has pasado noches sin dormir pensando que no salían las cuentas de los entrenos. Has superado las ganas de mandar todo al infierno cuando el esfuerzo no se ve reflejado y parece que andas peor que el año pasado por estas fechas. Has reído y alguna vez llorado. Has esperado a los compañeros cuando estabas como una moto y has aceptado la última media barrita de tu amigo cuando tu cuerpo se volvió pesado y tu estómago un agujero.

Llega un momento en que deseas que la carrera sea mañana, pero todavía no ha llegado la hora. Desearías congelarte para mantener todas tus propiedades íntegras y estar a salvo de lesiones o indisposiciones indeseadas, que te descongelen dos noche antes. Con un gran plato de pasta delante. Estos últimos días te asaltan mil pensamientos, mil dudas.

Dedicado a todos los que van a LZ la primera, o como si fuera la primera vez.

A todos vosotros, salud física y de material, fuerza y muchas ganas de disfrutar.

El trabajo está hecho.

4 comentarios:

Talin dijo...

GRACIAS!!!

Hola, mi nombre es Talín y llevo un par de días con pesadillas.

PD: Siempre es como la primera vez.

Furacán dijo...

Bonito!
Sin conocer de primera mano la sensación casi que lo he sentido.

Saludos!

Si te lo tengo que explicar... dijo...

Te estás convirtiendo en el "Poeta Triatleta" por excelencia. Mucho ánimo de mi parte también para todos los valientes que se dirigen a LZ. Que los dioses isleños os sean favorables. Taluego!

Anónimo dijo...

bonita reflexión que nos refleja a todos .gracias
babo