jueves, 27 de marzo de 2008

impuestos


Mucho se habla de entrenar diez, quince o veinte horas, pero no hablamos de las horas añadidas, de las horas de impuesto. Si salimos en bici con este tiempo tenemos que limpiarla, lavar la ropa, secar las zapatillas, lavarnos antes de manchar la casa y no cuento nada si como ayer se coge el coche para ir a la sierra; si nadamos hay que desplazarse a la piscina, colgar la toalla y bañador para que se sequen; si corremos es más sencillo, sólo hay que ducharse. A veces enlazamos dos deportes para ahorrarnos una ducha, además, es más fisiológico en nuestro trideporte... y luego la curiosidad de ojear los foros, de contestar algún post, de abrir el blog y ver si alguien ha dejado algún comentario, escribir estas letras..



Ser triatleta es casi como un sacerdocio, como un médico, nunca se abandona el rol que se desempeña. Un señor notario al llegar a casa desconecta, ha hecho sus horas por la mañana y por la tarde se dedica, por ejemplo, a jugar a las siete y media con el señor comisario, pero nosotros somos triatletas las 24horas. Planificamos las carreras importantes como vacaciones, quitamos dinero destinado a ropa u otros caprichos para pillarnos material, ojeamos revistas y webs para estar a la última, si nos desplazamos a otro lugar y no es por competición siempre dejamos un hueco en la maleta para las gafas de natación, el bañador, las zapatillas y un pantalón, no podemos estar tumbados tan cual en la arena sin que se nos ocurra ir hasta tal barquito y volver, o ir a visitar a los suegros en otra ciudad sin que se nos ocurra hacer un rodaje largo...


Hoy estoy cansado, y tal como me recomiendan los amigos estoy haciendo la parte más importante del entrenamiento, descansar. Hoy no nado, no corro, no monto en bici, hoy nada, trabajar, que es lo que me da de comer. Quizás al llegar a casa esté hoy de mejor humor, sin gruñir porque venga mojado, sin reservas, o cansado de ir corriendo de una lado a otro para poder entrenar. Además hoy os escribo desde el trabajo, en un rato muerto, sin encender el ordenador de casa. Hoy al llegar a casa seré una persona normal, todavía no tengo abstinencia y este fin de semana toca descanso en la obligación, así que me machacaré en la devoción..

1 comentario:

misspink dijo...

...Y cómo apreciamos las olvidadas novias que vengais a casa pronto... sin entrenos, sin ese olor de "llego destrozado dónde está la ducha"... Me gustaría verte por un agujerito a ver si eres capaz de no hablar de bicis, complementos, posturas... si es que para vosotros no entrenar no es descansar, siempre tenéis la cabeza girando a 1.000 por hora. Pobre de nosotras! Ains Ainoa que nuestros chicos no se arrastren de nuevo...
Ánimo en el sur del mundo!