martes, 1 de abril de 2008

medallas

Hoy he madrugado más que el otro lado de la cama, que tenía que ir a trabajar. Yo tengo turno de tarde así que me he ido a nadar y luego a correr, después primera sesión de fisio tras cuatro años que me ha descargado la espalda, y ahora la noto tan ligera que siento como si en cualquier momento empezara la transformación y me fueran a salir alas..

Y claro, a las 11 de la mañana con todos los deberes hechos me he puesto a barrer, como todos los días, no vayáis a pensar mal, y he sacado un montón de polvo y pelusa, un montón como cualquier otro de los que saco todos los días. Según dicen trocitos de piel, pelos, y mil bichos más. Trocitos de nuestra vida que acaban en la basura.

Hace 10días puse la cadena nueva, y gentileza del mecánico, no sólo relucía la cadena, sino todo lo demás que la acompañaba, casi no me acordaba de la última vez que vi la bici así, yo no tengo tanta paciencia, pero estaba de fiesta, resplandeciente, y fue sacarla de paseo con mis zapatos nuevos y empezar lo de abril aguas mil. Y así está ahora, llena de barro, aunque la cadena brilla algo todavía. Pero todo ese barro son como medallas, por tener las ganas de ensuciarla cuando todos los demás dormían tranquilos. Y me he acordado de otras medallas, las que resultan después de una carrera, ese conglomerado de sudor extrasalado, gotas de bebida energética y restos de barritas pegadas al cuadro amasado durante cinco o seis horas y dejado secar durante otras tres o cuatro bajo un sol achicharrador. Las medallas de la ropa las guardo en la lavadora, y ahora estoy con problemas para salir abrigado. Aunque algunos días de diario me eviten cuando vengo cargado de condecoraciones, eso no espanta un buen abrazo si es debajo del arco de meta. Y ahora me dicen que use una crema para borrar las medallas alrededor de los ojos, esas que salen cuando te ries o cuando aprietas los dientes. Las únicas medallas que no me gustan son las cicatrices en el material, por mi trabajo he coincidido con ciclistas tras una caída, y aquéllos a quienes no se las subvencionaban lloraban más por sus monturas que por ellos mismos, que las cicatrices en las bicis cuestan, y a veces restan seguridad, preferimos cargar nosotros con ellas, recuerdos de mil batallas.


Me gusta tener la casa limpia y ordenada, pero desconfío del que no tiene medallas.


3 comentarios:

Talin dijo...

Sencillamente me encanta tu blog, sobre todo lo que se puede leer aunque no aparezca escrito, que son como dices esas pequeñas cosas. GRACIAS por pasar también por mi rincón.

Un IronAbrazo

davidiego dijo...

Gracias a ti por pasearte por aquí, ojalá yo llegue a completar tantas carreras y páginas como tú.

Si te lo tengo que explicar... dijo...

Jajaja... Lo de las arruguitas en los ojos me suena... Mi chica me regala de vez en cuando "cremitas fashion" así como por casualidad.
Una lectura muy agradable.Por cierto, siguiendo tu ejemplo y el de otros cuantos, aunque ya lo venía pensando hace bastante, me he decidido yo también a crear un blog. Pásate a tomar algo cuando quieras. Taluego!