Como quien ve una ventana abierta, la posibilidad de juntar tres días de descanso seguidos, sin pensarlo dos veces, nos escapamos al vecino Portugal, destino Aveiro.
La playa dista de la ciudad de los canales 8km. Es última hora de la tarde y hace fresco, A. decide pasear mientras yo me voy a entrenar.
Como un quijote cualquiera, alentado por lecturas que evocan gestas heróicas, decido correr por la playa en lugar de callejear sin sentido por el pueblo durante dos horas.
La primera línea de construcción está a 300mts. La playa me da la bienvenida por una pasarela de madera, es ancha, tras atravesar una zona de dunas llego a la arena.
La playa está vacía. Está llena de niebla. Supongo que los playeros tendrán trescientos sesenta nombres para designar la arena de la playa igual que los esquimales a la nieve, yo soy de interior y sólo puedo distingo entre la arena por su grosor. Escojo la más pesada y decido correr paralelo a donde mar y tierra se unen. Al principio es difícil, la pisada no es firme, se hunde. Al poco rato ya tengo más soltura. No veo a dónde voy ni tampoco de dónde vengo. Sólo hay arena y la línea de espuma de las olas. Silencio. Ni siquiera me oigo. Sólo el mar rompiendo. Podría estar quieto que no me daría cuenta. Cada cuatro o cinco kilómetros hay una especie de rompeolas separando playas desiertas, coincide con bares de playa donde un par de curiosos quizás me observen extrañados desde la lejanía. Al principio los rodeo hasta su nacimiento en la duna, pero es pesado correr por la arena blanca en polvo que quiere venirse conmigo dentro de las zapatillas. Después los intento escalar. Voy a favor del viento y las rocas que miran hacia mi están húmedas. Es difícil sortearlas. Al otro lado están más secas.
No llevo móvil. No hay surferos. No hay pescadores. No hay gente paseando perros. Sólo he visto dos bares y quedaron atrás. Si están ahí no los veo. No me preocupo por mi, llego de sobra, y más allá, pero he quedado dentro de un rato. Se está haciendo de noche y en estos momentos hay quien se preocupa por mi.
No llevo móvil. No hay surferos. No hay pescadores. No hay gente paseando perros. Sólo he visto dos bares y quedaron atrás. Si están ahí no los veo. No me preocupo por mi, llego de sobra, y más allá, pero he quedado dentro de un rato. Se está haciendo de noche y en estos momentos hay quien se preocupa por mi.
No tengo más referencias que luz más tenue cada vez y el gps que avisa cada kilómetro. Calculo que saliendo con el aire a favor y saliendo fresco haré más kilómetros a la ida que a la vuelta. Pero al volver tocan ritmos más fuertes. Así que decido hacer exactamente 55' 28"a la ida y espero que me salgan otros tantos a la vuelta. Vuelvo por mis pasos. Cada vez se ve menos. Cuando debiera estar a 4km del punto de salida, si mi ruta hubiera sido una línea recta, no se ve nada. Decido dejar el mar a mi espalda e internarme en busca de civilización. Se hace más pesado correr y los pies se llenan de arena como la parte de abajo de un reloj. Un poco más atrás veo unas luces. Son caravanas. Es un camping. Lo atravieso. Llego a una carretera mal iluminada. Poco tráfico. Tocan 10' fuertes, que sean 20. Llego al pueblo, callejeo. Veo el coche a lo lejos. A. está dentro leyendo. No se ha preocupado. Sólo llego 80" tarde y 22km más sabio.
Un abrazo.
Un abrazo.
Estos son los entrenos que me gustan.
13 comentarios:
Genial; las fotos, de película; un saludo.
bonita crónica,
buen entreno,
toda la costa es así hasta mira y despues hasta figueira da foz, estuviste cerca de coimbra
buena semana
manuel,
gracias, últimamente estoy más atleta que triatleta.
afcavasco,
estando allí creí que Costa Nova era una especie de pequeña isla y la idea era rodearla, la verdad es que era más grande de lo que pensaba y acabé dándome la vuelta, pero volcando los datos en el google earth veo que me quedé a 500mts de la provincia de Coimbra y de empezar a rodear la península.
Coimbra es preciosa, estuvimos hace un par de años.
Me encantan esos parajes salvajes de Costa Nova,que aún no han sido colonizados por hordas de turistas.
Feliz regreso.
Te he cogido información de Frankfurt, recuérdamelo cuando nos veamos.
Cuando quieras repetir el entreno, volvemos.
Esos son los días de playa que a mi me gustan. Buena tirada animalito, y en plan carros de fuego.
En Aveiro hacen un tri, no sé si está bien o no pero por conocer el lugar ya merece la pena, habrá que ir un día.
Pues al final te ha salido un buen entreno y una muy buena entrada, para que la leamos nosotros, enhorabuena.
Un saludo.
Ya veo que lo pasaste bien... ME alegro que seas 22km más sabio. Bonitas fotos... me plantearé el sitio para mis vacaciones (cuando llguen, si es que llegan algún mes de estos).
El sábado tuve con tu señor entrenador.
Que gran entreno y muy guapas las fotos, espero que en esos 3 días de descanso las pilas estén otra vez llenas.
Un saludo
Quique
La última frase lo define todo. Esos entrenos que medio se buscan, medio se encuentran; en un sitio nuevo, experimentando cosas nuevas. Tengo ganas de volver a Portugal, es siempre buen plan.
s
---AC---,
los turistas colonizaban, pero sólo alrededor de los chiringuitos y acceso fácil a la playa, unos pasos y soledad.
misstake,
cuando tú quieras.
furacán,
habrá que ir.
ángel,
al día siguiente 18km de callejeo nocturno fueron más aburridos.
santa,
todo llega.
quique,
el fin de semana ya se encargó de gastarlas...
s,
me encanta que los planes salgan bien.
Me has alegrado la noche...
popi,
¿?
me alegro ;D
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