De pequeño los cementerios de noche me daban miedo y de día me parecían feos. Creo que fue en mi primer viaje a Praga que empecé a visitarlos, y desde entonces que he paseado por todos los que he podido, sin ir a buscarlos, porque acaban saliendo al encuentro del que los sabe ver. Y hay verdaderos jardines de piedra donde perderse y entretenerse leyendo inscripciones y observando esculturas. Luego solo hay que dejar hacer a la imaginación.
En blanco y negro son más bonitos, aunque no se vean los colores de las flores postizas o naturales que los que los recuerdan dejaron. Al atardecer, vacíos, con fina lluvia les da un toque más fantástico. Pero no camines solo.
Hay cementerios donde la vegetación ha invadido todo rastro de muerte civilizada y otros que parecen parques que invitan a pasear. Otros albergan a algún famoso y las tropas de admiradores dejan un rastro de destrucción hasta la tumba del ídolo. En éste cobran entrada, voluntaria. Hay tours guiados. Muchos van directos a la tumba de la famosa protagonista del musical. Yo prefiero deambular por sus calles, perderme y pensar que nadie se ha fijado en lo que yo he visto.
7 comentarios:
"y pensar que nadie se ha fijado en lo que yo he visto"
Me gusta eso.
A santa compaña!!!
Yo también tengo fotos de algunos cementerios chulos, los hay realmente bonitos.
Gente rara...
s
Mi abuelo y mis tíos fueron marmolistas, mira que no he ido a cementerios. Muy chula la entrada.
Entonces te gustará el capítulo correspondiente de "Tus amigos no te olvidan", de Luis Carandell.
laura,
me gusta que te guste.
mildo,
pero respetando las distancias.
s,
Dios nos cría, después nos juntamos.
xocas,
por eso eres tan duro?
lucano,
sólo lo he ojeado. ;)
A mí me siguen dando respeto, aunque reconozco que alguno he fotografiado:
http://www.flickr.com/photos/blockmind/2902086204/in/set-72157607606892235/
Publicar un comentario