Emboscada en Agosto

Como ahora estoy solo, nadie hace el control sobre mis amistades de internet. Y claro, parecen encantadores, pero se les ocurren malas ideas. Así que aunque esté de vacaciones sigo descansando poco, no me había casi dormido tras acostarme a la una y pico cuando a las seis sonó el despertador y claro, las prisas no son buenas, porque no me tomé las tostadas...

y cuando uno no se toma las tostadas cuando toca, se coge una tostada que no te toca, te golpea.. (para fantasma yo, que me apunto a estas cosas).

Toni Cendón, rey del pavés de Candelario

Así que salida en bici con los amigos. Rápidamente seguí la norma del nodraft, yo a mi ritmo, que el objetivo era un puerto de categoría especial, aunque ya que estábamos nos metimos el Tremedal y cualquier otro que se pusiera en nuestro camino, mis acompañantes eran insaciables.


Ciento veinte kilómetros y unos cuantos puertos, con un poquito de agua de la Fuente de la Hormiguita y una Cola con un pincho de bacalao. Claro, así cualquiera se llena. Que prueben con una buena tostada y un buen puro.


Así que con paciencia nos encaminamos a la cumbre, varias rampas al 14% y veinte kilómetros. Porque nuestro anfitrión nos hizo coger la Covatilla desde abajo, desde el mismo Béjar.



Bulderban (alevoso creador de la emboscada), Toni (que se apunta, y termina todo) y un servidor (que tenía ganas de hacerse esta foto pero no sabe si hoy era el día en que iba a salir más guapo).


Pero todo lo bueno tiene un final, y tras repetir cuarenta veces el mantra: ¿Esteban, cuándo llegamos? la aventura llegó a su fin. Productos de la tierra nos esperaban en la mesa, judías del Barco de Ávila, lugar de inicio de la ruta y de donde es originario Bulderban.