miércoles, 30 de noviembre de 2011

zapatillas

Ahora que las mañanas de los fines de semana paseo más relajado, me fijo en los pequeños que van por la calle camino de algún partidillo de competición escolar.



Y me quedo ojiplático. Les veo uniformados de la cabeza a los pies, medias, chandal, camiseta con el nombre, cazadora e incluso mochila con los colores de su equipo, intuyo que con el calzado que se ajusta al terreno de juego que toque ese día, pues mis amigos progenitores me comentan que ya no vale un par para todo el año y superficie, que hay botas de tierra, de hierba, de cemento...


Me acuerdo de cuando yo era el pequeño tirano de la casa de una familia media. Ahora casi cualquiera tiene mejores zapatillas que las que yo tuve, y puedo recordar cada par que he tenido desde que tengo uso de razón, el truco está en que no han sido tantas.


Un par que servían casi para todo, cuando estaban viejas, porque cuando las estrenaba las veneraba y cuidaba como lo más sagrado. Incluso durante bastantes años, conservaba una zapatilla, aunque tirase la otra destrozada y perforada tanto en suela como en cuero.


Ahora parece que si no tienes de todo no te dejan pasar por la puerta de la aceptación. Y teniendo de todo tres veces parece que no tienen nada, y alguno habrá que se sienta infeliz. Yo era feliz, porque tenía todo lo que deseaba, un par de zapatillas relucientes al año que casi aguantaban la temporada y una camiseta prestada que había perdido el nombre de mi colegio de mil veces lavada que había que devolver al terminar el campeonato.


Y tras catorce años en esto sigo recordando cada pieza cambiada en mis cuatro bicis y su coste. Y mi chica observadora, coincide conmigo en la evolución del material en boxes y en la línea de salida. Primero aquellas tímidas ruedas de aro ancho, luego los cuadros de carbono, después las cabras, 105, 600, Dura-Ace... la competición en el pueblo de al lado, el sprint con boxes improvisados, el medio que nos parecía un mundo, el larga distancia en lugar extranjero.


Ahora la gente parece saltarse todos los escalones de golpe. Cabra, compresión, cambio electrónico, lenticular, ironman al otro lado del océano.. y eso es malo si nos parece que sin eso no somos nada, pero también se dicen muchas más cosas...


No me gustaría que esos niños sean infelices porque no tienen lo que quieren, ni nosotros tampoco. Lo importante es jugar, aunque sea en un patio embarrado con zapatos.

martes, 29 de noviembre de 2011

De maratón por New York City, y II

Media maratón, 1h22'14"
Increíble. Cuarta vez en mi vida que bajo de 1h23', cuarta vez este año. Y sin querer. Sigo yendo en los ritmos altos de lo mandado, soñando con bajar de 3 horas aún bajando el ritmo. Pero el circuito no es llano, sobre todo alteran el ritmo los puentes que hay que cruzar, pues todos se elevan.


25km, 20'52", 1:38'35", Manhattan
Siempre he dicho cuando turisteo y entreno que correr es una forma maravillosa, y rápida, de hacer turismo. Vamos viendo la transición entre los distintos barrios que forman NY. Algunos con más animación que otros. Hay gente en silla de ruedas, no atletas, que avanzan como pueden, algunos marcha atrás, haciendo eses que hay que evitar.

30km, 19'54", 1h58'29", Bronx
Si hasta ahora iba contento, ahora voy flipando. Nada me roza, el crono me dice que voy rápido. Saco 10' a la pulsera. Puente hacia arriba, éste cuesta. Miro a los lados, vamos todos igual. La Primera Avenida está llena de gente, curva a la izquierda y nueva curva a la izquierda, brutal, una recta de tres millas y pico. Pero el Bronx está un poco flojo de animación


35km, 21'48", 2h20'27", Manhattan
Llevo los cuádriceps contracturados, llevo rato en el límite bajo de lo mandado (tengo 20" de margen) pero cada vez me voy más. Ahora es cuando debía apretar, ir por sensaciones. Mi pecho va bien, mi ánimo mejor, pero se me van las piernas. Ya no sonrío. Aprieto los dientes y subo el ritmo, lo que significa que aumento el nivel de esfuerzo no para ir más rápido, ni siquiera mantener la velocidad, sino para seguir. Aún así, todavía adelanto a alguien de vez en cuando. En la milla 24 entramos en Central Park.


40km, 20'27", 2h41'54"
Aún cuando acabo andando en mis múltiples petadas me quedan fuerzas para hacer una entrada más que correcta en meta, suele quedarme un sprint final. Aquí no puedo, la meta pica hacia arriba. El gps me dice que bajo de 2h50', la señalización que ni de broma. Aunque lo intente no voy más rápido, pero lo voy a acabar corriendo de un tirón.



42,195km, 2h51'11"
Entro en meta sin aspavientos, paro el crono. Sonrío. Sigo andando. Medalla. Manta metalizada. Estoy bien. Ok. Sigo andando. Multitud de voluntarios. Tardo en salir de Central Park, justo enfrente del edificio Dakota. Ahora otro par de kilómetros para desandar lo andado y corrido para encontrarme con A. Voy vestido con la ropa para después pero con la medalla puesta. Congratulations de muchos con los que me cruzo. Me siento orgulloso.


Superabrazo. No hace falta decir nada con palabras. Porque se me nota.


Avituallamiento americano. Los perritos son de A.

Nos vamos a animar un rato a los que llegan. Hay uno que va descalzo. Muchísimos corren por una causa, yo he corrido por mi. Animamos más a los españoles que reconocemos, si pone su nombre o ciudad lo gritamos y alguno se gira y nos lo agradece. Es lo menos que puedo hacer. No sé a cuantos he animado. Es cansado.

No estoy cansado. Levito. Ya que estamos por aquí visitamos el Niketown. De repente cuatro o seis chicas empiezan a gritar y armar jaleo desde el primer y segundo piso, todo el mundo me mira. Sonrío y oculto la medalla, me da vergüenza, al rato repiten la fiesta con otro corredor despistado.

Agujetas, las normales. Es nuestro saludo secreto. Así nos identificamos dentro de la tribu cuando nos cruzamos por la calle. Una sonrisa, un gesto de cabeza. Otros aún seguían llevando la medalla colgada y la camiseta finisher el miércoles por la tarde.


Ha sido la carrera perfecta. No voy a pensar en los y si.... He disfrutado, he sufrido, me he esforzado y tras darlo todo he acabado totalmente satisfecho. Como la primera vez. Soy el mejor, el mejor David que corrió ese día la maratón.

lunes, 28 de noviembre de 2011

De maratón por New York City, I

If I can make it there, 
  I'll make it anywhere
  It's up to you, 
  New York, New York...

La previa, NYC
Esta vez casi no cambiamos nuestros horarios. Yo me iba a correr a las seis de la mañana y nos acostábamos antes de las diez de la noche. Es fácil encontrar franceses e italianos, van en masa y con los colores del país, también japoneses y brasileños. A veces reparas en un español que se encuentra a tu lado al cruzar un semáforo, por el habla o llevar la marca de la gran superficie deportiva de origen francés. Central Park es el lugar de encuentro de todos los atletas, de todos los puntos llegamos, pero no verás muchos corriendo por las calles a unos pocos cientos de metros.


5am, el hotel
Arriba. La equipación está lista. Desayuno tranquilo y lo habitual, queda tiempo para asimilar. Será la primera vez que A. no me acompañe a la salida. Pero no compensa, aunque se puedan colar acompañantes en el ferry o en el village prefiero que me encuentre en varios puntos a lo largo del recorrido.
Escojo la pulsera de las 3h.


6am, subway
Espero el metro. Un francés residente en España se fija en que en mi bolsa donde indica que compartimos procedencia. Haremos el viaje juntos, mucho más ameno.


6:45am, Whitehall terminal
La organización decía que controlarían quien montaba en el ferry, pero no lo hace. Esperamos apenas 10' y en unos veinte estamos al otro lado, hemos pasado cerca de la famosa estatua.


7:20am, Staten Island
Unos autobuses nos esperan para llevarnos a la zona de salida. Allí me separo de Fredéric, él es dorsal verde, yo naranja. Aunque realmente puedes estar donde quieras. Hay café, geles, bebida isotónica, algo para comer y han estado regalando gorritos polares. Habrá 1.700 inodoros portátiles a lo largo del recorrido, no es difícil encontrar alguno libre.

7:50am, at the start village
Hace realmente buena temperatura. Conecto el gps y espero que capte satélites en lo que me quito toda la ropa y la entrego en el camión correspondiente. Nada de espera. Venía dispuesto a no recuperar nada de la ropa precompetición, pero no tiene sentido que aguante con ella hasta la salida. Sólo me quedo con un chubasquero  ligero, dudando cuál era la prenda de arriba más barata...



8am, entrando en el corral
Me acerco a la puerta del corral que corresponde a mi dorsal. Hace un año, cuando logré marca para clasificarme directamente sin depender de un tour operador y me preguntaran mi tiempo estimado puse 3horas. Pa'chulo yo. Saldré en la primera oleada. Abren la puerta y entramos ordenadamente. Me coloco, sin querer, de los primeros. Dos mexicanos que se acaban de conocer hablan de sus marcas pasadas, de la esperada y de que vienen lesionados. Supongo que el grupito de americanos de allí están diciendo lo mismo, y los orientales también. A mi lado ya hay un tipo sin camiseta. Al otro lado, sentados, un grupito con primaloft y pantalón de chandal.

8:40am, haciendo tiempo entre iguales
Se empieza a calentar el ambiente. Ponen música. Ya se ha oído la salida de los handcycles. Tenemos delante a varios miembros de la organización que nos piden paciencia, llegado el momento los primeros del grupo cruzan sus brazos y avanzamos tranquilos hacia el carril de la izquierda de la autovía que cruza el puente de Verrazano. Ya se nota que subimos.



9:00am, Verrazano Bridge
Estoy en las cuatro primeras filas. Suena el himno desde lo alto de la escalera de un camión de bomberos. Salen disparadas las mujeres. Estamos nerviosos. Empieza a volar la ropa por encima de nuestras cabezas. Veo gente que se agacha. Alguno empieza a buscar gente que persiga el mismo tiempo para hacer la carrera juntos. Me meo. A mi lado alguien se agacha y el líquido empieza a correr puente abajo. 5' antes de la salida me agacho. Qué alivio. Poco más y me pilla la salida agachado, porque me entero de que salimos al moverse la gente, pero no he escuchado nada especial.


9:40am, empezamos en Staten Island
En el carril derecho los pros, en el carril de la izquierda nosotros, unos lanzados, pero la mayoría hemos pillado nuestro ritmo. Voy pasado, me freno, pero es difícil no dejarse llevar, y eso que es cuesta arriba.

5km, 19'12", Brooklyn
Me guío por los ritmos del gps. Por las buenas sensaciones mantengo el límite alto. La pulserita me dice que voy ganando segundos con cada milla. Decido seguir igual. Larga recta por Brooklyn, mi corral ocupa la mitad izquierda de la vía, el otro corral el derecho. Vamos 10km separados debido a que la salida del puente es distinta para unos y otros y hay que compensar distancias.


10km, 19'14", 38:26
Ritmos calcados. Sensaciones mejoradas. Me doy cuenta de que sin pretenderlo voy en un grupillo que siempre es el mismo. El atleta de ritmo más similar al mío va acompañado de un amigo que lleva una cámara en la gorra y que aguantará hasta la media maratón. No muchos, pero hay gente sin camiseta. Atravesamos barrios de judíos ortodoxos con sus ropajes negros y tirabuzones. Muchísima gente animando.



15km, 19'27", 57:53, Queens
Voy flotando. Comparto kilómetros con uno que va en Fivefingers, él mira raro mi ropa de compresión, yo sus pies. Voy buscando a A. en el punto indicado, espero que se ponga en el lado al que miro. ¡Sí! ¡acertamos! La oigo a pesar de todos los gritos de ánimo del público. Voy leyendo los carteles, el que más se repite es el que invita a correr como si hubieras robado algo. Ni se huele la liebre de las 3 horas.

20km, 19'50", 1h17'43"
Cómodo. Podría atreverme y lanzarle besos a la chica del cumpleaños que los pide con su pancarta. Día de sol perfecto, público perfecto (un par de aviones cargados de vascos y esto sería la caña), animadores que ya se repiten (admiro su logística), equipación perfecta, sensaciones perfectas.


Media maratón, 1h22'14"
Increíble. Cuarta vez en mi vida que bajo de 1h23', cuarta vez este año. Y sin querer. Sigo yendo en los ritmos altos de lo mandado, soñando con bajar de 3 horas aún bajando el ritmo. Pero el circuito no es llano, sobre todo alteran el ritmo los puentes que hay que cruzar, pues todos se elevan.

domingo, 27 de noviembre de 2011

fe

Se puede perder la fe en el más allá.

Cada uno con su conciencia.

Se puede perder la fe en los demás, en la humanidad, en el futuro del mundo, en el porvenir del país.

La actualidad no parece darnos razones para lo contrario.

Pero no se puede perder la fe en uno mismo. Si eso pasa lo demás no importa, porque no sirve para nada. Sin fe en uno mismo no se puede luchar por lo que se desea, por mejorar lo que nos rodea.



El Papa ha muerto. Viva el Papa. Pero cuando ha de salir al balcón que da a la plaza de San Pedro, el cardenal Melville se bloquea. El Vaticano llama a un psicoanalista para superar la crisis y el nuevo Papa aprovecha un descuido para pasar unos días fuera de la presión, de la prisión de la responsabilidad, en un mundo en que nadie le conoce y que en mayor o menor medida le ayudará. Mientras, encerrados en el Estado más pequeño del mundo, el psicoanalista organizará un campeonato de volleyball con el resto de curas encarnados.


Hay suspense en la película, en si el Papa aceptará su responsabilidad, en cómo acabará el torneo, en si Melville cumplirá su vocación secreta o si el pueblo recuperará la alegría. Me gusta Nani Moretti, no ha hecho nada concreto que me encante, pero sus películas dejan un buen sabor de boca. Habemus Papam tiene una primera media hora que promete, aunque el ritmo decae un poco al perder la ironía y buscar el tono más agradable. Pero se deja ver, que no es poco.


Sin embargo sobre todo me gusta la película porque hay pequeñas cosas que son instantes de felicidad y no hay malos, unos personajes pueden caer mejor que otros, pero todos actúan de buena fe, la que el protagonista no encuentra.

como dice la banda sonora, en español en el original

cambia lo superficial
cambia también lo profundo
cambia el modo de pensar
cambia todo en este mundo

cambia el clima con los años
cambia el pastor su rebaño
y así como todo cambia
que yo cambie no es extraño

cambia el rumbo el caminante
aunque le cause daño
y así como todo cambia
que yo cambie no es extraño

pero no cambia mi amor.

Mercedes Sosa

Cambian los tiempos, pero no hay que cambiar el amor, la fe en uno mismo.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Berlin to NY



Hace un año lo intenté en Berlín, una lesión de última hora me impidió entrenar el mes antes, aún así acabé muy contento finalizando mi primera maratón de un modo un tanto inesperado, de un tirón y con un tiempo más que aceptable.


Cosas así pueden hacer que uno se sienta integrante de la Marvel y que pueda con todo, pero hay que ser constante, no impacientarse y seguir. Cuando estaba corriendo por las largas avenidas iba recordando los días que troté por otras calles al amanecer cuando tocaba estar de curso fuera de casa y seguir entrenando.


A veces soy fuerte, hay alguien que lo es más y más veces. Que comparte mis sueños y me ayuda a seguirlos. Que me anima cuando la kriptonita hace que pierda la ilusión. Que me espera paciente cuando salgo y cuando no me echa de casa. Y que me va a buscar cuando salgo muy lejos.


Ella es la verdadera campeona. Por ti. No dejes que el sueño te devore.


¿La próxima?

viernes, 25 de noviembre de 2011

consejos para la maratón de Nueva York


Cómo conseguir dorsal

Una vez que has decidido que quieres participar en la maratón más famosa del mundo tienes dos opciones:
  • ir a través de un tour operador que se encarga de todo y te asegura la inscripción, la pega es que el precio es elevado y tienes que ir al hotel y en el vuelo que ellos deciden.
  • ir por libre, escoges las fechas, el hotel, el vuelo… sale más económico, pero no tienes asegurado el dorsal.
El dorsal costó 211€ en 2011, tiene incluido el chip.
Si quieres ir por libre, para conseguir el dorsal puedes:
  • acreditar marca en media maratón o maratón, según sexo y edad, da dorsal asegurado.
  • pagar alrededor de 30$ y participar en un sorteo, si no consigues ser premiado en 3 ocasiones a la siguiente te corresponde dorsal. El año pasado se recibieron más de 147.000 solicitudes para ser uno de los 47.000 privilegiados que tomaron la salida.
Te preguntarán tu tiempo estimado, sé sincero. Si te colocan muy delante y no puedes, te pasarán más de cuarenta mil atletas por encima. Si te colocas más detrás de tus posibilidades quizás te cueste adelantar y no disfrutes.
Personalmente no me gusta viajar en grupo y prefiero organizar mis viajes, aunque lleva tiempo. Así que acredité marca en media maratón y organicé el viaje a mi gusto.
El primer fin de semana de noviembre en NY puede hacer frío, los primeros atletas salen a las 9:10am y a las 6am es probable estés saliendo del hotel para coger el metro. Prevee que necesites ropa de abrigo, te recomiendo que lleves cosas que no te importe tirar. Lo donarán a la beneficiencia.
Una vez pase el verano empezarán a bombardear tu correo con decenas de mails ofreciéndote ofertas para cualquier cosa relacionada con la maratón, consejos para la carrera, etc… en la web, lo fundamental, está en castellano.

En NY:

  • Si vas a recoger el dorsal a primera hora puedes encontrar cola, a mediodía se entra la zona Expo con facilidad.
  • Recomiendan llevar pasaporte para recoger el dorsal, pero a mi me lo dieron con el DNI.
  • Si tienes el antojo de comprar merchandising oficial cómpralo cuando lo veas, aunque sea más caro. Se vende también en tiendas de deporte y en los días posteriores a la maratón hacen importantes descuentos, pero tal vez no encuentres la prenda o la talla que buscas, y no habrá más… aunque en la expo abunde. No fui al día siguiente a la expo a ver qué quedaba, pregúntate si compensa perder un par de horas por ahorrarte unos dólares.
  • En la expo encontrarás pulseras con los tiempos de paso por milla para cada fracción de 15′ a partir de una marca esperada de 2h50′. Coge la tuya y dale otra igual a tus acompañantes para que sepan dónde encontrarte y a qué hora.
  • Sal a entrenar por Central Park, allí estarán todos. Lleva algo para que otros compatriotas puedan reconocerte e intercambiar impresiones si te gusta hacer amigos. En mi experiencia, los españoles, pese a su abundancia, eran los que más desapercibidos pasaban. Broadway tiene un carril bici que puedes usar para llegar al parque corriendo.
  • Hay seis horas de diferencia horaria con la península. El día antes de la carrera hicieron el cambio de hora a la de invierno. Pregunta a los voluntarios en la feria o en el hotel si también te toca cambiar la hora. Yo no cambié mucho los horarios, llegué 3 días antes, me acostaba antes de las 22h y a las 6am salía a correr. Te aseguro que no te encontrarás solo.

Con el dorsal en el pecho:

  • La salida de la maratón es en Staten Island, a la que se llega en un Ferry, siempre gratuito, que pasa cerca de la Estatua de la Libertad. Te aconsejo que el día antes tomes la línea de metro que te lleva al muelle del ferry para ver cuánto tardas y planificar a qué hora has de despertarte, si vas acompañado tomadlo, cada viaje son unos 20′.
  • El domingo de madrugada habrá menos frecuencia de metro, pero tampoco tendrás que esperar mucho. Si vas a comprar un billete único, 2$, lleva el dinero justo o un billete de 5$, la máquina no va  a darte más de 6$ de cambio y puedes verte obligado a comprar un abono o un par de billetes aumentando los nervios.
  • Al bajar del ferry unos autobuses te llevarán a la zona de salida. Los cuarenta y siete mil y pico dorsales están ordenados por colores, y dentro de cada color por olas de salida. Elvillage se divide en tres colores. Realmente no tienes que ir obligatoriamente al tuyo si vas acompañado de alguien con dorsal distinto, pero en la zona de tu color es dónde están los camiones que recogerán la bolsa con tu ropa, 80′ antes de la salida. Aquí es donde dejarás el primer descarte de ropa, cosas que sobran o más caras, pero te recomiendo que te quedes con un jersey ligero o chubasquero, aunque hay gente que a las 8am ya está sin camiseta y así correrá.
  • Estudia el plano que viene en la revista o llévalo de la mano, así no te pondrás nervioso al no encontrar la entrada a tu corral.
  • Una hora y media antes de tu salida se abrirán los corrales según la oleada de salida en función del tiempo que indicaste como esperado. Hace días publicamos unas recomendaciones para colocarse en la salida que puedes aplicar aquí, con la salvedad de que las siete mil personas que te rodean tienen un tiempo esperado similar al tuyo. Sugiero que te vayas acercando a la puerta del corral sin prisas pero antes de que abran. Yo no he visto aglomeraciones y la gente es respetuosa, no van a empujar o siquiera tocarte por colocarse mejor.
  • Tres corrales toman la salida cada vez, cada uno con 7.000 atletas. Hay tres salidas separadas por 30′.
  • Hay 1700 inodoros portátiles en toda la carrera. No faltan en el village, pero una vez estés en el puente de Verrazano no podrás ir. Tendrás que esperar una hora rodeado de cientos de atletas. Si tienes necesidad de mingitar, agáchate. No serás el único. La salida pica hacia arriba, si eres de los primeros desaguará hacia abajo…
  • Cuando den la salida no te dejes llevar, busca tu ritmo y mantenlo.
En carrera:

  • Disfruta.
  • Si vas acompañado estudia el plano de la carrera, las líneas de metro y tus tiempos de paso. Con agilidad pueden llegar a verte 3ó4 veces. Si ya planificáis en que lugar de la calzada te van a encontrar y eres capaz de mantenerlo y tu acompañante de atreverse a cruzar, será más fácil que te saquen una foto. Pero no te preocupes, tendrás fotos, muchas, de pago, pero a mi me sacaron 26 y 5 vídeos.
  • Este maratón no es fácil, hay cuestecillas y unos cuántos puentes que tendrás que subir y bajar. Entrénalo.
  • Hay baños y avituallamiento cada milla, también marcan los kilómetros, cada 5 millas hay un crono.
  • Lo peor está al final, y no sólo por el muro. Central Park es una sucesión de colinas y la meta está en subida.
  • Hay una app o aplicación (se descarga desde la web del NYC marathon) que permite a tus acompañantes seguirte desde que tomas la salida hasta que abandonas el parque, con tiempos de paso cada 5km, así sabrán tu ritmo y dónde puedes estar.

Al acabar:

  • No te detengas, sigue caminando. Recibirás la medalla y una manta térmica que guardarás como oro en paño. Si tienes un problema dirígete a cualquier voluntario, que no faltan. Agradece a todos sus ánimos.
  • Recoge la ropa que dejaste en el village y abrígate.
  • Busca un lugar para quedar con tus acompañantes, como poco andarás un par de kilómetros dentro del parque hasta abandonarlo. Y el parque y las calles más cercanas están cortados por la organización. No quedes en un sitio típico, busca un cruce, una cafetería o tienda cercana. Si tus acompañantes estuvieron viéndote en los últimos kilómetros antes de meta podéis estar separados por un par de kilómetros. Dedica los días previos a planificar dónde quedar.
  • visita el Niketown, está a un par de calles del cruce de la quinta con Central Park, al lado opuesto a donde saldrás, pero grabarán gratis tu nombre y tu tiempo en la medalla.
  •  Si quieres sorpresa no sigas leyendo,
  • nada más verte entrar por la puerta los dependientes montarán un montón de jaleo y serás el centro de atención de la tienda entera!!!
  • Compra al día siguiente el New York Times, vendrán las clasificaciones de los que hayan bajado de 5h y un cuadernillo central con historias de la maratón, lo guardarás siempre.
  • Lee la revista que da la organización, te animará y te aclarará dudas.
  • Y ya que estás en New York, diviértete. No todo es deporte.

jueves, 24 de noviembre de 2011

bye, bye

  mural en el lobby del hotel realizado con miles de pegatinas

Se dice que la cafetería de nuestro hotel hace el mejor café de la isla. Siempre hay cola a sus puertas, pero no faltamos ningún día a nuestra cita con él y los riquísimos croissant de mantequilla (algo que se está perdiendo en la península). Sentados en el sofá a hora temprana observábamos los perfectos estilismos de la gente que nos rodeaba. La gente que se arregla, que tiene estilo es atractiva. Aquí todo queda bien. si tienes actitud. Quizás los que guardaban cola por un café suspiraban porque en sus tazas cayera algo de la actitud de los camareros.


Me gusta nuestro hotel. Pasillos oscuros, pero se ve lo que hay que ver. Habitación cómoda con colores neoyorkinos, ese negro, gris y blanco de las películas de policias. Bañera y cuatro ventanas a esos patios de paredes de ladrillos y kilométricas escaleras metálicas plegables de emergencia donde a veces se cuela el sol y la luna llena.


TRIangle BElow CAnal street es el barrio donde De Niro organiza su festival de cine, poco que ver salvo pasear para ver contrastes y encontrar alguna tienda o restaurante. Por aquí nos encontramos a Harvey Keitel.


Al oeste, en Chelsea, las antiguas vías del tren se han convertido en paseos con tumbonas para tomar el sol por el día y ver atardecer al final de la tarde.


Vemos a los acampados en el parque Zuccotti, ahora desalojados. No parecen muchos ni muy ordenados, aunque meten mucho ruido y en cafeterías se distribuye un interesante periódico. Parecen una atracción turística más de la Zona Cero, cercana a Wall Street.



Manhattan es grande, pero es caminable. Por lo menos en un sentido, quiero decir que ir y volver a un lugar puede ser mucho, pero andar y desandar en metro o taxi es factible. Y el barco que pasa cerca de la Estatua de la Libertad en su camino a Staten Island es gratis.


Toro cercano a Wall Street, para unos la pujanza de la economía, para otros un símbolo de lo que hay que destruir. Cercado de vallas y turistas, se podría montar una buena si alguien dijera que frotar su cuerno trae suerte igual que el roce de la teta de Julieta en Verona, el hocico del jabalí en Munich...


En los solares que esperan su rascacielos se aparcan los coches en esta isla donde el espacio es tan caro. Y aparcar en ellos sale por un ojo de la cara, encima de ser al aire libre y de tener que dejar las llaves al vigilante. Para aprovechar el espacio hay soluciones como apilar los coches unos encima de otros.


Debajo de Manhattan bridge, en Brooklyn, las calles vuelven a estar empedradas y calmas. Algún café curioso, galerías de arte y gente trabajando en los almacenes cercanos. Y desde este lado del río, las vistas de la isla son distintas, los rascacielos se ven diferentes desde lo lejos que desde abajo.


El auténtico viaje no consiste en ver nuevos paisajes, sino en tener una mirada nueva.
Marcel Proust


miércoles, 23 de noviembre de 2011

ochocientos


Hoy este blog cumple ochocientas entradas gracias a vosotros. ¡Felicidades!

Así que seguid alimentándolo con vuestros comentarios.

martes, 22 de noviembre de 2011

Gotham vs Metrópolis


No he visto más héroes que la gente que trata de salir todos los días adelante. Mucha policía, impresiona el número, generalmente no el aspecto individual. Amables, se hacen fotos con los turistas. Su presencia espanta la sensación de inseguridad. Es raro ver mendigos, pero aquí tampoco faltan rumanos. 

 costó encontrar obra de Shepard Fairey 

Peatones que esperan el turno y cientos de taxis amarillos que nunca paran. Entre medias ciclistas que sortean a unos y a otros con facilidad. A veces limusinas de cristales tintados.

 escribiendo postales en las escaleras de la Biblioteca

Bolsas, muchas bolsas. Aquí se despierta la necesidad. El dolar sigue siendo favorable, ¿pero si no, qué vas a hacer en Manhattan? tu dinero siempre valdrá algo, cualquier recuerdo de una tienda que nunca cierra y regentan chinos que hablan como en si se estuvieran imitando.

programados para consumir, en Union Square te lo recuerdan
al fondo, a la izquierda, Paragon Sports, visita obligada

Al precio que marca la etiqueta súmale los impuestos, que varían en cada estado. Un ipad sale más barato en Utah que en California, aunque también más difícil de encontrar. Las compras por debajo de 40$ no pagan, y entre 40 y 100$ el impuesto es menor que si sobrepasa los 100$, así que quizás mejor pagar cada cosa por separado.


En todo local que se precie una sonrisa te saludará al abrirte la puerta. No olvides el nombre de quien te atiende al ir a pagar para que cobre su comisión ni dejar propina al pagar la cuenta. No entiendo esta costumbre, deberían tener un sueldo y no depender para vivir de las propinas. La propina debía ser algo voluntario por un trabajo excepcionalmente realizado o hecho con simpatía.

 in money we trust

A mi me gusta lo que empieza en la calle Houston, al SOuth of HOuston (el NOHO es más pequeño). Calles empedradas, tiendas de diseño, casi todas de tamaño enorme, algunas escondidas pero que los iniciados encuentran aunque la gran mayoría monomarca. Todas quieren estar aquí. Casi todo está aquí. Hasta unas Jordan réplica de las primeras cuatro ediciones, todas por encima de los 320$.

 recordatorios que se colocan allí donde falleció un ciclista

Si cruzas la calle te encontrarás en el NOrth of LIttle iTAly (que además es marca de jeans), donde una multitud de camareros ofrecen cientos de platos de pasta al mejor precio. Y un poco más allá Chinatown, más pequeño que el de Frisco causa la misma impresión. Un guetto sucio donde puedes nacer y morir sin entender el lema que figura en los billetes que codicias.

 Gran Hermano vigila las empedradas y oscuras calles del SOHO

Si quieres presumir de neoyorkino necesitas una manzana en una mano y un buen bolso en la otra. Es impresionante la cantidad de manzanas de todos los tamaños que existen en los cafés y vestíbulos de hoteles. Mucha gente tiene Blackberry, pero chatean en el Mac. Según marches a la periferia, o cruces el río, aparecerán otras marcas de teléfonos. También otras formas de vestir, otras tiendas, otras formas de moverse, otras formas de mirar.


Igual que empieza a proliferar aquí, les encanta caminar deprisa con un vaso enorme de café. Entiendo el termo de mate argentino, pero no los cafés americanos en vasos de poliespán peripatéticos. El buen café es en taza de porcelana, con platito y cucharilla, y a ser posible sentado viendo al mundo pasar, en vez de pasar a través del mundo.

exposición de vasos de café decorados en los bajos del Flatiron

Metrópolis: la ciudad de Superman. El centro de Manhattan un día soleado.
Gotham: la ciudad de Batman. El sur de Manhattan en una noche lluviosa.
E. Glez. Historias de Nueva York   (RBA)

si  alguno podéis echarle una mano...