martes, 3 de agosto de 2010

air doll

La vida parece
estar construida de forma
que nadie pueda vivirla solo.
Yoshino Hiroshi
Un hombre de mediana edad llega con la noche a su pequeño piso en un antiguo barrio tokiota que poco tiene que ver con la imagen que tenemos del tecnificado japón. Saluda y nadie le contesta, comenta la jornada con su pareja y le hace el amor como todas las noches. Cada día vestida de una manera distinta. Ella es una muñeca hinchable, un modelo antiguo diseñado para satisfacer las necesidades sexuales de su amo.


Un día cualquiera, como Pinocho, Chuckie, o tantos otros muñecos que pensábamos sin aliento vital, cobra vida. Poco a poco irá descubriendo el mundo y se atreverá a salir al exterior. Conocerá diversos personajes en su periplo y se enamorará del dependiente de un vídeoclub, donde tendrán lugar varios guiños para cinéfilos, como que un cliente quiera alquilar El sol del membrillo. Por la pantalla desfilarán personajes tan vacíos como ella, aunque ahora tiene un corazón y desea llenarse.


Un día, accidentalmente, colocando los adornos de navidad se corta en el brazo. Comienza a deshincharse delante de su chico y éste le insufla la vida, llenando con su aliento su cuerpo vacío.

¿qué hay arriba? el cielo, aire y nubes, pero son invisibles, no las vemos, pero están ahí

Con estos mimbres podría construirse una preciosa fábula sobre el descubrir el mundo por alquien recién llegado a la vida, el vacío de nuestra sociedad, nuestra forma de relacionarnos y sobre qué buscamos en una relación. La interpretación de la protagonista conmueve y me encanta el precioso erotismo de la última escena, pero a mi me falta algo. La cámara se mueve como el mundo, sin que nos demos cuenta, y la fotografía es preciosa. Se me hace lenta. Quizás sea la disposición de una noche de verano cargado con el cansancio de un mal lunes.


¿qué nos llena?

8 comentarios:

davidiego dijo...

si algún observador decide verla, que se fije en la marca de la cerveza que aparece desenfocada en primer plano en los últimos 10' de película. Cruzcampo??

Pablo Cabeza dijo...

Bueno, si esto que nos presentas es una película, me gustaría verla para responder a algúna de esas interrogantes que todos tenemos.

Confieso que hace años que no voy al cine... las cosas de mi vida.

Mildolores dijo...

Que qué nos llena?

A esta chica el aire.
A mi los macarrones.

Apunto.

A. dijo...

La muñeca encuentra un corazón, pero late muy muy lento, demasiado. El ritmo de la peli quedará destruido por esa lentitud.
Mola cómo descubre una "adulta" el mundo con ojos de niña.
Mola ver su sombra semitransparente, aunque sólo a veces (tirón de orejas al script)
Mola el final, pero tarda en llegar.

Dani dijo...

Esa tía lo que necesita es una bomba de bici. O un cartucho de CO2 cada vez que sale de casa. Eso es lo que le llena.

Talin dijo...

Ya te contaré, si la llego a ver este verano por ahí, que aquí me da pol saco tener que leer subtitulos.

Atalanta dijo...

Me he puesto al día que últimamente ando bastante liado, discutiendo a diario con impresentables que se dedican a protestar por estupideces. Me acuerdo de vosotros, lo que tendréis que aguantar.

En el pueblo llevan una temporada que sólo ponen mierda en el cine. A Salamanca ya me acercaré en Septiembre.

Cuidadín con esas carreteras salmantinas que no son nada buenas para entrenar en bici.

davidiego dijo...

Pablo,
la película no te responde los interrogantes, pero aún lenta es bonita de ver.
si no echas de menos ir al cine, otras cosas te tendrán más entretenido.

mildo,
y los huecos los rellenas con salsa de tomate.

misstake,
chica observadora, muy buen resumen.

dani,
y rellenarla de líquido antipinchazos, pero reconoce que es bonito que tu pareja te rellene con su aliento.

talin,
esta es japonesa, la puedes ver en versión original, sin subtítulos, al doble de velocidad, y te enterarás de todo.

atalanta,
yo cada día más misántropo, salir en bici y discutir con un conductor es tan cotidiano como ponerme el casco.