sábado, 27 de febrero de 2010

ciclogénesis explosiva

viene del martes

A veces me echo de menos. Las cosas que me gustaría hacer y que no haré. O que por lo menos no haré como me gustaría. Mi mirada se pierde, quien se refleja en ella dice que es profunda como un pozo y no hace falta que escarbe mucho para que empiece a brotar agua. Salada y transparente, como yo, porque quien las recoge tiene el poder de pronunciar mis palabras incluso antes de que yo las piense. Claro que no siempre es así, es humana, y esas sorpresas que le puedo dar es lo que la hacen más atractiva.



Suelo ser tranquilo pero a veces estallo, y parece que no soy yo, porque quiero dejarlo todo y cambiar. Pero ella me abraza, me escucha y me dice con palabras dulces opciones que no había tenido en cuenta. Y les doy vueltas.


Lo ha repetido varias veces. Si lo dejo, me deja. Y me quiere, con todo, y no me quiere dejar. Y se le escapa que no quiere volver a esperarme catorce horas si antes no he hecho todo lo que he podido. Que cambie el modo de hacer las cosas. Que no salir es malo pero que contra los elementos no se puede hacer nada y que intentar engañarlos cuando miran para otro lado sólo sirve para crear palabras, pero no para ir más rápido ni más lejos.


Tocado, casi hundido, aún a flote. Todavía pensando si cambiar de ruta después de Timanfaya.


Esta semana he cumplido con todo y así seguiré hasta junio. Ella quiere que después de todo siga como antes, que me quede entrenando en casa.


Y en eso estoy, dándole vueltas. A punto de cambiar, para un lado o para otro.


Ella no cambia. Sigue a mi lado dondequiera que yo esté. Para ayudarme a llegar. Así que tendré que esforzarme. Y agradecérselo.
Lo intento.


esta entrada va de deporte

programa doble

buscando la luz, buscando respuestas

La primera historia va de un investigador que llega a una isla donde hay un penal psiquiátrico. Una peligrosa interna se ha escapado. Nuestro detective pronto se dará cuenta del asfixiante ambiente que se respira en la isla. Con ayuda de su recién conocido compañero irá entrevistándose con internos, trabajadores, policias y psiquiatras de la institución dándose cuenta de que nada es lo que parece. Está atrapado, tanto por la investigación como por un temporal que se aproxima a la isla. Poco a poco la angustia y el desasosiego del protagonista se irán extendiendo a los espectadores. Solo hay que dejarse llevar por los trucos y giros del guión, y a pesar de que los más listillos, que ya hemos visto unas cuántas películas como ésta, imaginemos el final, siempre nos sorprenderá. Casi dos horas y media llevadas con muy buen ritmo, me ha gustado la fotografía y no desmerecería nada en blanco y negro, porque esta película de Scorsese es como las de antes.


se acerca la ciclogénesis explosiva, ¿sin lo nuestro estamos perdidos?

La otra versa sobre un atractivo hombre en la cuarentena que vuela 320días al año acumulando millas en su tarjeta de American Airlines. Por las mañanas se hace unos largos en el hotel de turno y en su maleta hay sitio para unas zapatillas deportivas, aunque ha hecho de viajar ligero de equipaje su modo de vida. Es un ser individual y autosuficiente, sin posesiones físicas ni compromisos emocionales. Pero su vida está a punto de cambiar, es bueno en su trabajo, su jefe no sabe cuánto vale y ha de viajar con una recién licenciada que quiere revolucionar la empresa. Si la joven se sale con la suya nuestro protagonista perderá su modo de vida, su coraza frente al compromiso y las emociones. Para complicarlo todo conocerá a una atractiva ejecutiva. A punto de llegar a los diez millones de millas su vida puede estar a punto de dar un giro.



no tengo dudas de que la próxima conexión será mucho mejor.

Creía que iba a ver un biopic sobre un querido compañero. Pero debe ser que aún no han encontrado a la estrella que le dé vida en la gran pantalla. Porque la persona de la que hablo es apreciada por todos y al contrario que el de la película, sí crea lazos emocionales. Tampoco va por el mundo despidiendo gente en persona cuando los jefes no se atreven a hacerlo, sino que es víctima de una injusticia por expresar sus opiniones. Su pecado, no hacerlo con unas cañas por medio, sino por escrito en un medio que nunca sabes quién va a leer. Pero es un tipo duro y muy válido, ahora es más listo y seguro que no le costará encontrar otro lugar que le aprecie en su justo valor. ¡Aupa!

jueves, 25 de febrero de 2010

mytube

miércoles, 24 de febrero de 2010

la calle me habla

martes, 23 de febrero de 2010

40 58N 5 39O


Tocado. Casi hundido.

lunes, 22 de febrero de 2010

¿qué valen las cosas?


Si siempre ganan, ¿cuánto cuestan las cosas?

sábado, 20 de febrero de 2010

¿cómo te ganas la vida?




corriendo, leyendo, saltando, cafeteando, charlando, durmiendo, jugando, saboreando, conociendo, viajando, blogueando, rodando, viendo cine, nadando, mimando, paseando, fotografiando, tocando, dejándome hacer, compitiendo, escribiendo, soñando..


y a veces trabajando también aparto al tedio, y gano segundos que suman minutos, días, semanas, meses, años a la vida, hasta conseguir una entera.


en eso estoy, ganándome (a) la vida.

una de tri, o las tres.

si me dedicara en serio a ello,

si un invierno fuera benigno,

si escogiera el lugar sin basarme en el turismo sino en las posibilidades.



quizás...


Mientras, sigo dándole. Once días: cuatro guardias, dos turnos, un día de novillos, cuatro de bici, tres de natación y cuatro de carrera, mucho peor de lo que debiera a estas alturas pero mejor de lo que me imaginaba y con la esperanza de ir cada día un poquito mejor.

viernes, 19 de febrero de 2010

miedo



Piensa. ¿A qué tienes miedo?

¿A tu propia muerte? Quizás no sea más que una transición a la nada, dormirse sin soñar nada ni ser consciente de nada.

¿A que haya algo después? Puede que no sea más que la repetición de nuestros recuerdos, vivir de nuevo infinitamente los tiempos felices o arrepentirse continuamente de las malas acciones sin posibilidad de redención.


¿A la muerte de un ser querido? Quizás no sea más que otro tipo de miedo, a la soledad.


La pérdida del todo es indolora, la pérdida de una parte de nosotros, el minúsculo detalle que nos hará diferentes a lo que somos ahora, es lo que duele. Y hablo de perder cualquier circunstancia de las que componen nuestro yo.


Yo tengo miedo al dolor. No a los pequeños dolores autoinflingidos, sino a los desconocidos, a los que sobrevienen en un descuido, esos son los grandes. Los que no llaman a la puerta ni se quitan los zapatos antes de entrar.


Las imágenes que vienen a continuación duelen. Y una vez curadas seguirán doliendo, la parte física y el alma.


jueves, 18 de febrero de 2010

y vuelta la burra al trigo

Aún quedan fotos por rescatar y alguna historia por contar, pero ya ha caido un full de guardias y turnos; varias sesiones de entrenamiento, que aún haciéndome sufrir y volviéndome a mojar, me han alegrado un poquito porque pensaba que estaba todavía más peor; y algún cine. Así que recupero la costumbre de comentar lo que he visto.



Si l'enfant sauvage de Truffaut se crío en los bosques salvajes del Sur de Francia, Precius se ha criado en la selva del barrio de Harlem. Obesa mórbida, analfabeta, esclavizada por una madre que la humilla, madre de una niña mongólica y en espera de otra criatura, productos de las violaciones de su padre ausente Parece dar para una película de la de las tres y media en antena3. Y casi.
- I want to know what love is. I want you to show me I want to feel what love is. I know you can show me.

-El amor no ha hecho nada por mi. El amor me ha golpeado, me ha violado, me ha llamado animal, me ha hecho sentir despreciable, me ha hecho enfermar.

Estrenada en un principio con pocas copias, tras triunfar en Sundance y aclamada por la crítica ha dado el gran salto con seis nominaciones a los Goya americanos. Y yo no le veo tanto la gracia. Que si la protagonista ha superado un prolongado casting, que si han suavizado la película porque la novela en que se basa en más dura, que si es una gran historia de superación, que si durísimas escenas... bla, bla, bla... no es que esté curado de espanto, que viendo como su madre la insulta, la humilla y como le sucede desgracia tras desgracia a esta chica uno se emociona, pero no es para tanto.

I was born long ago. I am the chosen I'm the one. I have come to
save the day and I won't leave until I'm done. So that's why you've got
to try. You got to breath and have some fun. Though I'm not paid
I play this game And I won't stop until I'm done

Hace gracia ver a Mariah Carey sin maquillar haciendo de asistente social y a Lenny Kravitz de enfermero buenorro, y los diálogos, a veces monólogo interior de la protagonista, tienen chispa dentro del tono desgracia social (o realismo social) de la película. Pero lo triste no es que una adolescente de 16años esté embarazada de su segundo hijo; que su maltratadora madre la odie porque fue abandonada por su hombre, que prefirió violar a su propia hija; que nos muestre el sistema educativo de las clases bajas americanas, que se conforma con que los adolescentes apenas sepan escribir y leer su nombre porque es lo que necesitan para alimentar el sistema; que una obesa mórbida que nunca ha tenido una amiga desayune muslitos de pollo en un cubo grande; y que la manera de defenderse, o expresarse, de la gente sin educar sea la violencia.. lo triste de todo, es que a pesar de tanta acumulación de lo malo y lo peor, me lo creo. Cuánta gente habrá así...

mueve tu culo gordo, foca! y prepárame la cena.

Pero como es una película, y una historia de superación, el hada madrina se aparece en la persona de Blue Rain, lesbiana y maestra de Each one Teach one, una escuela alternativa donde los desahuciados del paupérrimo sistema educativo desarrollan su potencial y descubren lo bueno que tiene la vida.

quiero salir en la portada de una revista, pero antes quiero salir en un vídeo..

Si la tenéis apuntada para poder opinar en la quiniela de los premios, o ya habéis visto todo lo que la cartelera ofrece (y vuelve a reponer tras los Goya), aquí tenéis una película que se deja ver, sin más, a mi parecer sobrevalorada por los jurados (aunque Sudance siempre es un festival que merece mi crédito) y que en ocasiones peca de pesada en las secuencias oníricas de la protagonista. También está recomendada para todos los fashionistas seguidores de la estética ochentera, para que se inspiren en el Harlem de 1987.


no pesan los kilos, pesan los premios.

miércoles, 17 de febrero de 2010

me repito y todo sigue igual

Dijo el señor del traje:
Tengo la solución contra la crisis (pero no la digo porque no soy presidente del gobierno).



Y yo también, todavía, sigo pensando que no gano en Hawaii porque no voy.

publicado originalmente el 29 de junio de 2009
los fantasmas tienen boca grande y orejas pequeñas

lunes, 15 de febrero de 2010

gente del Sur

Hace un par de siglos la Patagonia empezaba al sur de la desembocadura del Río de la Plata, más o menos donde se encuentra la actual Buenos Aires, por el paralelo 35, actualmente el límite, aunque sigue impreciso, ha retrocedido hasta la latitud 41ºS. Tierra del Fuego empieza al sur del 52ºS. Por allí ahora es verano, pero al estar todo el día fuera del hotel apenas íbamos menos abrigados que aquí. La cercanía de las montañas, del océano que cruzaba la tierra y de los vientos lo hacían necesario.



Aquí , por el paralelo 41ºN, intentamos prolongar el calor del hogar con múltiples capas que nos asemejan a Bibendum para intentar llevar nuestra vida normal, léase salir a correr por los prados y a rodar por las carreteras sin que se nos hiele la nariz en el intento. Y nos quejamos, de que la ropa se humedece, las gafas se empañan y los dedos se nos caen a pedazos.



Por aquellos lugares la gente llevaba una piel (guanaco, lobo marino) a modo de capa para cubrirse el cuerpo y otras más pequeñas para envolver los pies. Y nada más. No lo necesita. La lanza acaso. Más ropa le dificultaría la vida al mojarse yendo en canoa y no secándose nunca. Son tipos duros, han conseguido que la piel del cuerpo sea tan dura como la de su cara.




Ya hablé en otra entrada de los Patagones o Tehuelches (gente bravía) que habitaba por esas tierras, digo habitaba, porque las enfermedades y los colonos acabaron con ellos, apenas sobreviven en nuestros días, unos pocos mestizos y una única mujer, ya anciana, de padres yaganes. Darwin los describió como la forma de vida humana más baja que existe sobre la Tierra y sin embargo estaban mejor adaptados que los civilizados que los diezmaron después. Yaganes y Onas (los hombres del norte, autodenominados Selk'nam: los que son iguales). Unos y otros celebraban feroces ritos de iniciación.



Los Ona celebraban el Hain. En un mágico principio, Sol, Luna, Mar, Lluvia, Tempestad, Viento... habitaban la tierra. Las mujeres dominaban a los hombres, las primeras cazaban, pescaban, iban en barca; los otros cocinaban, cuidaban a los niños, recolectaban los frutos de la naturaleza. Cuando una mujer entraba en la edad adulta se celebraba el Hain, que también da nombre a una choza cónica donde se celebraba esta ceremonia. Allí, algunas mujeres disfrazadas como espíritus iniciaban a las jóvenes. Los hombres tenían prohibido accercarse al hain.



Hasta que un día cuatro hombres descubrieron el secreto. Los espíritus no concedían el poder a las mujeres, sino que eran éstas las que se disfrazaban de espíritus poderosos. Se lo contaron a todos los demás hombres y todos acabaron con las mujeres, incluidas sus esposas e hijas. Sol, lleno de ira, arrojó a Luna al fuego, que huyó al cielo con la cara quemada. Desde entonces el Sol persigue a la Luna todos los días sin darle caza y la Luna, que odia a los hombres, muestra su cara manchada. Luna fue la única mujer que consiguió salvarse. Sólo respetaron a las niñas pequeñas que no conocían aún el secreto.



Después de esto, los hombres, niños y niñas partieron a los confines del mundo a llorar a las mujeres, esposas y madres, perdidas. Se fueron al Este, más allá de los mares. Cuando las niñas se convirtieron en mujer volvieron a su tierra y crearon el Hain masculino para perpetuar su poder. Por esta época crearon al ser humano a partir de un terrón de tierra y llegó la Muerte desde el Norte. Como este pueblo era inmortal, abandonaron el mundo. Los poderosos se convirtieron en el Sol, las estrellas, planetas, el Viento, la Nieve, el Mar... los más humildes se convirtieron el lagunas, animales, peces, aves... y sólo quedó el hombre, que siguió pintando su cuerpo y cubriendo su rostro con máscaras para celebrar el Hain simulando espíritus, asustando a las mujeres y estableciendo su dominio sobre éstas.


Durante el Hain, los espíritus torturarían a los kloketen (o jóvenes) que debían pintarse todo el cuerpo con líneas blancas y salir en una cacería que duraría tres o cuatro días. Se les enseñaba a defenderse de la nieve, a seguir rastros de animales, el uso del arco y se les infundía valentía y coraje. En esta ceremonía se realizaban danzas rituales para calmar a los espíritus o atraer el buen tiempo, incluso había una danza que imitaba el salto de los pingüinos al mar.


Siglos después Fitz Roy llegaría a estas tierras y se llevaría a James Button y otros tres habitantes de la Tierra del Fuego a Inglaterra, pero eso ya es otra historia, como quizás la que aquí os he contado, perdonadme si lo he mezclado todo.

sábado, 13 de febrero de 2010

historias de pingüinos


Bienvenidos a la pingüinera. La vida transcurre tranquila. Los mayores madrugan para traer el pescado a casa, y la juventud nunca deja de protestar. No están satisfechos.


Los papparazzi siempre presentes. Llegan en autos, combis, a veces legiones descienden de omnibuses. Todos armados de cámaras, buscan esa imagen que los hará famosos.


Los mejores nidos están cerca del mar. Cuando vuelven de tierras lejanas lo hacen al mismo nido, y con su misma pareja, siempre que ésta haya demostrado que es capaz de cuidar de la prole. Los menos afortunados tendrán que caminar hasta 2km desde casa para pillar unas olas.


Y no todos los terrenos son iguales. Los hay muy valiosos y los hay de ocasión, no es lo mismo un terreno arenoso cercano al mar que uno rocoso lejano, por suerte, un poco alejado hay una zona arcillosa donde se escarba bien, las raíces de los árboles facilitan la tarea y le dan cierto glamour.


Los jóvenes son coquetos. Es época de muda, de dejar las plumas infantiles y ponerse el traje de adulto, ese que los hará impermeables y les permitirá bucear, conseguir comida, emparejarse e independizarse.



Las progenitores siempre atentos, antes de su presentación en sociedad, acicalan a sus retoños. Buen porte y buenos modales abren puertas principales, y si uno ha nacido tarde ha de acelerar la pérdida de su aspecto infantil antes de empezar la migración con los demás. El que no haya mudado a tiempo se quedará en tierra.


No tener el cuerpo preparado para la travesía es malo. Ser débil es malo. Cansarse en el trayecto del agujero al merendero es malo. Los débiles sucumben. Sólo los fuertes permanecen. No hace falta ser un superpingüino. Se es o no se es pingüino, pero ser menos es no ser.


Pasan las olas, pasan los vientos, se construyen agujeros, se desgastan las piedras, cambia la ropa y las caras de los viajeros, pero el ciclo se repite. Nacer, vivir, morir, a veces sin haber conocido qué más hubiera podido ser. Nunca sabes cuándo te vas a encontrar con tu última cita, puede ser de adulto en el mar, o en la tierra de niño.


Pero los pequeños aún no lo saben. Sueñan con sumergirse bajo las olas y pillar su primer pescado. Los mayores les advierten de las orcas, de los leones marinos. La juventud confía en su fuerza y destreza para sortear las contrariedades. Aunque sienten perder el cobijo de sus padres una vez que alcancen el agua.



Cuando vuelvan de viaje serán totalmente adultos. Quién sabe que habrán visto y desafiado. Ora toca buscarse la vida, el pescado y el nido. Ningún patilargo con su cámara los va a detener.



Los caminos de madera facilitan el camino, en principio para que no molesten los guiris, puedo pasar por debajo sin que nadie me interrumpa, aunque a veces ir por arriba es un buen atajo, limpio de piedras y desniveles.



Soy yo, el pingüino. ¿Algún problema?


- Mirad, pequeños. Son como nosotros, pero con cámaras. Necesitan imágenes para recordar, para enseñarlas, para contar que han vivido. Vosotros mirad bien el mundo y aprended, llevad encima todo lo que necesitéis y desechad lo innecesario. Vuestro plumaje, vuestra fuerza y vuestra destreza os llevarán a vuestro destino. No necesitáis más.



un día en Punta Tombo, Argentina.

viernes, 12 de febrero de 2010

pequeñas burbujas

Reconozco que en esto hay lectores más expertos que el que humildemente aquí escribe. Empecé hace dos años en este arte, y hasta este viaje, como siempre tanto por fuera como por dentro, apenas si había dado cuenta de un par de pares de ellas enteras antes. Sobra decir que es el único alcohol que ingiero, pues no gusto de otros licores ni bebidas espirituosas y nunca he pretendido alcanzar ese punto que hace que otros se arrastren.


Imagen sempiterna en las licorerías de todo el país y grandes anuncios de la capital. Hasta hace poco lucía en la camiseta del Boca. Su estadio, la Bombonera está en el popular (en todos los sentidos de la palabra) barrio del mismo nombre, donde, en las casas de mala reputación, los hombres que esperaban inventaron el tango. De eso ahora queda el caminito, apenas una manzana de casas de colores que ha quedado para modelo de los turistas que apenas se atreven a cruzar al resto de las calles. Se ven infinitas más camisetas del Boca que de su rival River Plate, la proporción FCB/R.Madrid es 10:1, alguna de la Campeona de Europa también se ve por allí.

En la ciudad más austral del mundo, eso dicen los argentinos, pues la chilena Port Williams se encuentra al otro lado del estrecho, más al Sur, se elabora esta otra cerveza. Del mismo nombre que el barco que gobernó un joven Fitz-Roy en su primer viaje descubriendo el canal homónimo. En el segundo viaje se embarcaría un científico, que subido al cerro de Santa Lucía, en la capital chilena, diría que las vistas desde aquel lugar eran maravillosas. Yo no estaba allí, pero así lo asegura una placa que corona la roca.
De carácter más artesanal que la anterior, con quien se disputa el título de cerveza más austral del mundo. Creo que no es apta para todos los paladares, aunque sí circular por la carretera hasta que se acaba el continente, y continuar el viaje en barco por el canal Beagle, observando el faro de Les Éclaireurs y los leones marinos que por allí se pelean por un puesto para mejor ver pasar a los barcos de turistas.

Y otra que también lleva el título de Patagónica, aunque elaborada más al norte que las anteriores. Otra rica cerveza más, como Argentina, como Chile. Países habitados por gente como los de este lado del océano, que incluso nos ayudaron cuando por aquí las cosas andaban mal. Y no hace tanto, ya llevábamos nosotros algún que otro paso dado por este mundo cuando allí mandaban los militares. Parece difícil de creer, parece más propio de países llamados del Tercer Mundo, pero en estas ciudades de aire europeo y gente ilustrada esto sucedió. Parece mentira, como otras tantas cosas que sucederían después.



Y resulta que la Patagonia tiene dos lados, el argentino y el chileno, y al otro lado también se jactan de elaborar la cerveza más austral, pero no me engañan, pues su elaboración es más septentrional que las otras. Cuentan que Magallanes, asombrado de la altura de los nativos que encontró en aquella tierra los denominó patagones, gigantes, como el Patagón de la novela Primaleón, libro de caballerías que vio su primera luz en la misma ciudad que quien firma estas letras. Ellos se llamaban a sí mismos tehuelches (gente bravía).


Para que no nos tilden de elitistas, he aquí una normal. Aunque de importación. He de reconocer, que después de la ahumada de dificil gusto, fue la que menos me gustó con diferencia. A. ya la había probado en su lugar de origen, allí la alternativa era beber alcohol puro, que en las fiestas los lugareños llevaban colgados en pequeñas petacas en el costado del cinturón. Pero como todo por estas tierras lo saboreamos con calma, dejando al tiempo hacer.

Así que para quitarnos el gusto, y la sed, otra artesanal. Realmente no sé cuál es la que me gusta más, pero sí la que no me gusta. Y he de pedir perdón por no pedir una Cristal, o una Brahma, pero nuestros derroteros por las calles santiaguinas no nos llevaron a ellas. Incluso una vieja amiga de mi mejor amiga nos invitó a su mesa, y para agasajarnos no encontró nada mejor que una Heineken... que reconozco que me supo realmente rica. En Queenstown nos topamos con San Miguel, pero he de reconocer que en estas tierras no la conocen, aunque si Pucón. Basta decir triatlón para que citen Pucón. Habrá que volver para conocer el 70.3 más bello y probar las cervezas que quedaron, y las cosas que se escondieron y las que apenas rozamos, como las ruinas de las reducciones jesuíticas, la provincia de Salta, el desierto de Atacama o la isla de Pascua...


El mundo tan grande y nosotros tan pequeñitos... como burbujas que quieren volar.

Y a pesar de todo aún escribíamos sin líneas torcidas, y dejábamos nuestra firma en una pizarra que echaba en falta algo español, lástima de no tener color rojo o verde para haber dejado un par de banderas, así que dejamos otro símbolo en su lugar, aunque reconozco que no me gusta por su carácter de marca registrada. Pero seguro que, algún día después, alguien lo reconocería. Así que de todos modos dejé mi guiño en la Mesita Grande, pizzería donde los trekkers que acuden en masa a las torres del Paine rinden el homenaje, anterior o posterior, a su hazaña



Y que todos sepan, que a las botellas de agua no les he hecho foto. Y que muchas cosas se dijeron con la espuma en los labios, de algunas no me acuerdo y otras me las callo. Y si no quieren callar con un argentino háblenle de fútbol, de cualquier liga, que él la seguirá mejor que usted. Que hasta los goles de Messi salen en el telediario, y si no saben siempre nos quedará hablar de la lesión de Nadal.


Y no se apuren. La fiesta no ha acabado.