domingo, 10 de julio de 2011

velobiblioteca

Entre los muchos recuerdos de nuestro paso por San Francisco, está este libro, que se suma a nuestra  incipiente tribiblioteca, subsección velobiblioteca. Escrito por un famoso bloguero neoyorquino, explica los inicios del ciclismo como deporte y algo más, establece una taxonomía de todas las tribus que usan la bicicleta y da su opinión sobre múltiples aspectos de este modo de vida, la obsesión por el carbono, por las fixies de manillares cada vez más estrechos, los hierros...


¿Os habéis preguntado alguna vez cuáles son las cosas realmente importantes de la vida? Si tenéis dudas, el autor sugiere echar un vistazo a los Amish. No tienen cremalleras, ni electricidad, ni spotify, ... pero tienen bicicletas.


Analiza por qué nos gusta rodar en bicicleta y nos compara a vampiros, pues ambos tenemos dobles vidas, poderes sobrenaturales y no nos regimos por las mismas reglas que el resto de la humanidad, aunque nos diferenciamos de éstos porque podemos tomar todo el pan de ajo que queramos, podemos rodar de día y de noche y algunos no tenemos tanta necesidad de conseguir sangre o matar.


A pesar del cuidado aspecto de la bici y del ciclista de carretera, de su tradición y reglas , las más ortodoxas de todos los ciclistas, a pesar de ser tipos duros, acostumbrados a un fuerte esfuerzo tanto físico como mental (al rodar  horas y horas solos, en ocasiones con algún compañero al que han de igualar el ritmo), los rodadores no son más unos tramposos interesados únicamente en la conservación de la energía, pues tratan de conseguir el material más ligero posible, la postura más aerodinámica y la estela de sus compañeros para ahorrar watios en el esfuerzo.


Ciclistas de carretera y triatletas comparten el mismo DNA,  igual que las principales religiones monoteístas, ambos montan en bici no por el goce de hacerlo, sino como un ejercicio físico intensos y aman el carbono y lo último aunque acabaron separándose. Mientras los rodadores regatean hasta el último euro, los triatletas pagan al contado cualquier pieza que crean que les otorga alguna ventaja. Dice que los triatletas únicamente aman la bici porque forma parte del triatlón, que amarían igual los bolos si éstos formaran parte del deporte uno y trino, y que no piensan únicamente en la bici, pues siempre están pensando en lo que vendrá después en cada carrera, la bici después de nadar, correr después de pedalear, descansar después de correr.



 Ataca a la industria como madre de la conspiración de que los sillines causan impotencia y da una serie de normas a los no ciclistas para comportarse con los ciclistas, así como consejos a los ciclistas  sobre cómo rodar y mantener la bici. Defiende la bicicleta por goce, por estilo de vida, sin subculturas y menos con modas que no comprende como la ausencia de frenos y las bolsas de mensajero.

Y a los no ciclistas les anima a montar en bici, es sano, es divertido y no hace falta perseguir el dolor, simplemente hay que montar en bici porque nos gusta. Sin hacer caso a las distintas disciplinas ciclistas que buscan el suplicio, como los rodadores, con su ropa ajustada, su electrónica para medir el grado de calvario sufrido y el pique unos con otros, sin sonreir, como un sadomasoquista, diferenciándose de éstos únicamente en la distinta parafernalia fetichista. Se refiere a los contrarrelojistas, o los triatletas, como masoquistas autoeróticos, pues hacen su tortura en soledad y con retención del esfínter anal...


Aunque reconoced que esforzarse en vencer una colina alcanzando su cima es un ejercicio de introspección y superación, porque el dolor por el esfuerzo, aunque la mayoría de las veces es opcional, es una ventana hacia nuestro interior. ¿O no?


5 comentarios:

Armando dijo...

Estoy deseando poner a Ainara en su nueva montura que tiene sin estrenar la sillita del niño que ya tiene un año y se mantendra solo sentado así poder pasear por las tardes que nos deje el tiempo este verano loco...

Unknown dijo...

Cuanto moderno bloguero... éste seguro que no se crió montado en bici entre la sexta y broadway. :))

davidiego dijo...

armando,
ponla ya!

popi,
ahora lo hará, empezó en la bmx.

marKitu$ dijo...

Muy buena la ultima imagen... tendría que estar en todos los coches pegada, como en el tabaco hay las de dientes destrozados, en los coches la de niños obesos... pero por desgracia ni asi algunos aprenderian...

A seguir disfrutando del uno y trino deporte!

Xocas dijo...

Muy buena entrada. Otro libro que me apunto.