Los problemas del cine español -como los problemas del cine en todo el mundo- tienen que ver con una disminución gradual de los espectadores en circuitos convencionales. Asusta mirar las estadísticas: 140 millones de espectadores en 2004 (por no retroceder aún más), 104 millones en 2008. En 2010, las salas perdieron un millón de espectadores al mes. Los datos difieren según los diferentes estudios, pero todos coinciden en que la bajada de 2010 ha sido la más pronunciada. Repito: no solo en España. También en los países donde hay un control de las descargas del que aquí carecemos y donde es posible por un precio más que razonable bajarse una película y sus extras, con todas las garantías.
¿Estos espectadores que han dejado de ir al cine son los que se bajan las películas en la Red o se las compran a los chinos que venden por los bares (que cada vez se ven menos)? Yo creo que no. La gente deja de ir al cine por múltiples razones: porque pierden el hábito, porque no hay nada en la cartelera que les motive, porque prefieren gastarse 100 euros en una entrada de fútbol, porque se enganchan a las series de HBO, porque tienen niños y sale por un pico el cine y las horas de canguro o porque, simplemente, pasan: no es algo importante en sus vidas, lo arrinconan hasta el olvido.
Aunque el cine haya muerto, los cineastas vamos a seguir bailando. Es el único favor que podemos ofrecer a los espectadores. Ojalá aún estén dispuestos a bailar con nosotros.
Isabel Coixet
Se seguirá haciendo cine aunque no se vea en la pantalla grande, aunque dure los 20" de un spot publicitario en la televisión o internet, porque hay anuncios que valen bastante más que muchas películas, dinero y calidad. En el disco duro del vídeo deben aguardarnos cinco o seis películas que se me antojan apetecibles, aparte de que me cueste dinero (intento que el menos posible no viendo mier3Da, yendo los miércoles y tirando aún de mi vetusto carnet de estudiante) me resulta más fácil, y placentero, ver una película en el cine. La oscuridad me impide realizar otras cosas a las que quizás mi hiperactividad en el ocio en casa me empuja: lectura de revistas, periódicos y libros atrasados, cena delante de la pantalla... tengo que probar a ponerme una película delante del rodillo.
Quizás apuremos la vida demasiado deprisa queriendo hacer muchas cosas a la vez, y por eso en la oscuridad de la sala el tiempo se detiene, y como en la caverna sólo somos capaces de aprender las sombras que se proyectan en el lienzo blanco. Y eso es lo que me gusta, estar a una sola cosa.
5 comentarios:
reflexion de 10
Ya había leído el artículo de Coixet que recomiendo en su totalidad porque es muy interesante. La sociedad ha cambiado. A la mayoría que vive inmersa en la cultura de la evasión permanente, le cuesta desconectar y concentrarse en algo dos horas. Lo mismo que le cuesta leer una página entera llena de letras. Te recomiendo que lees los análisis de Nicholas Carr sobre el fenómeno internet -creo que está en Babelia-. Esas cifras seguirán bajando hasta que en le futuro quizá se estabilicen para una minoría con inquietudes extrañas. Pero soy de la opinión de que el cine como la música nunca morirá porque siempre habrá cosas que contar. Además ahora se puede hacer un disco o una peli cojonuda por cuatro perras.Tal vez el fin de las superproducciones esté cercano.
lover,
gracias.
atalanta,
aunque no es así en USA parece que hacer cine aquí es caro (ya hablaré de ello en una próxima entrada) y no sé si se seguirá haciendo arte caro para minorías... para hacer música apenas necesitas nada.
leyendo puedo aislarme, pero frecuentemente si veo la tele también leo lo que tenga a mano.
Me pasa exactamente lo mismo. En el cine se me pasa el tiempo volando, pero en casa me cuesta muchísimo ver una peli del tirón, siempre interrumpo para hacer otras cosas.
Aunque también confieso que apenas voy a cine de estreno. Eso si suelo ver los ciclos que programa un centro cultural en una sala comercial, ahora estamos con Ford, hoy hubo programa doble "Judge Priest" y "The Lost Patrol".
bel_ga_rion,
no están mal los ciclos, si bien las sesiones comerciales son tres al menos durante una semana y los ciclos son de horario único y suele haber colas..
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