jueves, 29 de septiembre de 2011

consejos de inversión

En estos tiempos de austeridad hay que aprovechar al máximo los escasos restos que quedan de los gastos habituales, encontrarse un billete de cinco euros es raro, y ese es el precio que el cine cuesta el día del espectador, o de lunes a jueves con los cupones del periódico o el carnet universitario que llevo estirando desde hace 10 años y que cambiaré cuando use el de mi hijo.

Las propuestas cinematográficas de los últimos días son:

El árbol de la vida
Archicomentada y multipremiada. Película ideal para quedar bien en tertulias con amigos intelectuales. Ciento cuarenta minutos que se hacen largos a partir de la primera hora, pues ya nada aportan. La película es distinta y hay que ir con predisposición, es cierto. Reconozco que los primeros 50' son de una gran belleza, que aunque no se entienda nada da igual, porque la imagen y el sonido lo es todo, pero tras las imágenes de la creación de la vida puede pulsarse el stop del dvd perfectamente. La historia muestra las relaciones de un padre con uno de sus hijos.




El árbol
En la película anterior nos dan a elegir entre el camino de la naturaleza o el de Dios. Escogemos en esta película el primero. Un joven padre muere dejando viuda y tres hijos en la campiña australiana, llena de bichos y con un enorme árbol en el que su familia que se ha reencarnado (revegetalizado en este caso). Pero el árbol es enorme y sus gigantescas raíces amenazan la vivienda familiar. Igual que el fontanero que pretende a la madre. Al contrario de la anterior no se harán camisetas con esta película que llevarán gafapastas orgullosos ni se escribirán tesis sobre su autora.

No os confundáis al pedir la entrada, la del título largo es la cool, la otra es de sobremesa.


Stella
Vive en Francia en un bar-pensión regentado por sus padres y frecuentado por usuarios de los servicios sociales. Crece y cambia de colegio. La amistad con la argentina empollona de la clase le hará ver la vida de otra manera. Una mezcla de las dos anteriores, se queda bien al ver una película francesa en versión original y la temática social se entiende y entretiene. Bonita banda sonora de los años 70.


No habrá paz para los malvados
Cumple el cupo de película patria. Estética ochentera y terrorismo islámico de fondo. La mitad femenina de Delafé y las Flores Azules es la jueza protagonista. Un día, el mal hábito de beber, hará que un tipo duro y solitario, además de policía, cometa un error y trate con todos sus esfuerzos a tratar de liquidar al testigo de su mala acción. No se hace larga, pero se podía contar en menos tiempo. Entretiene, pero no llena.


Manhattan Short Film Festival
A veces son mejores 10 historias cortas que una larga, al menos 4 se salvan y divierten. Son los finalistas del concurso anual de cortometrajes que se exhiben en 200 ciudades diferentes y cuyo público vota al ganador. Hasta Neil LaBute presenta su corto, aunque recomiendo el corto goremusical de los campistas, un hallazgo.


miércoles, 28 de septiembre de 2011

comed, comed, mcditos.


Hace más de setenta años los extraterrestres descendieron a la Tierra en busca de alimentos.


Los humanos les parecieron muy escuálidos y crearon un mecanismo de engorde auto-reproductivo denominado franquicia de comida rápida, ochenta años después, regresarían a cosechar a una población ahora engordada para su deleite.

en Trespass. Historia del arte urbano no oficial


Y si crees que puedes escapar haciendo deporte, estás equivocado


¡Únete a la resistencia!

lunes, 26 de septiembre de 2011

buscando la media

Intento entrenar fuerte cuando toca, pero los ritmos altos no salen. Ayer intenté encontrarlos colocándome un dorsal, confundido con otros 939 supuse que mi amor propio me haría ir más rápido.


Así que me apunté a la media maratón Babilafuente-Salamanca. Puedo parecer un snob que corre carreras lejanas y descuida las de casa, y más ésta que pasa por delante del lugar donde paso los veranos, pero nunca me ha llamado demasiado esta competición. Una recta de 21 km. Acaso 21 personas animando hasta llegar a meta. Infraestructura mínima. Y encima acaba en alto.


Pero me ha sorprendido este año. El tren nos lleva a la salida, aunque nos deja hora y media antes. Da tiempo a desayunar, calentar, y saludar a toda la gente que poco a poco nos vamos conociendo. Es gratuita. Hay chip. Dieron una manta de forro polar en meta. El tren vuelve a Salamanca con los acompañantes haciendo paradas periódicas, y debían ser foráneos, porque este año animaban con ganas.


El disparo de salida me pilla muy mal situado, de espaldas, hablando con Atalanta de proyectos futuros. El plan era hacer 8km entre 3'50" y 4'10". Me resulta fácil, tanto que aún frenando bajo del límite más rápido.


No sé ir en pelotón. Ni corriendo ni en bici. Por eso no me suelen gustar las pruebas con drafting. Si voy me voy, si no voy, me quedo. Así que me quedo solo. Aprovechando el tramo lento tengo que hacer una parada obligatoria mingitoria, la primera vez que me pasa, pero no me importa, esto es un entreno.


Y así me coge Juan Manuel Rodríguez. Calentando. Me acompañará toda la carrera y seguirá mis intentos de cambio de ritmo. Intentos, porque cuando intento correr al ritmo que debería ir, no voy. No hubiera tenido ningún problema en hacerlo al revés, pero el plan era primero lento, luego rápido y después como puedas, pero más rápido...


Pero como casi siempre, y alguien por ahí dice que si soy capaz de esto es porque no lo he dado todo antes, me marco un  cambio de ritmo y esprinto a 400mts de meta. Pero no soy capaz de alcanzar a la segunda chica.


1h25'25" en mi crono, 1h26'03" por el oficial (meada y salida retrasada incluída). 62º general. La lección es que tengo que apretar más los dientes. Entrenando y en competición. Los ritmos están ahí, por lo menos estuvieron, y han de volver a salir. Dentro de un par de semanas lo intentaré otra vez.

Salamancako lagunak, Abel con el Buff que marca tendencia
este año y el primer Jaramugo de la media

viernes, 23 de septiembre de 2011

desbarros y desgarros


Para cada uno lo suyo es más peor. Llevaba unos días arrastrando molestias, como otras tantas veces, pero el ocio y un dolor mayor de lo habitual me inclinaron a hacerme un ecografía, donde se observaba un desgarro del sóleo izquierdo de 16mm y un hematoma acompañante en el que el fisio está poniendo todo su empeño, y fuerza, para impedir que se encapsule. Ahora los hematomas son subcutáneos.

Dicen que el dolor es temporal y la gloria eterna. Pero mientras manipulan mis músculos contracturados el tiempo parece detenerse, y la gloria no es tal, acaso un dolor más leve que perdura y que me permitirá estar antes en marcha para lesionarme otra vez. Espero que lo más tarde posible, casi nunca.

Es curioso mi mecanismo de lesión. El año pasado un sóleo derecho contracturado me produjo una tendinopatía del Aquiles cuando, igual que ahora, estaba entrenando carrera a pie más específicamente, cuatro sesiones por semana, sin otros deportes. Ni más rápido ni más lejos iba en mis entrenos, sin embargo, ahora, como hace un año, me lesiono cuando la carga de entrenamiento es más leve.


Pero tengo que tener paciencia y no lamentarme. Calentar, estirar, alimentarme bien  y aguantar la mano del fisio.

Cuentan de un sabio que un día
Tan pobre y mísero estaba
Que sólo se sustentaba
De las hierbas que recogía.

¿Habrá otro, para sí decía,
Más pobre y triste que yo?
Y cuando el rostro volvió
Halló la respuesta viendo
Que otro sabio iba cogiendo
Las hierbas que él tiró.
Seguro que éste firmaba por un desgarro no de 16mm, sino de 16cm...


jueves, 22 de septiembre de 2011

el postre

Con un fin de semana soleado, en buena compañía, visitando la sierra salmantina, terraceando, avituallándonos de palabras en el Contenedordearte y satisfecho de mi segunda carrera por monte sin haberme resentido de las piernas, el postre fue oir mi nombre por megafonía diciéndome que era el tercer clasificado absoluto. En realidad fui el séptimo en la general, pero por estas tierras los mayores corren todos más que yo.

fui bueno, no forcé las piernas... tenía alas...

Así tras los 500 metros de desnivel positivo que había recorrido, aún me quedaba la ascensión más emocionante, el palmo que alzaba el cajón del tercer clasificado.

 a pesar de los pelos, ni tiré a nadie ni me tiraron

¡Mi primer podio!


Concejales, Miguel Ángel Heras, un par de fotógrafos y A., y gente aplaudiendo. Sensación extraña, pero emocionante.

 un soldado de asalto la guarda ante las miradas que la codician

Copa y lomo, prefiero lo segundo a la primera, aunque la primera quedará de testigo de este día.

lomo y lomo

Si sois rápidos estáis invitados.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

entre el dolor y la nada...

... escogería el dolor (Faulkner).

Tenía ganas de tirar para el monte, y por fechas, cercanía y distancia, la subida al Pico el Águila parecía la prueba ideal para matar el gusanillo, cada vez más grande.

Últimamente los ritmos no salen y viendo el perfil de la prueba y hablando con gente que la había hecho los años anteriores tenía cierta sensación de no estar en el sitio adecuado. Además, arrastraba molestias en la pierna izquierda que acabaron confirmándose ecográficamente como una pequeña rotura de sóleo.


Pero el fin de semana estaba libre, la casa rural reservada y habíamos liado a otra pareja a la aventura. Todos los consejos que escuchaba me recomendaban  reposo, había estado haciendo bici sin molestias, así que el reposo de carrera ya duraba cuatro días. Dado que daban 4horas para hacer la opción corta, el cross Béjar-Candelario me decidí por ésta, de lo malo, lo acabaría andando.


Entre el dolor y la nada, si el dolor permite seguir, se sigue. Cuando es el presagio de la nada entonces es mejor parar. Evaluar el cuerpo. Escucharlo y obrar en consecuencia. Afortunadamente no he vuelto a tener dolores como los que me hicieron parar un par de días.


Cuarenta y ocho tomamos la salida. Trotando no noto el hematoma que esconde mi gemelo. Decido tomármelo con calma, pero el barullo me confunde. Nada más empezar nos espera una rampa de 300mts. Hago la mitad corriendo como puedo, pero viendo que todos, menos Abe, compañero de Club, luego ganador con diferencia, andan, decido parar e ir a mi ritmo. Mis gemelos y cuádriceps parecían toneles que fueran a estallar, parecía que la ropa de compresión los contenía.


La prueba discurre por senderos estrechos, llenos de pedruscos y regatos secos. La gente se me escapa en las subidas y bajadas técnicas, pero en los escasos llanos y bajadas por sendero cazo alguno. A pesar de lo temprano de la hora de salida y la profusión de sombra que hay, voy caliente.


Llegamos a Candelario y rodamos calle principal abajo, el paisaje es bonito, pero apenas miro un par de metros por delante para no tropezar y algo más allá para intentar alcanzar a algún atleta que se resiste, pero intentando escuchar el cuerpo por si la lesión va a más.


Llegando a meta se me escapa el corredor que me precedía, pero aún quedan fuerzas para esprintar y mantener la posición. Estoy contento, con la situación que tenía de partida y no siendo muy ducho en cosas técnicas, he dado todo lo que tenía y por el momento parece que no me he lesionado, así que muy satisfecho.

lunes, 19 de septiembre de 2011

claves para parecer poeta

Lanzar libros desde la terraza de un 
décimo piso con la esperanza de verlos
volar como si fuesen palomas mensajeras
denota una bonita inclinación
por la poesía
y algo más.

Asistir a congregaciones
de poetas, a recitales y
lecturas de cualquier tipo,
sin importar el autor 
ni la calidad del catering.

Matricularse en cursos de 
perfeccionamiento de estilo,
coleccionar poemarios y
manuales de escritura.
Leer entrevistas
en profundidad de los autores.
de moda: Los mismos que promulgan
que "escribir es un acto íntimo" aunque
todo el mundo tenga acceso a su
intimidad leyendo lo que escriben.

Haber estado ingresado,
al menos un par de veces
en una institución mental
o llamarse Leopoldo.

O, sencillamente,
escribir algún poema
de vez en cuando.
Hugo Izarra
Gominolas para los patos
El brut de los corazones solitarios


Comprarse la cabra más cara o
los neumáticos más deslizantes
tunear el casco aero
y contar los radios de la rueda.

Poner gomas en vez de cordones,
y llevar el dorsal por debajo de la cadera
en ropa de lycra ajustada
de marcas americanas y australianas.

Usar unas gafas blancas con nombre
de tiburón
y un reloj que te mide la velocidad
la altitud y lo que dejaste de comer.

Estar subscrito a cien blogs
y otras tantas webs en inglés,
usar aparatos para medir las veces que ríes
y cambiarlos cada poco.

Puede valer.

Pero si quieres hacer triatlón
suele bastar
con salir fuera y disfrutar,
nada, corre o pedalea,
eso da igual.

variaciones para parecer triatleta

jueves, 15 de septiembre de 2011

la cabra tira al monte

Me gusta el triatlón, me gusta nadar, montar en bici y correr, y seguiré haciéndolo, supongo que puedo considerarme triatleta. Pero de un tiempo a esta parte quiero hacer más cosas. 

Una vez A. me pilló viendo un escaparate de una tienda de deportes, qué pasa, que ya tienes de todo y quieres ampliar mercado? La culpa la tienen los blogs y algunas amistades.

A pesar de que lo tengo lejos de casa, siento la llamada del monte. Si voy a hacer puertos a la sierra miro más allá de la línea de la carretera, descubro caminos que suben y bajan y me apetece recorrerlos ampliando la zancada, a pesar de que sé que ese placer probablemente en un principio me duraría menos que una buena salida en bici.



Y los pros del trail me parecen gente normal, así, de lejos, greñudos, enjutos, sin afeitar, con el material justo. También están los niños de papá de las marcas del sector. Pero en general me parecen gente corriente que hacen cosas extraordinarias. Cuando en el ambiente en que me muevo abundan los cuerpos aún más cuidados que el material que a la última que utilizan. Pero todo se pegará. Somos así.

No he llegado todavía, creo, y eso es lo que me gusta y me mantiene en la carretera, a darlo todo en el trideporte, pero quiero abarcar uno más. Así que cualquier día de estos dejo el asfalto, aunque esperaré, porque el camino que sigo ahora termina en Montt Tremblant, que es tri y monte además.

martes, 13 de septiembre de 2011

trucos bizarros


¿Quiere ser el centro de atención de cualquier fiesta?

¿Desea dejar sorprender a sus amistades?

¡No lo dude más! Este blog le enseñará cómo, explicándole paso a paso la realización de sorprendentes trucos.

Diga que tiene una reliquia escondida. Algo importante. Todo el mundo querrá saber qué oculta usted en la caja que lleva en la mano y usted captará su atención diciendo que lleva

el dedo de Mou


Cuando haya logrado atraer su mirada, un brusco movimiento del dedo y ¡el susto de su interlocutor  será morrocotudo! Olvídese las reuniones aburridas, ¡haga que los demás se echen el café encima!


Y no crea que necesita gastar mucho para la realización de este sorprendente ingenio. Ni mercromina, ni tomate, ni unas tijeras para agujerear la caja por debajo.

Usted sólo necesitará un anillo. Sí, ha leído usted bien, sólo necesita un anillo.


Colóquese un anillo cualquiera: de matrimonio, de campeón de la NBA, de su hermandad.. Cuélguese del aro de una canasta o una valla de las que rodean cualquier propiedad y déjese caer. El resultado que obtendrá será el mismo y no habrá gastado un céntimo.


 Este dedo de la momia no se moverá, pero con él conseguirá el mismo efecto y tendrá un recuerdo para toda su vida.

domingo, 11 de septiembre de 2011

hace 10 años

Creo que ya lo he superado y puedo hablar de ello,  hay quien dice que no, y que si algo me recuerda aquellos días se me eriza el vello.

Llamé a la puerta y le dije que pusiera la tele. Las imágenes se repetirían hasta la saciedad. Aquella comida se quedó allí muda, criando no malvas, sino hongos varios. El crujido del pan desmenuzado por el suelo delatarían a cualquiera que entrara en el salón.

Mi vida la he compartido, aparte de con mis padres, tres veces. Mi primera experiencia en un piso de estudiantes no fue mal; buen ambiente, compañero cocinillas y cinéfilo que nos trataba mejor que cualquier abuelita encantadora. Marcharon mis dos compañeros y me quedé el piso. Tras unos meses solo en los que por el piso pagaba el precio de la habitación, ahora no se puede alquilar, no han venido los nuevos, bla, bla, bla.. tuve que buscarme compañeros nuevos so pena de tener que abandonar el piso.

Parecían normales.

Pero no lo eran.

Al principio, cuando ponía una lavadora, sacaba sus cosas mientras se lavaban las mías y luego las dejaba como estaban, que es a lo que me enseñaron. Pronto descubrí que ponía dos lavadoras sin que el tambor de la lavadora cambiara de contenido. Lo mismo sucedía con la ropa tendida, aunque en este caso no la volvía a tender, la dejaba encima de una silla hasta que aprendiera a volver a su cuarto.

Mis cedés desaparecían para aparecer desmembrados por su habitación.

Una mañana el ruido no me dejaba estudiar. El soniquete continuo de una cinta  que se despega y vuelve a pegar durante más de una hora. Le pregunté por qué lo hacía, decía que era alérgico al polvo. Estaba plastificando el colchón con plástico de forrar libros y cinta marrón de embalar. Aquel aprendiz de médico no pensaba en el calor que daría dormir sobre un plástico, el ruido que metería, el efecto fuelle expansor de miasmas que tendría el colchón completamente forrado excepto en algunos puntos.. seguro que tenía eneuresis, porque no me creo que fuera alérgico a la vista de las pelusas y cenizas de pipa que pululaban por la  habitación.


Al principio nos juntábamos, si nos encontrábamos por el pasillo de tres metros, el baño o la cocina charlábamos, pero poco a poco empezamos a evitarnos.

Como en una película del oeste los matojos atravesaban las zonas comunes. Sobra decir que la comida quedó en el salón como en una representación de la fragilidad de la vida durante un par de semanas. Las migas, croûtons, creo que las recogería el siguiente inquilino. El mismo que debió colocarse un traje NBQ para limpiar ese baño, aún más sucio que el de los anuncios. Con cortinas pegajosas y un espejo donde hace tiempo que alguien dejó de contemplarse. Como la cocina. A pesar de que el otro los seguía usando.

Cuando aún todo parecía normal yo usaba mi propia cafetera italiana, muy mona, para una taza, así no tenía que estrenar la que nos había proporcionado la casera, que daba para invitar a nuestras vecinas de piso. A mi me gusta el café recién hecho, a él le daba igual. Una vez me dio por descubrir el contenido para observar como empezaban a nacer cercos en la superficie del café. Si hubiera tenido un móvil de los de ahora habría hecho seguimiento del crecimiento de esos hongos que procesados iban a curar la peste, el sida, la diarrea y la alopecia, pero cinco meses después, con tres dedos de longitud, abandoné aquel piso y no volví a saber de ningún descubrimiento fantástico. Por suerte me tocó en sorteo la balda superior de la nevera, porque el contenido de alguna de las otras chorreaba. Sin que nos diéramos cuenta el congelador empezó a llenarse de sus cosas sin dejar sitio para las nuestras. Compraba mucho porque así le salía más barato, y se lo dejaba pudrir, por increíble que parezca, hasta en la nevera. Era el único que usaba la cocina.


Volví de vacaciones un par de días antes para estudiar en soledad. La verdad es que mi habitación era cómoda, tenía despensa, una pequeña tv (eran los tiempos preadsl..) y el ambiente solía ser tranquilo, así que sumido en mi microcosmos no se estudiaba mal.

Otro compañero de piso tuvo la misma idea que yo. Volvió antes de tiempo. Nos saludamos y descubrimos que éramos buena gente. Que el loco era el otro y que ninguno de los dos estaba con él. Afortunadamente los dos habíamos conocido una chica con piso propio que nos alegraban la vida (la suya puerta con puerta con nuestra jungla vertedero, la mía más lejos), pero lo más importante, que nos dejaban usar su aseo, su cocina y su salón.

No he vuelto a ver a ninguno de las personas con las que compartí mi piso.

Todos los días despierto al lado de mi salvadora, y aún me abraza cuando recuerdo aquello.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

demons advisory, explicit content

Hay Demons buenos,



y demonios malos que dejan sus armas cargadas en cualquier sitio. Una caída tonta hace el resto.


por cierto, hoy publico en Demonfit!