Salgo de la cama y dejo mi despedida en forma de beso en su nuca. Hoy tocan 12h de turno, como entro más tarde, madrugo un poco más para correr nueve kilómetros por la ciudad vacía, bueno, no del todo, hoy está llena de lluvia.
Con un deber cumplido y tras dejar que las penas se vayan por el desagüe, tras dar cuenta de desayuno extra cojo el coche. En una rotonda un coche de atestados toma datos al conductor que se ha salido de la vía tras, según parece, hacer la rotonda en sentido contrario.
de tanto escribir explotó el boli...
La lluvia me ha seguido, y siguen goteando pacientes detrás de la mesa. Mi compañero y yo ora los vemos a cuatro manos, ora los repartimos, lo más normal cuando la pila que está encima de la mesa se multiplica. Algún niño llora detrás de la puerta, casi acierto la edad y probablemente que esa forma de llamar la atención no se corresponda a ninguna patología más que a la ansiedad de sus padres.
el tobillo de A.
Dolores de seis meses urgentes, golpes varios, muchas caídas y alguna fractura. Su ritmo viene determinado por la hora que marca el reloj o la retransmisión de algún acontecimiento que consideren importante.
Firmo los partes judiciales de la semana anterior. Alguien bajo mi cargo ha puesto el diagnóstico de agresión verbal, escribo debajo pronóstico leve y firmo. También tratamos las contusiones del alma.
Y luego están los chicos de rojo del soporte básico. A veces peones del enemigo. No dudan en cargar en su ambulancia a cualquiera que lo solicite, lo necesite o no. Quiera ser atendido o no. El soporte avanzado duplica el equipo sumando un DUE y un médico, y la ambulancia está mejor dotada. Dan la primera atención, en ocasiones muy importante.
todas, todas, mías...
Llamadas al pediatra, al ginecólogo, al traumatólogo, al psiquiatra.. en ocasiones porque sobrepasan mis capacidades, en alguna porque me sobrepasan y necesito una voz experta que les haga entrar en razón.
Partes de agresión para cumplimentar la denuncia en Comisaría, casi siempre, afortunadamente, no son nada, pero cinco hojas a cuádruple calco que hay que rellenar porque a la niña de dieciséis su ex le ha retorcido la mano. Ella no tiene nada objetivable, él se llevó un mordisco.
En ocasiones pienso que este no es el mundo en el que me crié. Si me arañaban o insultaban, allá yo. Sólo pisaba el hospital a por puntos o escayolas, que si mis padres supieran darlos sólo habría venido al hospital a nacer. Ahora la gente delega responsabilidades, que sea otro el que me solucione mi molestia, que me de la pastilla mágica después de tres radiografías. Que no voy a tomar la decisión de cambiar de hábitos o hacer algo por mí mismo.
Un pequeñajo, con una crisis convulsiva acapara nuestra atención, el resto de consultas van depositándose inexorablemente sobre la mesa.
Mientras se enfrían la hamburguesa y las patatas, y se calienta el Acuarius traídos del negocio de otro compañero triatleta, tengo de afluencia, y ninguno puede esperar.
La tarde es mala. No bajan de 8 las hojas de asistencia encima de la mesa. Los cinco boxes de los que dispongo están ocupados. Niño berrea porque no quiere ponerse aerosoles, niño berrea porque no quiere ponerse aerosoles, niño berrea porque no quiere ponerse aerosoles. Si no fuera por el niño que berrea estaría de mejor humor.
un clásico
Una herida por arma blanca de la señorita Pepis trasladada desde más de ciento y pico kilómetros, no le voy a dar el alta según llega, así que ya que ha venido que lo vea el especialista. Policía Judicial, me enseña la placa, podemos hablar con usted.
otras veces me pongo el pijama entero
Gente que mete los dedos donde no debe. Gente que se le mete en los ojos lo que no debe porque no hacen nada para evitarlo.
Enfermos que ningún especialista quiere, que juegan al ping-pong con él y yo de red, perdiendo el tiempo. Llamo al árbitro (jefe de la guardia) y opina igual que yo, pero en un descuido el que da el último da dos veces y de un golpe magistral se lo endosa a otro sin que haya derecho de réplica. Maestro! de lo inútil.
Niño remitido porque el primer médico que lo asiste no se atreve a suturarlo. Normal, sólo hay que abrir un poco más el plano que enfoca al niño. Familia que amenaza a los sanitarios por tardar en la sutura de un niño consentido que no deja de moverse. Tras un punto el niño que se queda sin el resto de sutura. Luego dirán que somos racistas.
éste tenía un petardo, éste lo encendió, éste lo sujetó, éste lo lanzó y en éste explotó!
Y en lo que unos vienen y otros se visten y dejan esto libre blogueo o consulto el correo, la verdad es que no puedo estar mirando las musarañas...
¿culo, teta o codo?
Se acabó, tras 60 kilómetros de niebla y lluvia llego a casa y subo las fotos, no son de hoy, pero como si lo fueran.