martes, 31 de enero de 2012

invierno


Aguantaron mucho
las flores del verano
y ahora que las cambias
me pregunto si no harás lo mismo
conmigo
cuando no esté bonito.

domingo, 29 de enero de 2012

momentos felices

En mis momentos felices - y mi infancia estuvo llenísima de ellos- no era consciente de mi propia existencia, sino de que el mundo era un lugar bueno, hermoso, agradable y soleado. 
Estambul. Orhan Pamuk

6:30, unos kilómetros antes de 
ducharme, 
desayunar 
y desplazarme a currar 
doce horas.

Siendo consciente de mi propio existencia. 
Feliz a los pocos minutos.
No hay fotos porque no había sol,
el sol lo llevamos dentro.
Como pez descalzo.

viernes, 27 de enero de 2012

cinane (cine inane)


Después de ver ironwoman la semana pasada,
el otro día me dejé tentar por los hibiscus del cartel
y volví a caer.

Clooney está bien, y basta.
Si no es por él
la película no la hubiera visto
ni en Antena3 después del parte.

Ni las nominaciones a los Goya americanos
ni una joven y prometedora actriz.
Nada me llama de esta película.

Me equivoqué otra vez.
Quizás no vuelva al cine
y me enganche a este blog.

Lo descubrí por casualidad,
como a ti,
como las cosas buenas.



¿De qué va la peli?
Atractivo workalcoholic, que tiene abandonados a sus hijos (llamadores de atención), descubre que su mujer le era infiel cuando ésta yace conectada a un respirador artificial en coma. Además debe preocuparse de vender  unas tierras de su familia, las últimas tierras vírgenes del estado de Hawaii. Las islas no son el paraíso que soñamos, son otro lugar civilizado más, por cierto, lleno de gente con sobrepeso e hiperbronceada.

martes, 24 de enero de 2012

compitiendo en modo off


Eran las Ciareas unas islas juguetonas que chocaban entre sí en mitad del mediterráneo impidiendo el paso de barcos a su través. A Jasón le chivaron el secreto para franquearlas, pero un servidor esta semana un día cumplía los entrenos sobrado de fuerza y otro se estrellaba sin saber el motivo, como si estas rocas se encontraran en su camino.  Eso sí, a finales de semana tenía más hambre que el cíclope Polifemo de resaca.


Y no me importaba no respetar la dieta, el séptimo día tenía prueba en las montañas y me daría el capricho que el cuerpo pidiera. La noche antes velé armas en amable posada, protegido por elegantes caballos, imploré su fuerza, aunque esto no fue  óbice para que Morfeo me visitara con malos augurios de lo que iba a pasar la mañana siguiente.


Aún así, estrenando coraza, me presentaba alegre a la línea de salida, es éste nuestro oficio y en el fragor de la lucha es donde disfrutamos. Los pequeños gigantes nevados nos esperaban preparando raíces y rocas,  planeaban dificultar nuestro sin saber que lo único que lograrían serían que los loáramos en nuestros relatos de después.


Casi cincuenta estadios por delante de los doscientos escogidos en la plaza del Humilladero candelariense.  Suspiros y nervios esperando el grito de salida. Por la calle principal los corredores bramaban cuesta empedrada hacia arriba, acaso asustaran a la nieve y ésta dejara de derretirse y rugir cuesta abajo.


Sin embargo, aunque partí en cabeza, pronto me di cuenta de que no era mi día. Si no hubiera sido una combate planeado, si no llevara el dorsal que me identificaba, si sólo fuera un simulacro, me hubiera retirado con la cabeza alta, siempre hay otros menesteres a los que dedicarse cuando Marte no es favorable. Pero estando aquí sólo restaba seguir. Era presa tan fácil de las Parcas, que éstas pasaron de mi en busca de víctimas que intentaran burlarlas, inútilmente, con más esfuerzo.


No di con rodilla en la tierra pero empecé pronto a caminar, que a tan tempranas alturas es igual que claudicar. Hordas de salvajes me adelantaban, pero aunque ellos fueran corriendo y yo andando, tardaba en perderlos de vista. Hielo, nieve, blanda tierra oscura, escaleras trazadas por la naturaleza en la roca.. no había terreno en el que me sintiera cómodo. Ni hacia el cielo ni hacia el infierno.


Sabía que la batalla contra Chronos estaba perdida, la montaña me estaba devorando como hacía Cronos con sus hijos. En vez de volver al hogar por el camino fácil, pero humillante, y cruzarme con los valientes que subían detrás de mi, seguí mi travesía tensando los gemelos tanto como Odiseo su arco para reafirmarse ante Penélope y sus pretendientes.


En los exiguos llanos intentaba remontar sin éxito lo que había perdido subiendo, si patinaba no daría con mis huesos en el suelo, me sentía un pelele blando como las hojas que pisaba. No digo que sufriera porque era lo que yo había elegido  pero no sentí ningún deleite en la lucha y no me hubiera importado no iniciarla. La temperatura era ideal, como si Gedeón hubiera detenido el sol para nosotros.


Completé el círculo y enfilé hacia la plaza que me vio partir cincuenta y cuatro minutos antes. Allí me esperaba A. extrañada pero comprensiva. No todos los días se puede rendir al máximo, o al menos como se pretende, si así fuera no seríamos humanos sino dioses y no sería esto un placentero reto sino una aburrida rutina. No he perdido el deseo de regresar como hicieron los comedores de loto, mordí el polvo, acaso alguna rama, pero un día, más fuerte y preparado, volveré.


Ya nuestra nave enfilada hacia el  hogar, a medio camino por la autovía con corrientes favorables, una densa niebla lo ocultaba todo. Si me hubiera quedado en casa no habría podido siquiera salir a cabalgar, así que bien empleado estuvo ese día con su noche fuera de casa, gustando de manjares y buena compañía, aprendiendo que no todos los días son buenos, para que cuando lo sean aún valgan más.

Flanqueado por Oscar, con mis respetos, mi trauma mochilero por si me 
quedaba  por ahí arriba y Abe, al final segundo ganador en esta carrera

domingo, 22 de enero de 2012

perdiendo el tiempo

Para olvidar estos días de oscuridad me refugio en la del cine para olvidar. La primera es la historia del detective del 221B de Baker Street. Nunca he sido aficionado a este investigador, me llama más el director que el personaje. Esta es la segunda entrega de sus aventuras, y más de lo mismo de Sherlock pero menos de Guy Ritchie. Repite los trucos continuamente pero cada vez con menos gracia. La película entretiene, no más. Cuando  se sale a la calle desierta y helada pasada la medianoche uno piensa si no hubiera estado más calentito en casa (house en inglés) y cinco euros más rico. Aprovechad antes de que la SOPA no os deje disfrutarla de gratis, y si no, dejadla pasar.

 puede verse perfectamente en coreano si cierran webs en castellano

Y como si sobrara el dinero y faltando al deseo expresado en la primera línea de esta entrada, me encuentro con la Dama de Hierro, biopic plano sobre la señora Tatcher. No explica cómo llegó donde llegó, ni  desarrolla los tiempos oscuros en que fue protagonista, acaso la guerra de las islas Falkland. Es más una historia de una mujer  que fue adelantada a su tiempo y sigue aficionada al güisqui que empieza a acariciar la demencia, la vida cotidiana de una anciana y el fantasma de su difunto esposo. Le darán el Oscar a la protagonista por su caracterización, pero la película no aporta nada. O la historia de Soraya cuenta con un buen guión y un director que mantenga el interés con el montaje y unos buenos planos o seguirá el mismo camino.

recuperó las Malvinas, quitó poder a los sindicatos e inició el agujero de Ozono

viernes, 20 de enero de 2012

muros

La semana pasada estuvimos en Portugal, casi es una visita anual desde que A. y yo hiciéramos nuestro primer viaje en pareja, a Lisboa. Desde entonces hemos visitado varias veces su capital, también Oporto, Coimbra y el año pasado descubrimos la infinita playa de Aveiro. Esta vez estuvimos en la sierra de la Estrella, menos desarrollada que las otras dos grandes capitales pero  también con su encanto. 




Las pickups con la caja de madera, su peculiar manera de conducir, los cafés a setenta céntimos y las mujeres de negro siguen existiendo, aunque ahora es más caro comer, pues el IVA se lleva la cuarta parte de la factura, y hay que pagar 20€ por usar las autovías principales durante tres días. Muchas quejas en la cabina donde se abonaba, a pesar de que nadie parece acordarse de que dos viajes de apenas 100km Burgos-Vitoria o atravesar el túnel de Guadarrama salen más caros. No me extrañaría que con estas prácticas de ahorro actuales se importara aquí esta medida de hacernos pagar por autovías antes gratuitas.


El pueblo de Sortelha está en lo alto de un monte. Curvas serpenteantes nos llevan allí. Casas de piedra donde cuesta adivinar donde empieza la calle y acaba la pared. Calles estrechas donde se refugiaron los judíos a salvo de la Inquisición y conservaron su cultura quinientos años. Los horarios europeos de estos lugares nos impiden visitar los castillos y nos dejan sin comer. 




Aunque no hablemos la misma lengua siempre hemos encontrado gente amable que hace esfuerzos por entender y hacerse entender, no como en otros lugares de la península. Todavía  hoy siguen levantándose muros y creándose guetos. Aspiramos a un mundo sin fronteras y multiplicamos las ya existentes. Hay gente que se siente diferente y no acepta a los que son menos iguales. 






No conozco la noticia de primera mano sino a través de un diario estatal y centralista, pero es curioso y muy triste.  Al final de este blog podéis ver el mundo que aún nos queda por colorear, con cosas como éstas se quitan las ganas de repasar algunos rincones. 



..."Si durante la conversación el paciente se muestra extrañado, el personal sanitario tiene que preguntarle si entiende la lengua y, aun así, debe seguir hablando en lengua cooficial aunque observe en el receptor "cierta dificultad" de comprensión. En este caso, el protocolo dicta que se pueden "utilizar recursos no verbales y material gráfico de apoyo". Solo cuando sea imposible la comunicación en lengua cooficial, el trabajador sanitario puede hablar en castellano si el usuario entiende ese idioma. Con todo, "debe repetir palabras o frases en lengua cooficial para ir introduciendo la lengua en el universo del recién llegado", sostiene".




En vez de crearlos, deberíamos ayudar a vencer esos muros. 


A derribarlos, no a intentar que la gente los cruce por puertas estrechas que los ponga a su altura, así no vamos a ningún sitio, acaso al abismo.



domingo, 15 de enero de 2012

oh meu Deus!!

Proença a Nova está en la portuguesa Sierra de la Estrella, y allí  fuimos, a madrugar un sábado para  participar en la que sería mi tercera carrera por montaña. Tres variedades, 20, 40 y 60km, todos juntos hasta el km14, mientras los participantes en las dos más cortas compartíamos recorrido, los de la larga darían un rodeo.

 

La organización, en su web y en el briefing, insistía mucho en que nos íbamos a encontrar mucho frío, hielo en lugares donde no diera el sol y que probablemente nos mojáramos los pies. Así que llevé la armadura de invierno, aunque en aquella zona de Portugal no era sólo una hora, sino también un par de meses menos respecto a Salamanca. El día antes había salido a trotar desde casa de madrugada a menos dos grados tapado a tope y en la salida se aguantaba bien en camiseta térmica. Así que seleccioné la ropa y me quité abrigo con miedo a quedarme corto, aunque llevaba un cortavientos en la piñonera, amén de unos cuantos geles por si me perdía..


Unos 120 participantes en total. Buen ambiente, no hay codos en la salida. Sin querer me voy solo los primeros cuatrocientos metros, un enganchón con una zarza primero y un camino equivocado después, me pondrían en el grupito de los 5 de cabeza. La verdad es que todos los que me adelantaron parecían ir más sueltos que yo, con mucho mejores piernas que técnica. Como se ve, en el perfil predomina la subida, así que esperaba no desfallecer subiendo y no perder demasiado bajando.


La primera parte quizás sea la más rápida y si se quiere técnica, resbalones por la hierba mojada, tierra y piedras sueltas, salto de pequeños arroyuelos.. las subidas serían por caminos o pistas forestales y las bajadas por cortafuegos o zigzagueando entre más zarzas y arbustos. Los pueblos se atravesaban por su parte más difícil, callejones estrechos empedrados o con escaleras. Había que ir con los ojos bien abiertos para no perder de vista las señales que marcaban el camino, emocionado me pasé de bajada y curva un par de veces. Con lo que me parecía que me iba a alcanzar la única persona que adelanté en toda la carrera.


La meta para los del mini trail era un control de paso para los de 40km, iba a enseñar el dorsal y seguir sin beber cuando alguien me dice para txiki! ya, que ya has llegado! No la había reconocido. Llevaba el que creía que era el último kilómetro a tres treinta por calles empedradas para conservar el puesto, calculaba que aún faltaba y que mi meta no estaría en una pequeña placita al torcer una esquina. Completo avituallamiento, y aunque al final fui segundo (tercero en pasar por allí) me llevé un abrazo de oro.


Camiseta térmica, pirata, chaleco cortavientos y dos Buffs. En la riñonera un poquito de agua, geles, guantes y un cortavientos. Ya desde la primera subida me sobraba todo, lo ideal hubiera sido camiseta corta, chaleco y manguitos. Al llegar improvisamos un tenderete con las camisetas empapadas que casi se quedan allí cuando nos montamos en la furgo que nos llevaba a la meta/salida (las otras dos pruebas hacían un circuito circular).


Las zarzas no fueron mis amigas, enganchones por todas la piernas (casi es mejor que lo hagan en un lugar desnudo que en uno cubierto, el dolor es el mismo y sigues avanzando sin miedo a cargarte la equipación, aunque prefiero retroceder a buscar el Buff enganchado en una rama que tratar de desenredar mi pelo..). Esta vez no hay uñas negras ni otras lesiones aparentes. Las agujetas de cuádriceps son pequeñas y espero despedirlas en breve. 


Una prueba pequeña que puede ser mucho mayor. Muy buen trato al triatleta, briefing con cositas para picar, un organizador que resuelve todas las dudas y contratiempos y que además se queda con el nombre de todos, a A. la llevaron a la zona de meta, le dieron la misma camiseta que al resto de los corredores y hasta le dieron un vale para el buffet libre de rica pasta que hubo después. No creo que pueda asistir a las dos pruebas que completan este circuito, pero espero volver el año que viene. Aunque no me den trofeo, me he divertido.


viernes, 13 de enero de 2012

a todos les llega su San Martín

En estos tiempos ya no sé si estoy de un lado o del otro. A los que antes me decían "usted está ahí porque yo le estoy pagando" ahora les replico "usted está ahí porque yo lo estoy pagando (todo)". Ahora por unos pagamos todos, y lo de este país no es cuestión de ideologías políticas, es cuestión de la idiosincrasia patria del trinca lo que puedas.

Llega el día. Y no sé de qué lado estoy. Si cerdo o matarife. Los que al final se lo comen todo son siempre los mismos.

martes, 10 de enero de 2012

de palabras y trazos quedaron llenos mis zapatos


Hay quien dice que no podré con esto en todo el año. Ya me he puesto a ello y espero adelantar el trabajo de los Reyes en unos meses.

lunes, 9 de enero de 2012

le Havre

Reconozco que tenía ganas de ver una película de Kourismaki y no sé si está película es muestra de su cine, pero muestra un universo propio. La historia no transcurre en su finlandia natal, sino en la ciudad portuaria que da nombre a esta entrada, que no parece del imaginado país rico que lidera Europa. Vemos barrios humildes, bares de patibularios de aspecto simpático, colores deslucidos, personajes inexpresivos, objetos y paisajes que nos retrotraen a décadas pasadas sino fuera por la aparición de las fuerzas de seguridad y lo actual de la temática de fondo.

no es mala, quizás volvamos a esta Sanidad

En este cuento, un superviviente de la vida bohemia en París deja transcurrir su vida limpiando zapatos, tomando vinos en su bar y cenando con su mujer. Un día su mujer cae enferma y es ingresada en un hipotecnológico hospital, además adopta a un niño inmigrante ilegal al que oculta de las autoridades, proponiéndose ayudarle a reencontrarse con su madre  en Londres.


La historia pasa tranquila, sencilla y deja una sonrisa. Me gusta el personaje del sagaz y atípico inspector de policía en este cuento de buenas intenciones donde todo el mundo es bueno, el dinero no hace falta y los milagros existen.

Vida ficción en el peculiar mundo de este director al que seguiré la pista.

sábado, 7 de enero de 2012

correr


correr es de cobardes
Cobarde no es el que tiene miedo. Cobarde es el que le teme al miedo. Yo vivo con miedo. Miedo a los demás. Miedo a la soledad. Miedo a perder el trabajo. Miedo al trabajo por nada. Miedo a no dar la talla. Miedo a rendirme. Miedo a que las cosas no sean como son.


corre como si hubieras robado algo
Todos los días intento robarle al no hacer. A quedarme parado. A que me lo den hecho. A la derrota. Cuando el miedo lo llena todo, correr más rápido, correr más lejos, o simplemente correr, ya es una victoria. Y esa victoria depende de mi, de mi voluntad. Mi voluntad entonces ha ganado, es fuerte, quizás pueda hacer algo contra el miedo. 

Y por un momento no hay miedo. Sólo latidos. Y una respiración.

viernes, 6 de enero de 2012

dale que te pego

En prosa, qué cosa
resuena en mi cabeza
dale que te pego, dale que te pego

Desliza, desliza
en bici y a pata
dale que voy ciego, dale te lo ruego.


Sábado en la mañana
la carrera va a comenzar
un pis en el neopreno
y empezamos a nadar.

Mojado, qué cosa
corro, nadie me pasa
¡ay! que sí llego, ¡ay! ¡ay! que sí llego


Carretera temprana
la bici empieza a zumbar
que carrera más linda
no dejan de animar.

Triatlón, qué cosa
a mi esto me mata
¡ay! que sí llego, ¡ay! ¡ay! que sí llego

Envicia, delicia
a mi esto me mata
si llego no quiero parar...





fotos Donald Miralle

jueves, 5 de enero de 2012

niebla


Me hago mayor, cabeceo pasada la medianoche aunque me interese lo que dan por la tele. Y me vuelvo..  ¿responsable? No porque no confíe en mi, que aún lo hago (aunque debería hacerlo más, porque aún tendría margen) sino porque no lo hago en los demás. No sé si esta misantropía viene con la edad o con lo que uno va viendo todos los días.

Cuando salí ayer no tuve mala compañía. Mi sombra y un día precioso. Hoy estaba solo de verdad. Mi bici, yo y nada más. Apenas se veía a 75 metros y había más tráfico del habitual, muchos coches sin luces. Así que plegué velas y me tocó sudar bajo techo.

No pasan más cosas porque alguien no quiere. Si no, que se lo pregunten a aquella mujer, epiléptica conocida  con crisis frecuentes, que hacía el tratamiento cuando se acordaba y que había venido en su coche a verme:
- ¿y no le parece peligroso conducir cuando le dan estos ataques de vez en cuando?
- no hombre, si nunca ha pasado nada.
- y si un día voy corriendo por la carretera, o en bicicleta, y me atropella, o se choca con mi coche y mi familia..?
- a usted, malo ha de ser.

O a 160km/h por ciudad.

Si nos dejan solos nos extinguimos.

miércoles, 4 de enero de 2012

a por ellos

Salió el Sol en un descuido y lo aproveché.

Unas cuentas cuestas, y ya puestos, seguí el ritmo.

Están ahí, donde los dejé. Y ahora voy a por ellos.

Uno por uno. Kilómetros, voy a por vosotros.